martes, junio 30, 2009

Crónicas Chuchetas CXIII: Terrible de floja.

Esta semana si que la he disfrutado en la casa. Me basta con sólo acordarme lo apestá que estaba en la pega, estresada, con dolor de espalda (que sigue de todas maneras), soportando gueones y gueas que ni me importan, para ponerme feliz de este descanso antes que nazca mi hermosa hija.
Ahora sí que tengo la media guata. La foto que puse es de nuestras vacaciones en Panguipulli, donde tenía apenas 4 meses y yo me encontraba entera embarazá. Taba clarita.

Lo malo es que ahora tengo retención de líquido en las manos, de hecho la argolla no me cabe y también tengo dolores medios raros en las muñecas y algunos dedos, lo que es normal, una vez más. El doctor me dijo que si quería bajara el consumo de sal (cosa que hice desde el comienzo) pero que me quedaba la resignación nomás, porque después se me iban a hinchar los pies y la cara.

Lotro es que me cuesta levantarme y acostarme de la cama y encontrar una posición cómoda me cuesta más todavía. Me pongo cuarquier cojín y luego uno especial que me compré que puta que me ha sacado de apuros, lo uso para sentarme en todos lados.


Y estoy terrible de floja porque hago lo que me gusta nomás y apenas me meto a internet. Una de las razones es por el dolor de esparda que me da después de un rato, como en este momento, pero ya es parte del embarazo y como tengo la tincá que esta cría se adelantará, no me deben quedar más de 5 semanas con esta incomodidad. Mal que mal ya tengo 33 semanas, u ocho meses pa' los que no cachan. Y mi hija hermosa patea como loca y le da hipo, y el Gato puro babea. Claro que le gusta sentirla nomás, porque la otra vez le pregunté si le gustaría estar embarazado aunque fuera un día, y me respondió que ni cagando porque debe ser más incómodo que la cresta. Con esta respuesta cagó, porque si reconoce que es incómodo, ahora si le pido mil gueas por minuto (que me traiga agua, que me ponga más cojines, que entre a los gatos, que no deje papeles por todos lados, que recoja su ropa, que me busque cierta música, entre la chorrera de gueas que le pido) lo tiene que hacer callaito nomás.

Pa que vayan cachando mi onda diaria, me despierto tipo 10 de la mañana. Me hago mi desayunito y me pongo a ver "La Jueza" (me acuerdo que la Sabi se la hacía chupete cuando estuvo en su casa unos días) y luego me levanto. No puedo estar acostada hasta tarde, una guea que me enseñaron en mi casa. Pongo música juerte y me pongo a hacer custiones, ya sea ordenar, cocinar, cepillar a Jacinto y Pulgoso (que luego se ponen celosos, se pegan y tengo que barrer los miles de pelos que dejan), aparte que me demoro caleta en vestirme porque con la media guata más la encremá anti estrías se me va harto rato. Almuerzo tipo dos y veo Friends (aunque ya la haga visto igual me entretengo) y después veo "Caso Cerrado", donde o: apenas entiendo por la forma de hablar (you know what I mean), o me quedo impresionada por algunos casos, pero puta que me entretengo.

Luego me meto a internet, o a veces no. Y como está todo el mundo enfermo con gripe, paso sola y al teléfono nomás. Ni ahí con contagiarme.

Eso sería mi vida de embaraza por ahora. Tranquila y haciendo lo que me gusta. No puedo pedir nada más.

Yao los vemos.

jueves, junio 25, 2009

Crónicas Chuchetas CXII: ¿Otro hijo?

En la foto que ilustra este post yo tenía 8 años, mi hermana chica dos, y mi hermano mayor 9. Estábamos en la casa de mi abuela en Valparaíso, de vacaciones seguro. Me encantaba ese vestido, y comer también, como pueden ver. Es bacán tener hermanos encuentro yo, porque son incondicionales. Por lo menos es mi experiencia. Pase lo que pase, sé que siempre estarán a mi lado para apoyarme, y ellos saben que pueden contar conmigo al menor grito.

