martes, febrero 23, 2010

Crónicas Chuchetas CLX: Te dije que no pusieras el mail en tu perfil.

Hace un tiempo atrás tenía puesta mi dirección de correo electrónico en mi perfil blogger. Porque sí nomás. Hasta que un lolito me escribía correos comentándome mis posteos. Onda que yo escribía que me sentía triste, y el gueón me mandaba un mail diciéndome que pucha que pena que estuviera así, que ojalá tirara para arriba... Yo no le respondía nada, pero el joven en cuestión seguía con los correos.

Entonces saqué mi mail del perfil y de seguro bloquié al juliao, no me acuerdo.


Y hace unos meses atrás me dije a mi misma que quizás alguien interesante, blogero también (o blogera, obvio) quisiera escribirme pa' conversar, hacer algo entretenido (como el taller literario en que estoy ahora), juntarse pa' escribir o miles de cosas más, y la única forma de contactarme es mi correo electrónico. Entonces lo puse de nuevo en mi perfil. Y hasta ayer cero problemas.

Porque ayer recibí un correo de un lolo diciéndome que estaba de acuerdo en lo de las flacas y que adonde vivo ahora, porque como digo que soy viñamarina de nacimiento...

Es bien raro esto del mundo virtual. Porque a muchos que leo y que me leen los tengo de amigos en facebook y me gusta sapearles las fotos de sus familias, de sus vacaciones, cachar que música suben, y los siento cercanos, y así cuando leo sus blogs tengo un contexto, y siento que estoy leyendo a alguien cercano y guena onda. Por eso me gusta que me comenten las fotos que publico, que me agarren pal hueveo también, saludarnos para los cumpleaños, mandarnos felicidades pa' la navidá, año nuevo, mandarnos abrazos virtuales. Y si alguna vez me quieren mandar un mail pa' contarme algo porque piensan que los puedo ayudar, la raja. Yo lo he hecho con la sita Sabina, y me ayudó caleta.

Pero que un gil que no conozco ni en pelea de perros me escriba un correo a pito de nada como que me entra a molestar su resto. Si pa' eso tengo la opción de comentar. Está bien, no tengo la opción de anónimos (se me llenaría de gueones ociosos escribiendo gueas), pero hacerse un perfil blogger mula no es taaaaaan complicado tampoco (te demorai 5 minutos con raja).

Como aclaración: no tengo un blog para buscar pareja (tengo mi hombrón, y aunque nos agarramos de las mechas de vez en vez, nos amamos), ni para coquetear, ni para hacerme la gueona, ni para que crean que soy entera top. Tengo un blog porque me gusta escribir, me gusta que me lean, y los que me conocen en vivo y en directo saben que soy igual por escrito como en vivo. Y tampoco me creo mijita rica que todos se enamoran de ella.

Igual no pienso sacar mi mail de mi perfil. Apuesto a que varios les ha pasado, ¿onofre?

Yao los vemos.

sábado, febrero 20, 2010

Crónicas Chuchetas CLXI: Las desnutrías que comen puro chocolate y tortas.

No hay gueá que más me empelote en la vida que esas minas terribles de flacuchas y que cuando le preguntan que comen, responden: chocolates, tortas, comida italiana, dulces. Sí, seguro. Y yo soy tan gueona que les creo.

Claro que me refiero a las locas de la tele, obviamente. Me acordé de esto por el festival de Viña, estuve leyendo en un diario de farándula que una loca está regia y cuando le preguntan ella dice que el ser mamá le ayuda y que es por genética. ¡Mentira! Sé por primerísima juente que la loca esta no come ninguna gueá, que está entera desnutría por lo mesmo.

¿Cuál es la idea de mentir tanto? Igual es preocupante porque las pendejas les creen, entonces se preguntan qué como las lolas estas comen tanto y son tan regias. Yo les digo cómo: porque es mentira poh!!!!!!

Tenía la necesidad de descargarme de las mentiras de las desnus (así le llamamos a las desnutrías en mi familia). Si ser flaca regia, tener el poto parao y todo eso cuesta, hay que comer terrible de sano, hacer harto deporte y si te dan ganas de comerte un dulce, obligá a comerte un plato gigante de repollo. Y no es talla.

