jueves, septiembre 24, 2009

Crónicas Chuchetas CXXX: Le poní cualquier color.

Ahora lo puedo contar porque la pediatra me dijo que no fui alaraca, pero igual me da su resto de verguenza.

Ocurre que el viernes pasado le miro las uñas a mi chancha y ya le habían crecido desde que mi mamá se las cortó por primera vez. Entonces le digo al Gato que la sostenga (estaba en la casa porque tenía prueba y se pidió el día, day off que le dicen en su pega siútica) y yo le corto las uñitas. Ahora viene la parte de mala madre: no caché bien, y le corté el dedito. Se despertó mi chanchita, pero no de dolor, o por lo menos no caché que le doliera tanto, y comenzó a sangrar caleta, y yo comencé a llorar como loca, sintiéndome la peor madre del universo. Ahora me da risa, pero puta que me angustié.

Llamamos a la pediatra que estaba en una reunión, y nos dijo que nos fuéramos a emergencias mejor. Partimos, yo llorando, viendo como le sangraba el dedito a mi chanchi, y ella, raja durmiendo. La miraba a cada rato, porque me pasaba el rollo que más o menos estaba desangranda y que se estaba desmayando por la sangre perdida, esa onda.

Entramos por el lugar de las ambulancias, el Gato me dejó mientras estacionaba el auto, y cuando entro me agarra un auxiliar de enfermería y me pregunta qué pasa, porque obvio que con mi cara de angustia quizás que rollo se pasó. Cuando cachó la mamá colorienta y primeriza que soy, me calmó y con otro auxiliar me llevaron para ajuera, o sea donde se ingresa y se espera, y le limpiaron el dedito a mi niña hermosa. La gente me quedó mirando porque quizás que cara de angustia tenía, obvio. Y yo seguía llorando, me decían palabras bonitas y yo más lloraba. Puta que estaba angustiada. Llegó el Gato de estacionar, mudé a la chancha, ella se puso a hablar en su idioma de guagua exquisita, y varias señoras me decían que no me preocupara, que ellas le pasaban cortando el dedo, gueas así.

Finalmente entramos a que nos atendiera una pediatra, que nos mandó pa' la casa de una, porque fue un pequeño corte en una parte que sangra harto.

Esta es mi primera anécdota de madre primerizaenteraalaraca.

Lotro: a pura pechuga, mi chanchi ya pesa 5 kilos 600 y mide 56 centímetros. Tiene el desarrollo sicomotor de una guagua de tres meses, nos dijo la pediatra.

Y lotro: como paso a cada rato con mi hija hermosa y la pechuga ajuera (tema de un post) y no tengo tiempo para venir a sentarme a escribir y a leerlos, me compraré un laptop o notebook o como quieran llamarlo. Así podré escribir en la cama, y navegar también. Porque puta que extraño escribir, tengo mil ideas.

Asi es que cuando tenga mi pulento pc en mi farda, los visitaré a menudo. Por ahora los leo nomás. Y le quito tiempo al sueño para escribir.

Yao los vemos.

lunes, septiembre 14, 2009

Crónicas Chuchetas CXXIX: Enamorada de mi hija.

Mientras mi chanchita duerme y su papá toma once al lado de ella y ve Futurama (entero fanático que ve hasta los capítulos repetidos) vuelvo a escribir con la idea de publicar, obvio. Porque el 1 de septiembre estaba de lo más entrete escribiendo y tuve que ir a dar papa (o sea mis pechugas) y cagué con publicar.



Han pasado caleta de custiones, obvio también.



