
Antes de quedar embarazada, yo era entera pará en la hilacha: iba y venía, hacía mil custiones, corría, mandaba a la cresta a los agilaos, iba a bailar, estuve de pie como 5 horas pal recital de Inti Illimani (que duro como 9), tomaba pirsencita, ron, manejaba cagá de la sarri, me dormía tarde y no me levantaba al baño y después no me daba insomnio, entre otros.
Y de un día pa’ otro, tuve que parar. No podía caminar rápido porque de alguna manera el cuerpo me lo
impedía. (Se lee harto raro, pero es así). Me tuve que comprar zapatos bajos para el trabajo, me comencé a cansar después de hacer un poquito las cosas, evito las multitudes y ando meando a cada rato. A CADA rato. Y me desvelo en la noche.
Por otro lado tengo en mi interior y sólo mío a mi hijo. Bueno, mío y del Gato, pero es mío estos 9 meses, de todas maneras. Me llegan correos cada vez que cumplo una nueva semana y me lleno de ternura al leer que ya tiene algunos bellitos, o las falanges, que se le pueden distinguir sus deditos.
Y por la vereda contraria, como quien dijera, tenemos a la sociedad. O sea, todos nosotros. ¿Y cuál es la onda respecto al embarazo? Que tienes que andar siempre feliz, vestida de rosado o celeste, con cara angelical. Terrible de contenta.
Les digo altiro que la guea no es así y yo me he sentido pésimo durante dos semanas consecutivas y no tiene nada que ver con que quiera o no a mi hijo. Son dos cosas separadas.
Lo más fome de todo es que es imposible encontrar en internet algún foro donde te cuenten la pulenta de la pulenta. Como si una fuera mala madre al sentirse mal por estar embarazada con puros síntomas asquerosos. Porque todas te dicen que tengas paciencia, cuídate gordita y besitos y chao. ¿Aló? Me sigo sintiendo
rara y angustiada. Pero gordita, es normal, todas a veces tenemos penita, dile a tu marido que te acurruque y todo listo.
Al final dejé de leer los foros y esos lugares donde no te dejan expresarte libremente, en el sentido de poder despotricar que una de verdad se siente mal y que necesita un tiempo para acostumbrarse a este nuevo cuerpo y a las hormonas que hacen estragos y no por eso se es mala madre. Sería mala madre si tomara café, té, fumara y chupara. Pero me porto entera bacán, hago caso al puro doctor (no pescamos las recetas caseras de nadie más) y tomo ácido fólico sagradamente.
Me pregunto a veces qué pasará con las mujeres que están esperando un hijo no deseado. Lo peor es que tienen que soportar callaitas las miradas inquisidoras o juzgadoras, según sea el caso, ni pensar en aborto (cosa que yo no haría, pero quien soy yo para juzgar o decirle a alguien lo que debe hacer. ¿Se nota que no soy católica?) y mirando de lejos al gil que se sigue carreteando o haciéndose el lindo con otras mientras ella lleva un hijo no deseado. Pasa harto en Chilito machista y católico.
Yao los vemos.