Es lo mismo pero al revés de las guatonas: siempre dicen que comen poco y una las ve cada día más gordas. ¿Raro, no?

Así con las gueas de la vida.

Yao los vemos.

miércoles, febrero 17, 2010

Crónicas Chuchetas CLVIII: En el trome con la chanchi.

Enveces me pregunto si algún lolito del extranjero me leerá. Probablemente no, porque obviamente si uno no es chileno no cacha nada, cosa de mirar el título que le puse a esta entrada.

Eso de hablar al revés las palabras mi papá lo hacía desde yo era niña: él iba al ñoba (baño pa' los no vivos), decía "alverre" en vez de al revés, y un montón de palabras que no me acuerdo. De ahí mi facilidad pa' dar guerta las palabras, aunque ahora sea típico de los chorizos y flaites.

También me pregunto si alguno de los que me lee y no me conoce en vivo y en diresto piensa que hablo así, medio flaitonga y con puras chuchás. Les respondo: sí y no.

La cosa es que hoy partimos al control de los 6 meses de la chanchi: ta terrible de sanita, gorda y hermosa. Y comienza a almorzar, cosa que les contaré en otro post. El Gato no pudo acompañarme porque no logró escaparse antes de la pega, y como igual me aburro en la casa y la chancha se porta bien cuando andamos en la calle (salió entera callejera), partí a Independencia a comprar 5 metros de tela que necesito para tapizar un sillón que le tengo harto cariño, además que tengo un vecino que es maestro tapicero y me cobra barato por la pega. Súmenle que como soy entera avispá el finde compramos un coche paraguas (el otro es entero bacán pero no puedo andar sola con la chanchi) porque quiero andar pa todos laos, en micro, taxi y metro, que tanto.

De la pediatra caminé hasta el metro Santa Lucía. Cuando una camina no cacha las escaleras, pero vagínense (bah, estoy como The Yeguas) imagínense con el coche. Mientras miraba y miraba la chorrera de escalones y trataba de pensar una manera de bajarlos sin sacar a la guatona del coche (porque si lo hago agarra papa con los brazos y después la siento y llora como si la estuvieran matando y la gente me mira como si fuera mala mamá, aunque no me debería importar, pero la gente es entera sapa), un lolo me ayuda a bajar. Después trato de pasar por el torniquete famoso con el coche y llega un guardia y entre que me reta y me dice que está una puerta para que la gente con coche o en silla de ruedas pase, porque yo le reclamé que el metro es pa gente con dos pies nomás. Pasé por la famosa puerta y me encontré con la chorrera de escalones de nuevo. Y como soy entera pulenta, agarré el coche con la chancha adentro y los bajé. De pasaita les cuento que mi hija hermosa está pesando 8 kilos 350 gramos, nada menos.

Por la hora (alrededor de las 5 de la tarde) y por ser febrero (Santiago cuasi pelao) el metro estaba bastante decente, como antes del Transantiago. Me bajé en Los Héroes y para hacer el transbordo a la línea 2 me ayudó otro hombre. Las minas ni pescan, lo que me parece raro si nosotras somos las que nos embarazamos y parimos y criamos. En fin. Por suerte las líneas nuevas del metro tienen ascensores (que usan harto las viejas guatonas balsas; deberían caminar las cerdas), lo que me hizo el resto del viaje más agradable.

Claro que de la estación Patronato hasta la calle Independencia son alrededor de 4 cuadras, donde vi harta pobreza, perritos tristes, malos olores... otro Santiago. Lo gueno es que encontré una tela preciosa y barata, después el Gato nos pasó a buscar en el tocomocho y listo.

Por eso ahora estoy raja. Lo que pasa es que en las mañanas me levanto temprano y camino como dos horas (mientras mi cerdita habla en su idioma guaguno y duerme y se despierta feliz), entonces como que me voy al chancho con la actividá.

Yao los vemos.

lunes, febrero 15, 2010

Crónicas Chuchetas CLVII: Soy inmensamente feliz.

La desición que tenía que tomar y que me tenía tan preocupada ya la tomé. Pero les voy a contar cuando ya tenga todo listeilor, pa' que todo me resulte bien. Asi que tranqui con la copucha.

