viernes, octubre 10, 2008

Crónicas Chuchetas L: Anthony de Mello

Hace un resto de años atrás me regalaron el libro "La oración de la rana" de Anthony de Mello. Les dejo unos cuantos cuertos cortos a ver como les va.


—Usted perdone —le dijo un pez a otro—. Usted es más viejo y tiene más experiencia que yo, y probablemente pueda ayudarme. Dígame, ¿dónde puedo encontrar eso que llaman Océano? He buscado por todas partes y no lo puedo encontrar.
—El Océano —respondió el viejo pez— es donde estás ahora mismo.
—¿Esto? Pero si esto no es más que agua... Lo que yo busco es el Océano —contestó el joven pez. Y se marchó decepcionado a buscar en otra parte.



Un exprisionero de un campo de concentración nazi fue a visitar a un amigo que había compartido con él tan penosa experiencia. De tanto en tanto solían encontrarse para comentar aquel tiempo terrible de horror y crueldad. Tras saludarse como hermanos, la conversación recayó sobre el tiempo pasado y los recuerdos que afloraban a sus mentes.

En un momento de la conversación el visitante preguntó a su amigo:

- ¿Has olvidado ya a los nazis?
- Pues no. Aún sigo odiándolos con toda mi alma.
- Entonces -le dijo apaciblemente su amigo-, aún siguen teniéndote prisionero.

(Nuestros enemigos no son los que nos odian, sino aquellos a quienes nosotros odiamos).


Un discípulo llegó a lomos de su camello ante la tienda de su maestro sufí. Desmontó, entró en la tienda, hizo una profunda reverencia y dijo “tengo tan gran confianza en Dios que he dejado suelto a mi camello ahí afuera, porque estoy convencido de que Dios protege los intereses de los que le aman”.“Pues sal fuera y ata tu camello estúpido!” le dijo el maestro. “Dios no puede ocuparse de hacer en tu lugar lo que eres perfectamente capaz de hacer por ti mismo.”


En cierta ocasión, el Maestro oyó casualmente cómo un discípulo le decía a un visitante: «Tengo a honra el hecho de haber sido personalmente admitido como discípulo por el Maestro, mientras que se cuentan por centenares los que han sido rechazados». Cuando tuvo ocasión, el Maestro le dijo en un aparte: «Vamos a dejar una cosa muy clara desde el principio: si tú fuiste elegido, y otros no, fue únicamente porque tú estabas más necesitado que ellos.»

11 comentarios :

Selma dijo...

Gracias! pequeñas dosis de buenas enseñanzas en formato facil de digerir...

konst dijo...

mi gata abre puertas weon, es la peor wea cuando lo hace a las nosé 4 am ,yo media ebria aun y juro que están penando HAHA.

Ipnauj dijo...

Ups. Mucha verdad en pocas palabras.

Un gran saludo.

Anónimo dijo...

Me encanta la sabiduría de las palabras simples...

¿es uno detus gatos?... mi negro Merlin hace eso mismo...

Lluvia dijo...

Buenisimo estos relatos :) Gran Enseñanza!

Un saludo!

Solo_Dalia dijo...

El del pecesito me gustó más que todos:o)

Saludos!

Insisto... dijo...

Es como creer tener una sabiduría y demostrar enseñanza, cuando desde otra mirada, no es mas que practicidad para vivir.
Me gustaron, por que abre puertas a cosas tan obvias que uno cree filosóficas o por lo menos yo ,las aprecié así.



cariñuuuss chucheta!

Jaime Ceresa® dijo...

Me encantó eso de nuestros enemigos no son quienes nos odian, si no quienes nosotros odiamos..me hizo un buen click esa frase.

propenso dijo...

Bien avispado el tipo. Con poco atrapando harto y enseñando aún más.
Oye rucia, que estí bien y nos vemos.
Chau

Víctor Hugo dijo...

Sabios cuentos nos has regalado Claudia
gracias!

un abrazo imaginario
VH

 kotto dijo...

buenos estos relatos... el del dicipulo y su camello me gusto jejeje