Por eso me pregunto si le daremos a la Debie un hermano (o hermana) en poco tiempo más. Claro, porque primero tiene que nacer. (¡Faltan apenas 8 semanas!).

Este pensamiento vino a mi mente luego de leer la columna de Gabriel Pisani en la revista Paula, y también porque al principio yo pensaba en quedar esperando otro hijo casi arturo de nacer la Debie, pero ahora lo he pensando mejor. Aunque si fuera por el Gato podríamos tener cinco críos y él feliz, trabajando como loco, pero feliz.

Una de las razones por la que me digo que no es estrictamente egoísta y personal: he pasado tanto susto gueón en estos meses, tanta angustia, que no quiero repetirlo. Como me escribió Olivia (que no tiene blog) una de verdad se pasa mil rollos y se angustia caleta. Los que me han leído de antes han cachado mis post de asustona. Ahora estoy mucho más tranquila, porque la Debie está formada y fuera del dolor de espalda y como que me falta el aire, sé que está todo bien. Además que no le tengo susto al parto, al contrario, lo espero con sabiduría (suena cuático, pero es verdad).


La otra razón es estrictamente monetaria, y supongo que todos me entenderán en esto. Quiero poder pagarle un buen colegio a mi hija (bueno según mi punto de vista: que le enseñen inglés, que no sea megaexigente y que lo único que les importe sean las notas y que no sea católico, no queri na), tener acceso a la salud, que vivamos en un buen barrio, que podamos salir de vacaciones, cuestiones así. La pulenta que no me interesa tener la media casa ni los medios autos ni gueas de última moda, soy más bien sencilla y me carga la gente ostentosa (que da para otro post, toy terrible de ocurrente ahora en la casa).

Pero luego pienso en lo que vine a este mundo (viene la parte mística por siaca) y la pulenta que mis hijos serían mi forma de sembrar bondad, aunque sea en su pequeña vida y en la gente que los rodea nomás. Espero que la Debie aprenda de mi lo bueno, igual que de su padre, y que ande así por la vida, no deseando el mal ni siendo envidiosa por gueas materiales que valen callampa, al principio y al final, digan lo que digan, las moneas no tienen nada que ver con sentirse pleno. Y quiero que ella tenga un hermano o hermana a quien enseñarle sus cosas, a pegarse, a darse besos, a acusarlo que le usa sus cosas, a dejarse en verguenza en la adolescencia, a cocinar para cuatro y no para tres, ir a la feria y comprar más de una fruta que sé que le gusta más a uno que al otro, a lavarle sus ropas, a ir a buscarlos al colegio, a amarlos y hacer de ellos buenas personas que hagan el bien.

Mientras tanto lo pienso y repienso, le hago cariño a mi guata gigantesca y la Debie me da patadas y espero que nazca guatona y llorona, mínimo.

Yao los vemos.

martes, junio 23, 2009

Crónicas Chuchetas CXI: En la casa.

Me siento rara en la jato. No extraño el trabajo, no se trata de eso. De hecho es bacán estar tranquila y no saber de nada laboral. Pero el problema es que no estoy enferma, pero con la media guata que tengo no puedo hacer lo que antes hacía sin problemas. Por el dolor de espalda, por el peso extra, porque me canso más que antes, porque si la Debbie se mueve muy brusco tengo que parar un minuto de hacer lo que estaba haciendo.

Cacho que tengo que hacerme como una rutina diaria, o algo así. Onda levantarme, hago esta cuestión, luego esta otra, almuerzo, hago esto... algo así. Llevo tres días recién en la casa, pero ayer tuve que ir a entregar unas gueas a la pega y hoy me llamaron dos veces para preguntarme sobre pega, también, entonces como que no he logrado desconectarme 100%.