Pa' cerrar el tema con la cesárea, me saqué los puntos como a los 15 días del parto. No me dolió nada, pero igual me dio susto. Bajé 9 kilos con el parto. Es que una, después de parir, queda con cuarquier retención de líquido. Pero CUARQUIER CALETA DE CANTIDAD. La cagó. Se me hincharon los tobillos, como los monos de nieve tenía las patas. Tuve que usar pantuflas 1 semana, onda Hugh Hefner, pero con retención. Y es normal, obviamente. Yo cacho que bajé tanto porque mi chanchita jue grande, más el líquido que retuve. Ahora me veo más normal, y como me siento mejor, estoy chata de usar la ropa de preñá. Porque toda mi otra ropa la guardé y dejé la ropa que me servía embarazada. Y obviamente no he tenido tiempo para sacarla. Uso faja eso si, porque la guata queda entera rara, y el doctor me dijo que comenzara a hacer ejercicio a los dos meses de la asquerosa cesárea. Y como me siento mejor, extraño mi cuerpo de antes. No es que haya sido la media top model, pero mi cuerpo es otro ahora. Y como me siento mejor ahora y mi chancha me toma todas mis defensas, me dio un virus parece y me dio fiebre, o sea estado febril, la gueá es que tuve 37.5 del jueves en la noche hasta el viernes. Llamamos al doc al fono 24 horas emergencia y se asustó por la asquerosa cesárea (puta que la odio, supongo que se nota) pero como yo no he sentido ningún olor raro ni dolores, yo cachaba que no era eso, pero igual juimos a su consulta para que me revisara y me hiciera la asquerosa ecografía tranvaginal (tiene todo el equipo en su mesma consulta porque el doc es entero pulento) y me mandó a hacer mil exámenes para descartar. La cosa es que el sábado amanecí entera pulenta y listo, juera el virus. Igual como del martes me sentí media rara, se me estaba incubando de antes.


Puta que tengo que escribir. La pulenta que se me hace poco el tiempo. De hecho ahora estoy quitando mi horas de sueño para escribir (dénse con una roca en los dientes), porque la rutina en la tarde es: bañar a mi exquisita alrededor de las 7 de la tarde, y luego al sobre. Porque le doy pecho para que se relaje más, yo me acuesto tipo 8 (o antes si estoy muy raja) y a las 10 estoy zzzzzzzzzzz, para despertarme tipo 11:30 o 12 de la noche a mudarla y a alimentarla. Pero gracias a que el clima está mejor (más calido) eso me da ánimos. Ya ni veo ni tele ni mis programas favoritos en la noche, puro duermo. Aunque en la mañana sí veo más tele y en la tarde me hago rechupete las teleseries brasileñas.

Ahora, para las mamás primerizas: las primeras semanas. Son harto duras, la verdad sea dicha. Porque no cachai una y los días son iguales unos a otros, es raro la verdad. Mi chanchita se porta relativamente bien, no se despierta a cada rato ni nada, claro que ahora lo digo porque toy entera perita, pero las primeras dos semanas son duras, sobre todo con el clima de mierda, lloviendo y nublado. En todo caso yo no quise que nadie me visitara ni nada, ni tampoco llamadas telefónicas, porque no le iba a sumar más estrés al que ya tenía. Es que la hormonas mariconas hacen estragos con una, más con una guagua que no se cacha nada (lo que no tiene nada que ver con el amor que una le tenga, pa' que no me digan na), por eso a las dos semanas yo me comencé a sentir con la sensación de depresión (que ya he tenido, por eso cacho) porque entera agilá no dormía siesta y daba todo el día pecho. Era asqueroso. La cosa es que salí con el Gato al supermercado (a uno grande pa vitrinear y comprar custiones pa la chanchi) y me sentí entera bacán, con esa pura salida que para muchos es asquerosa y hasta rutinaria. También cambiamos de pediatra y me gustó más la segunda (que ve a mi sobrina mostra hasta el día de hoy) y me explicó lo del relleno, porque le otro guea me dijo: dar de mamar 20 minutos por pecho y el relleno. ¿Cuándo rechucha las guaguas toman 20 minutos por lado y listo? Entonces la otra pediatra me dijo que era pecho y si es que quedaba con hambre, relleno, cosa que era más lógica para mi. Y de pura agilá le daba relleno, porque mi leche es entera pulenta y está terrible de guatona ahora, y sana. Y mal genio. Salió mal genio la cabra.

Ahora sí me voy al sobre, toy zzzzzz. Les agradezco mucho los comentarios de las fotos en facebook, y en mi blog. La pulenta que algún día los visitaré y los comentaré (los leo en google reader a veces), porque esa onda de tener el medio ego virtual agueonao y no visitar me carga, pero espero que me entiendan.

Guena suerte para las futuras mamás que me leen, y si hay preguntas, dele nomás.

Yao los vemos.