Llamé al gato pa' contarle lo rajua que es mi socita y compramos una entrada para er. Y a las 9 estábamos los tres cerquita del escenario viendo un dj gueno pero al final latero si una lo escucha como tres horas y puro espera que salga el grupo principal, osea Groove Armada.
En la espera nos empezamos a reír de los jugosos que no faltan, que en este caso resultó ser una gringa entera cocia y volá que bailaba hasta los silencios con una mano en alto y el celular llamando quien sabe a quien chucha, llamada que por supuesto no se concretó, yo cacho. ¿Y cómo supimos que era gringa? Fácil: por la forma de moverse. Entera tiesa y sin ritmo.
Harta mina producía (yo me saqué toda la maquillá que uso pa' la pega y fui con unas botas entera ordinarias que al gato le cargan, pero me gusta ser libre en mis horas libres), harto joven malo (que de seguro apoya la píldora del día después y los matrimonios gays) fumando la terrible y tóxica marihuana, y un pelotúo que, cuando salió finalmente Groove al escenario, como que con sus manos seguía el juego de luces y me tenía chata, hasta que se corrió.
Tocaron mi canción favorita de una manera que me encantó, y cuando estaba terminando el recital con la Viciosa queríamos puro irnos porque, aunque ella es más joven (poquito) que yo, igual es entera pajera. El gato se quería quedar y tocaron Superstylin y listo, salimos corriendo.
Pa' que les digo lo que me costó levantarme hoy día. Y eso que antes, cuando era young and energetic, carreteaba los jueves y después el viernes iba cagá de la risa a la pega: me tomaba un café cargado y dos Anacín, y listo, como nueva.
Puse la dentrá que se ganó la rajua. Quedó un resto chueca, pero me da paja arreglarla. Donde dice precio, se lee: "cortesía".
Yao los veimos.
(Lueguito estoy en Blogópolis, les aviso sin farta).