He estado mala pal computador también. Y para leer. No me gusta ser ese tipo de blogero que puro le gusta que lo lean y lo comenten pero no devuelve ninguna visita, asi es que ya me pondré al día, pero los leo a todos.

Parece queja, pero estoy recién saboreando el no hacer nada y tener harto tiempo libre. Ahora voy a salir a comprar unas custiones, a disfrutar de este solcito y luego veré una película, o algo así.

Todavía estoy durmiendo bien, me levanto como 84893 veces al baño en la noche nomás, pero ya estoy acostumbrada.

Yao los vemos.

lunes, junio 22, 2009

Crónicas Chuchetas CX: Que sea guen papá.



Leyendo a la sita Leslie y su día del papá, me dejó pensando acerca de un algo muy importante: si el lolo que ahora amas y con el que te ves en hartos años más será buen padre.


La pulenta que jamás lo he pensado, pero ahora si que cacho que es recontra importante.


No cacho si llamarlo "suerte" o mi premio por tanto pastel, pero estoy segura que el Gato será buen padre porque lo es desde ahora. Seguramente tendremos mal entendidos y él querrá enseñarle algo a la Debbie de una manera y yo de otra, pero en líneas generales no creo equivocarme.


Para empezar, no se ha perdido ningún control con el doctor y, como tenemos su teléfono para llamarlo las 24 horas, el Gato lo hace para preguntarle lo que sea. Cuando siente a la Debbie moverse como loca se pone feliz y más cuando le da hipo. Para el día del papá me dijo que no quería nada porque el regalo yo lo ando trayendo (la Debbie, obvio). Y aunque tener un hijo son más preocupaciones que se suman a la vida, lo veo feliz y con los ojos brillantes desde que estoy embarazada. De hecho él quería mucho antes que yo tener un hijo.


Pero, ¿qué pasa cuando el lolo que tenemos al lado resulta ser despreocupado, no acompaña a los controles, toma distancia y no pesca? Puta que triste.
No creo que exista una fórmula para saber si será buen o mal padre, pero una pista podrá ser cómo fue su papá con él (aunque muchos hombres aprenden a no ser un mal padre como el que tuvieron); que no sea machista (onda que no cambie pañales y que crea que toda la pega relativa a las guaguas sea de mujer); entre otras. Aunque lo único infalible al respecto es la intuición femenina nomás, porque aunque nos hagamos las giles con un montón de cosas, en el fondo siempre sabemos cómo son las cosas con el hombrón que tenemos al lado.
Cosas que pienso a veces, sobre todo ahora que estoy en mi casa, que guea más bacán.
Yao los vemos.

domingo, junio 21, 2009

Crónicas Chuchetas CVIX: Mi papá.

Me parezco físicamente más a mi papá que a mi mamá, porque ella es más bien morena y yo sali rucia y blanca. El pelo se me ha oscurecido y tengo canas, igual que mi papá.

Aprendí tantas cosas de él, que no cacho por dónde empezar.

Mi papá andaba todo el día gueviando en la casa: se levantaba temprano, ponía la radio a todo chancho, se ponía a barrer, pasar la aspiradora, hacer pebre para el asado (era seco para la carne), limpiaba el techo, aspiraba la piscina, nos hacía levantarnos, iba al supermercado, te agarraba pal hueveo en la pasá y así. Tenía mucha energía y jamás lo vi flojear, sólo cuando dormía siesta.

También tuve la suerte de trabajar con él y aprender un montón de trucos, por así decirlos, que me sirven hasta el día de hoy en la vida laboral.

Era sencillo pa' vestirse (no estaba ni ahí con las marcas, mientras la ropa le sirviera estaba feliz) y jamás se compraba un auto muy caro, de hecho lo cambiaba por el mismo cada dos años, full equipo (seco pal aire acondicionado también) porque, según me explicaba, existe mucha gente envidiosa y así, si te va bien o mal, nadie cacha.