Y desde que decidí muchas se aclararon, y el Gato decidió otras y llegó la Petunia (nuestra perrita Fox Terrier Chilena, entera pelusona) y en la familia ahora somos cinco (más Jacinto y Pulgoso, los gatos guatones) y toda mi vida es la raja. Me siento muy muy mega plena.

No crean que vivo en las nubes, pero nosotros no tenemos problemas: hay situaciones que mejorar y otras que se podrían mejorar. Me carga la palabra "problema", de hecho. Por ser, no tenemos casa propia. Lo que pasa es que no nos gustan los deptos y las casas que nos gustan son caras y preferimos esperar su resto para comprarla. Por esta razón es que dejaremos la comuna de Providencia (donde vivimos en una casa grande pero entera vieja que se nos llovió en invierno y me veía entera pituca con la media guata de preñá y llena de ollas con agua, obligá a reirme nomás) y nos iremos a Ñuñoa, a una casa un resto más chica pero con un patio bacán y llena de luz, que es lo que más me gusta.

Siento también que la maternidad me hace sentirme más joven. Cachen que en marzo cumpliré 37 años. Es decir, me faltan tres para los 40. ¿Y ustedes creen que yo me siento adulta o más señora? No poh, cada día me siento más jovial, con más energía, con más ganas de hacer cosas, aparte que con la chanchi no paro renunca, y gracias a esto último he adelgazado sin querer queriendo, lo que es más pulento aún. Parece que hasta bajé una talla, aunque la guata sigue ahí, por eso no cerdeen si quieren tener un hijo.

También me gustaría tener un auto para mí y otro para el Gato, en vez de uno para los dos. Pero son cosas que ya vendrán, y las cosas no mueven mi vida ni cagando, porque lo que mueve el mundo lo tengo de sobra: el amor. Que sería de mi sin el amor que siento hacia mi hija hermosa, y hacia el hombre que me ampara, como dice mi mamá gueviando.

Puro amor para todos. La pulenta. ¿Pa' que quiero plata si no soy capaz de amar?

Yao los vemos.

domingo, febrero 07, 2010

Crónicas Chuchetas CLVI: Somos adultos cuando aceptamos a nuestros padres.

Cuando somos brocas, nuestros papás son los mejores y no les encontramos ningún defecto. O por lo menos a mi me pasaba así, los encontraba enteros bacanes, mi mamá era la mejor del mundo, y mi papá era perfecto.

Lo obvio: llega la adolescencia y nuestra visión sobre ellos cambia. Pa' que los voy a latear sobre un tema que se ha escrito y se sigue escribiendo. A prosópito de la adolescencia, mi sobrina mostra (que hoy cumple 12 años) está entrando raudamente a la "edad del pavo", y puta que a veces hay que tenerle paciencia, se pone mega antipática, contraria a todo... insoportable. Yo la miro y pienso que a su edad fui igual y me encontraba simpática.

La cosa es que seguimos creciendo, estudiando, trabajando, enamorándonos y criticando a nuestros padres. Nos vamos de la jato paterna, pagamos cuentas, vamos cachando cómo es el mundo real, vamos de visita a la casa en que alguna vez vivimos, y entonces, miramos como iguales a nuestros padres.

En el fondo, vamos cachando sus trancas, sus miedos, sus defectos, entendemos sus enseñanzas, sus castigos hueones, sus palabras, sus gestos. Pero no da rabia como en la adolescencia, sino una tranquila aceptación que nuestros padres son hombres y mujeres como todos nomás.

Entonces ya dejamos de ser niños para ser personas grandes. Porque una no puede vivir eternamente enamorada del padre como si fuera una niña o esos hombres que piensan que su mamá es una santa, arrastrando el complejo de Edipo por siempre.

A raíz de algunas conversaciones y de mirarme un resto a mi misma es que llegué a esta conclusión. Pienso que es resano tener una relación de adulto a adulto con nuestros padres, o en mi caso, con mi madre (porque mi papá hace 11 años que se murió). Me gusta relacionarme así con mi mamá, porque tenemos otro tipo de conversación, yo la escucho sus relatos de niña, o cuando estuvo casada con mi papá, y de a poco voy comprendiendo y abuenándome con algunas etapas de mi desarrollo que me sentí incomprendida o castigada injustamente.

Gueas que pienso mientras crío.

Yao los vemos.