
Cada día falta menos. Bueno, ni tanto. Para lo que me va faltando menos es para el prenatal, casi dos meses y estoy lista!!!!!
Aparte del resfriado, me he sentido bastante bien. No tengo ningún malestar como al principio (que fue bastante asqueroso) y como que una se va acostumbrando al hecho de andar entera lenteja, que hay que dormir de lado, que no se puede hacer fuerzas (el Gato me tiene que sacar el cajón de las verduras del refri, por ejemplo) y que ya se es, con todas las de la ley, una redondela.
Lo bueno es que ya caché como vestirme: no hay que usar esas poleras o blusones o lo que sea maternal. Una se ve peor, más redonda, sin forma. Lo que sí uso son pantalones maternales, pero arriba uso lo mesmo pero talla L. Hasta el momento me ha funcionado.
Lo malo es la gente gueona que hace comentarios gueones: en Ripley una vieja me discutía que era imposible que tuviera 6 meses, si mi guata parecía de más. Por supuesto no me gasté en discutirle, pero ella lo afirmaba con toda soltura. O me preguntan si ya se ve por fuera como se mueve, y cuando les digo que no, que es muy chica todavía, me dicen: ¿en serio? Chucha, ¿cómo no voy a saber si soy YO la embarazada? Lo que me molestaba antes era otra guea entera gil: cuando me preguntaban cuantos meses tenía y yo respondía, por ejemplo, cuatro, me decían: pero teni súper poquito poh. ¿Y? ¿Cuatro meses no es embarazo? Lotro: gente que llega y me toca la guata como lo más normal del mundo. Me refiero a gente que no cacho mucho y que deberían, mínimo, preguntar. Lo peor es que me pillan de sorpresa. Es una gueá entera íntima, ¿cómo no cachan?
Hace unas semanas comenzamos a leerle cuentos a la Debbie. Le estoy leyendo mi favorito de la niñez: “La Hormiguita Cantora y el Duende Melodía”. Cada vez que le leo, se queda quietita, como si estuviera escuchando. Y como guena mujer, se mueve según su tincada: cuando estuve en cama por el resfrío, se movía más que la chachu. Y si me muevo harto, me patea poquito. A veces se cree la muerte cuando su papá Gato le habla y se pone a patear como loca. Toy cachando que me van a dejar de lado esos dos muy luego.
En general me siento bien físicamente, no me siento fea ni guatona ni nada (me cuido su resto aunque igual a veces me voy al chancho) y camino por las calles con la cabeza en alto, porque a pesar que todos nacimos de la misma manera, me parece un milagro que dentro mío esté creciendo un ser humano, la pulenta que sí. Y no se imaginan el amor que siento por mi hija, aunque suene cliché, nunca había sentido un amor de esta manera.
Yao los vemos.