Lo extraño todos los días. Todos los días lo recuerdo. En serio, cualquier cosa que haga me lo recuerda. Hasta cuando me miro al espejo, porque tengo su nariz.

Y aunque ya serán 11 años de su muerte, sé que está conmigo. De alguna manera siento que me acompaña en este camino de la vida, también le pido que cuide a su nieta (aunque es primera vez que le pido algo) y espero que esté en paz.

A mi papito que lo amo y amaré hasta que la muerte logre reunirnos.

jueves, junio 18, 2009

Crónicas Chuchetas CVIII: Al fin en la casita.

Hoy día juimos a control de nuevo. Lo bueno es que el Gato ya no se pone mega nervioso porque toda la chorrera de exámenes estaban bien y yo lo tranquilizo. La Debbie está pesando 1.950 y midiendo 43 centímetros ya, la encuentro tan gigante!
Lo mega mejor de todo es que el doctor me adelantó el prenatal, asi es que mañana voy a la pega a entregar la licencia, entrego mis custiones pendientes y me vengo para la casita, a puro flojear y descansar al esparda.

Y no es que le ponga color o que me aproveche del embarazo, pero me canso mucho mucho mucho, me molesta harto la espalda todo el día sentada (y eso que tengo un buen asiento) y lo único que hacía después de llegar a la casa era meterme directo al sobre a dormir. Raja a las 10 y media de la noche.

Claro que no es como estar de vacaciones, porque tengo la media guata, según el doctor comenzaré a retener líquido (y lo único que queda es la resignación), no puedo caminar onda vitrineo y conversando a la vez (me farta el aire) y la idea mía es descansar nomás, que harta falta que me hace. Además que tengo que comprarle el colchón de la cunita a la Debbie y otras cuestiones más, ver a la matrona y esperar que pase el tiempo y mi niña nazca.

Lo peor del embarazo es el principio, que duda cabe. Si me leen de antes cachan lo asqueroso, porque hasta ahora he disfrutado harto mi guata y sentir como mi niña se mueve a cada rato. Y mejor ahora, sin tener que ir a la pega.

Yao los vemos.

martes, junio 16, 2009

Crónicas Chuchetas CVII: A chuchá limpia.

Si se han fijado, en la descripción de mi perfil dice: “Viñamarina de nacimiento pero soy hija de porteña por eso lo de chucheta”. Y no son sólo palabras, es la pura verdad.

Claro que cuando era niña de alguna manera yo intuía que no debía decir garabatos, ni en el colegio ni en casas de amigos. Recuerdo que una vez se me salió un “chucha” en el recreo y me sentí recontra mal, miré para todas partes para ver si alguien me había escuchado. Iba en tercero o cuarto básico.

Lo peor era que donde yo vivía habían tres hermanos que su prima era mi compañera, y siempre que habían discusiones en el curso (era entera aniñá y siempre tenía la última palabra) ella siempre, pero siempre me decía que yo era garabatera. Y obvio, me quedaba en silencio porque era lo peor. No para mí, pero yo cachaba que para los demás.

Ahora adulta me ha tocado ir a casas donde me piden expresamente que no diga garabatos porque los hijos de los dueños de casa no los dicen. Cosa que yo respeto, pero no estoy de acuerdo.

Lo propongo como tema pero la verdad es que lo tengo muy claro. Cuando nazca la Debbie yo seguiré siendo la misma de siempre (como persona me refiero, no cambiaré mi personalidad para mi hija crea que yo soy de una manera determinada) y si en mi casa digo garabatos y ella los escucha, me da lo mismo. Si los repite, también. No lo encuentro grave ni para cortarse las venas ni una falta de respeto gigante. Me acuerdo que mi sobrina mostra, la Vale, no decía garabatos cuando niña (a pesar que yo le enseñaba) porque me decía que las niñas no dicen garabatos. No tenemos idea de dónde sacó esa respuesta, pero a pesar que vivía con puras chuchetas, no le gustaba decirlos.

Contextualicemos eso sí: me cargan los brocas mal educados y sin modales. Es que me reempelotan. Mi hija será malenseñada, quizás, pero con modales: saludar, despedirse, saber sentarse a la mesa, ese tipo de cosas. No estoy hablando que salude y diga: hola poh viejo chuchetumare, y yo me ría y le celebre la ordinariez. ¿Me cachan la idea?

Me preocupan más otras cosas que los garabatos, la verdad. Como los valores de vida que con el Gato le inculcaremos y los verá en nosotros y en nuestra vida diaria. Una cosa es el fondo y otra es la forma. Y si es chucheta pero guena persona, yo, feliz.

Yao los vemos.

viernes, junio 12, 2009

Crónicas Chuchetas CVI: 30 semanas.


Quizás algunos encuentren que le pongo cuarquier color, pero para mí es como casi casi estar en la recta final, ya que las guaguas nacen entre las 38 y 40 semanas de gestación. ¡Encuentro que falta tan poco!

Y a medida que las semanas pasan y la Debbie crece y engorda, las molestias son mayores y hasta me olvidé de cómo era ser “normal”, o sea no preñá. No he engordado taaaaanto (ya publicaré una foto para que ustedes mismos juzguen, enteros sapos) pero como tengo todo más apretado, obvio que tengo menos capacidad pulmonar, o algo así me explicó el doctor. La cosa es que la respirá es más difícil y me mega canso. Supongo que debe ser también por el trabajo, porque a las 10 y media de la noche estoy raja que rato. Estoy puro esperando el prenatal para estar más tranquila y descansada.

No soy de esas embarazadas que su principal preocupación es no engordar y que no le salgan estrías y verse siempre la raja. Me hecho cremas contra la estrías (no para como dicen los envases) y como a cada rato pero puras custiones light o frutas. A veces me voy al chancho, pero evito algunas cosas por la cantidad de sal, como las papas fritas. Lo que sí he soñado que ando vestida con poleras apretadas y me toco la guata y ¡no tengo na! (la más plana de guata seguro). He disfrutado harto esta última etapa la verdad, lo único que me siento como ballena para hacer cualquier movimiento, a saber: sacarme/ponerme las botas o zapatillas; sacarme/ponerme los pantalones; salir/entrar de la ducha; jabonarme los pies y piernas; entre varios otros. El Gato me corta las uñas que rato y trato de molestarlo lo menos posible con estas gueas que me cuestan hacer, pero si tuve un día muy pesado en la pega lo gueveo a cada rato y cagó nomás. Y aunque me siento como ballena con lo de los movimientos, evito ser así: no pasó vará en la cama y como estoy seca para la cocina lo hago sentada, por último. Porque de que me canso, me canso.

Todos estos son sacrificios que durarán este poco tiempo nomás y ya luego tendré a mi guatona en brazos, que es lo único importante por ahora. Sobre todo ahora que la Debbie se mueve más que la cresta, todo el día, incluso a veces me molesta, y obvio, el Gato se pone refeliz. Ya caché que dejé de ser el amor de su vida y estoy desde ya en un segundo plano, pero la pulenta no me importa.

Yao los vemos.

martes, junio 09, 2009

Crónicas Chuchetas CV: La ropa de la Debbie.


El fomingo fuimos a la “Expobebé” con el Gato. Hacía un frío de mierda y en el camino me dieron ganas de devolverme directo a la cama, porque cuando Santiago está todo gris y veo perritos tristes me da más pena. Pero como la idea era que el Gato viera los coches en vivo y en directo porque mis explicaciones no las entiende (no entendía eso de los coches que traen la silla para recién nacidos y además la de paseo), y una vuelta no me haría nada de mal, porque cada día me canso más, me duele más la espalda y con el trabajo la verdad que apenas me queda tiempo para descansar nomás. Con razón el prenatal, es harto duro trabajar con la media guata y el cansancio.

Estaba repleto: llenos de papás con sus hijos y mujeres como yo, preñás. Nos regalaron cualquier durce y folletos hasta decir basta. Lo bueno fue que pudimos sapear una infinidad de coches y otros productos que no creo que compremos, por lo caros y pocos útiles. Les dejaré a los demás familiares comprar custiones de puros chochos.

Lo pior pior es que la ropa no me gustó nada. Me niego a comprarle pura ropa rosada sólo porque la Debbie es, obvio, mujer. Ropa ñoña de guagua, sin onda. Piensen que soy agilá, pero no puedo vestir a mi hija como guagua ñoña. Ni cagando. He visto ropa rosada linda, de hecho mi cuñada me regaló (a la Debbie, pero yo la represento por mientras) una ropita hermosa rosada, con zapatillas y hasta medias, pero es un rosado bonito y el diseño es bacán.

En realidad lo único que le hemos comprado ha sido la cuna. Pero tiene dos trajecitos (uno con una cara de león), dos pares de zapatos, un babero (me va faltar uno para el Gato), y no recuerdo que más. ¿A qué hora le voy a comprar si llego raja a mi casa y el finde se me hace agua? Estoy puro esperando el prenatal para tener el tiempo para comprarle ropa a mi gusto, de hecho su primera ropita cuando salga de la clínica al mundo por primera vez (un gran momento en la vida de todos) se la compraré especialmente, una ropa con onda, para que desde chica sea aniñá y pará en la hilacha, a menos que salga con no sé que genes y sea toda una señorita.

No me importa demorarme en escogerle su ropa ni tampoco no ponerle la ropa que yo considere ñoña, aunque se la haya regalado mi suegra (mi mamá me cacha los gustos). Como ya he escrito otras veces, quiero una hija guatona, llorona, de hartos colores, para que de niña descubra el mundo y sea de mente abierta. Y garabatera si quiere, me da lo mismo, pero eso da para otro post.

Imposible que no sea una chucheta chica.

Yao los vemos.

jueves, junio 04, 2009

Crónicas Chuchetas CIV: Trato de entenderlos.

Antes, cuando trabajaba con los gringos, tenía una compañera de trabajo entera mala onda y cuando podía, me cagaba. Le daba lo mismo si yo almorzaba tarde o menos rato por su culpa (era mi backup, como se dice), siempre con malos modos, llenándome de pega adrede y todas esas cosas que hacen los malos compañeros de pega.

Y aunque muchísimas veces me daba más rabia que la cresta, igual la entendía. La lola esta vivía con un loco (al que yo le puse el “maravilla”), entero levantao de raja y que le bolseaba a la pobre. Como ella era la encargada de asignar los vales de radio taxi y los vales de consumo de algunos lugares, el maravilla comía y andaba como rey en radio taxi gracias a ella. No estoy hablando de más por siaca, yo mesma (más el junior) cachamos estas movías. Una vez me pidió si le podía arreglar el currículum al maravilla para imprimírselo a color, y era entero grupiento: jamás había terminado ninguna carrera y tampoco había tenido un trabajo estable. Y cuando una conversaba con él, era el típico charlatán.

Por eso yo la entendía, le podía perdonar que TODOS los lunes llegara con la mensa cara de poto, que de vez en cuando me tratara de cagar con algo, porque con esa vida de mierda que tenía (no lo digo en tono de superioridad), ¿qué más se le podía pedir? Y aunque me enojara y lo pasara mal por su culpa, les juro que la entiendo.

Me pasa también con otras personas, que de alguna manera me han perjudicado o lo han tratado de hacer. Parto de la base que si me cagaron, también tengo mi cuota de responsabilidad al dejar que lo hicieran, de no cortar antes las cosas. No siempre, eso sí, porque hay gente mala mala mala, que una no cacha lo que le están haciendo. Pero muchas veces le digo al Gato cuando él es tajante con alguien (es un hijo de la gran puta y punto, según él): mira, le digo yo, el pobre gueón tuvo una infancia de mierda, una adolescencia asquerosa, padres como el poto, lo que sumado y revuelto da una persona como la caca, estamos de acuerdo, pero por eso es así.

Lo que pasa es que sí creo que la gente es de cierta manera por las circunstancias de la vida, nomás. La niñez nos marca a fuego y no tenemos nada que hacer si nos toco la mala raja de tener padres despreocupados o una vida penca en esa etapa de la vida. Lo bueno es que mucha gente da vuelta las cosas y si tuvo una familia como el poto, lucha por tener una buena vida en la adultez y saca lecciones de lo que le pasó. Pero son los menos, lamentablemente.

Me es más fácil comprender a los amargados, eso sí. Porque a la gente mala la entiendo pero cuando la rabia se me pasó y trato de no juzgarlos. Pero con los amargados es distinto porque con cachar un poquito sus vidas una entiende sus actitudes y comportamientos, y al final, siempre son dignos de toda nuestra lástima. Por ejemplo, si conocemos a una lola que siempre nos hace comentarios en mala y del tipo venenoso (estai súper pálida, pareci muerta, como me decía una guatona fea hace varios años atrás), primero no hay que hacer caso, y segundo, darle una mirada a su vida para entenderla. No es una mirada de superioridad, sino de comprensión y de un resto de lástima, lamentablemente.

Quizás por esto mismo se me pasa el enojo con algunas personas que intencionalmente me causaron un daño, pequeño o grande: porque finalmente siempre las entiendo, y cacho porqué son tan pencas para hacer lo que hacen. Lo que encuentro muy raro y terrible son las niñas de 13 años que son capaces de hacer comentarios mordaces o generar daño en forma totalmente consciente. ¿Qué clases de padres han tenido las pobres?

Cosas que pienso a veces.

Yao los vemos.

miércoles, junio 03, 2009

Crónicas Chuchetas CIII: Malos días en la pega.


He tenido malos días en la pega, por problemas que no contaré, obvio, pero sí les diré que tiene que ver con esas personas que les falta “inteligencia emocional”, por decirlo de alguna manera. Además que ahora las cosas me afectan de sobremanera, y me puedo poner a llorar por cosas que antes sólo me hacían putear. Aunque las injusticias siempre me han emputecido.

Es que hay cosas que no entiendo: ustedes comprenderán que con siete meses (y la Debbie pesando 1 kilo 300 grs.) el embarazo se me mega nota y que busquen a alguien a última hora para reemplazarme no es mi culpa, y que se pongan nerviosos a última hora también no es asunto mío en lo más mínimo. No cacho si a todas las embarazadas con pie en el pre natal las gueviaran tanto en la pega, ojalá que no.

Entonces obvio que llego mega chata a mi casa y a puro acostarme. Mi mamá me dice que no la llamo nunca pero es que no llamo a nadie (me carga hablar en la pega por teléfono como esas secretarias que lo único que hacen es estar con la oreja pegada al auricular) porque quiero puro acostarme, a descansar la espalda y tratar de cambiar de ambiente.

Y justo ayer cachando que ver en el cable (no veo noticias porque son puras tragedias) me encontré con un programa del canal 13 cable, donde entrevistaron a Coco Legrand. Y él dijo algo que me ayudó harto, aunque suene medio agilao: que uno venía a este mundo, como primera cosa, a ser feliz.

Me quedé pensando y sumando: tengo un embarazo sano, una hija hermosa que crece sana, patea a las 4 de la mañana como loca, le da hipo, mi Gato que es lo mejor que me ha pasado en muchísimo tiempo, familia sana, mi hermana que vive recerca y a cualquier grito corre (mi mamá se demora más), amigos que me cachan en qué estoy, buen trabajo, una casa grande, hartas frutas y verduras, crema anti estrías, vivo en un buen vecindario, tengo plata para tener a mi hija en una clínica (le tengo terror al sistema público de salud), entonces es una guea que me amargue por una persona que no entiende los procesos naturales (y re obvios) de la vida.

Por eso hoy en la mañana me levanté de buen ánimo, porque tengo dos opciones: o ando enojada y puro puteando, o valoro lo que tengo y doy gracias por ser tan afortunada. Porque obvio no quiero que nada altere a la Debbie dentro de mi guata, quiero que tenga una estadía lo más placentera posible, porque después cuando crezca le va a tocar duro y no podré hacer nada para impedirlo, aunque lo desee con todo mi corazón.

El Gato le preguntó al doctor si realmente la Debbie puede escucharnos, y él nos dijo que es cosa de meternos unos cuantos centímetros debajo del agua para cachar que es puro engrupiento de la gente hacia los papás. Lo que sí una le transmite a sus hijos son las emociones a través del cordón umbilical. En realidad esta última frase es la interpretación que yo le doy a lo que nos dijo el doctor, porque habló de transmisión de sustancias. Por eso quiero puro transmitirle guenas vibras (aunque si ando triste y lloro, no tengo como remediarlo) para que cuando nazca sea tan pelusona como lo ha sido hasta ahora.

Yao los vemos.

lunes, junio 01, 2009

Crónicas Chuchetas CII: Ir a control.


Los primeros meses siempre iba cagá de susto. Cómo andaba pensando puras desgracias, era como lo lógico. Incluso una vez apenas la vimos en la pantalla (tenía cuatro meses) me puse a llorar como agilá porque – obvio – esperaba puras malas noticias.

Pero ahora, que ya tengo 7 meses, voy tranquila, casi como de rutina. Puede sonarles entero cuático, pero trato de conectarme con mi “yo interno” o algo así, e intuyo que todo está bien. De alguna manera, lo sé.

La pasión del doctor es el corazón y nos comentó ayer que le gustaría que su hijo estudiara esa especialidad, cardiología infantil. (Me parece que así es). Por eso mira la cucharita de la Debbie y la escucha alrededor de un minuto para sentir los latidos en forma continúa. Creo que ayer estuvimos cerca de media hora mirándola, midiéndole su cabecita, el cordón umbilical, mirando la placenta. El Gato se veía menos nervioso, pero llena de preguntas al doctor. Se me imagina que se caga de la risa de él y nos pesó a ambos y aprovechó de darle una orden médica para que se hiciera el famoso examen del colesterol y varios más, ojalá no tenga nada porque el Gato es seco para la grasa. Con la cuea que es delgado nomás.

Y como ya tengo 7 meses y cada día que pasa me acerca al momento del parto, ayer en la camilla me imaginaba cuando el Gato esté a mi lado, vestido como dostor, esperando el nacimiento de nuestra niña hermosa. Llegué a verme en ese instante. Es bastante probable que llore de antes (porque soy entera llorona y más ahora) y el Gato tratará de aguantarse las lágrimas, pero igual va a llorar. Y todas las abuelas, y tíos y primos que estarán esperando afuera, también. Será un momento mágico que desde ya lo disfruto, porque la dura no tengo susto al parto, de hecho hace poco una lola de la pega que tuvo a su hijo recién me contaba de las contracciones y no me importó. Al contrario, la escuchaba con atención para aprender y para cachar cómo será cuando nazca la Debbie.

Es bacán ir a control, porque podemos sapear a nuestros hijos, como nadan, patean, degluten y son felices dentro de nosotras, es todo tan mágico. Pensar que dentro nuestro una persona crece y después nacerá, como que no lo creo.

Les vuelvo a agradecer los consejos, historias y guenas vibras. Nunca están de más.

Yao los vemos.