miércoles, diciembre 23, 2009

Crónicas Chuchetas CXLIX: Mi primera navidad.

El primer recuerdo que tengo de la navidad debo haber tenido unos 4 años. Mis papás nos acostaban temprano el 24, asi es que veíamos los regalos tempranísmo el 25. Recuerdo que caminé hacia el living y veo el sol entrando por los ventanales y lleeeenooo de regalos: una piscina inflada, pelotas esas de playa grandes y ese típico olor a plástico que algunos recordarán.

Y el otro día, viendo videos familiares con mi mamá, mi hermana y mi sobrina mostra (estuvimos toda la tarde en eso) recordé cómo eran las navidades en mi adolescencia. Lo que pasa es que mi papá ponía un trípode con la cámara enfocando hacia el living, entonces, cuando abríamos los regalos y llegaba gente a saludarnos, todo se filmaba sin pausa. Un resto latero para el resto, pero para mi familia grandes recuerdos.

Se me viene a la mente el calor, todas las ventanas abiertas y la música a todo chancho en la cocina y en la sala de estar, mi mamá terminando de preparar la cena y mi papá se encargaba de adornar la mesa, y nosotros tres dando vueltas, ayudando en diferentes cosas. Y después abríamos los regalos y nos probábamos la ropa, nos besábamos al entregarnos los regalos, mi mamá gritaba cuando algo le gustaba mucho (le ponía cualquier color), mi papá contento con sus lápices y nosotras empelotándonos en vivo y en diresto. Una navidad yo estaba entera guatona y con el pelo horrendo, la otra flaca y con el pelo decente; mi hermana entera pendeja y después preñá, mi hermano todo mino y buen hijo.

Después que mi papá se murió y vino el rearme de cada uno y de la familia, las navidades han sido distintas. Volcadas a los niños (mi sobrina mostra y mi sobrino mostro) y con gente entrando y saliendo de la familia. Pero ahora es mi primera navidad como madre, y es la raja.

De hecho con el Gato no pescábamos mucho la decoración navideña, aunque igual armábamos un árbol entero piola y listo. Pero este año el Gato se embaló y compró un pulento árbol de 1.80 (costó entero barato porque lo vimos en una megaliquidación), adornos, velas y un saludo pa' la puerta. La chanchita mira el árbol cuando lo encendemos (le gustan los colores en movimiento) y le envolvimos unos vestidos hermosos nomás, total, todavía no cacha na.

Esta es mi primera navidad como madre y el sentido que siento que tiene es que a través de los regalos podemos decirle a la otra persona que la queremos y que nos preocupamos por ella, si escogimos un regalo que a esa persona le guste mucho, sea un perfume caro o una foto llena de sentimientos.

Me gusta la navidad porque la siento familiar, un motivo de encontrarse, comer rico, darse besos, entregarse un presente buscado con ahínco, mirar la cara de los niños que se ponen nerviosos por el Viejito Pascuero, hacer familia.

Por esto mesmo les deseo a todos que pasen una hermosa navidad en familia, que reciban harto amor y buenas vibras, porque no hay nada en el mundo para sentirse la raja, que saberse amado.

Yao los vemos.

martes, diciembre 15, 2009

Crónicas Chuchetas CXLVIII: Como va mi cerderismo.

Cuando una queda preñá y es guena pal diente, engorda caleta. Así como yo. Por si no se acuerdan el post que escribí sobre lo guatona que estaba, lo pueden volver a leer acato.

Ya ha pasado más de un mes. Y por primera vez en mi vida, he adelgazado sin esfuerzo ni dietas. Esa onda.

Claro que no estoy desnutría ni mina ni nada. Pero desde el post aquel que les contaba cómo estaba de guatona hasta ahora, hartos kilos he perdido. Lo que pasa es que no me he pesado, porque me pasa que si lo hago y cacho que los kilos son caleta, como que me deprimo y como más. Entonces cacho por la ropa nomás.

Por ejemplo unos jeans que se me salían como chorromil rollos y apenas me cabían, ahora que quedan bien. Lotro día me compré unos tolonpas talla 44 y me quedaron la raja. Obvio que lo ideal para mí será llegar a usar la talla 42, pero paciencia nomás.

Lo que no me ha bajado ha sido la guata. Es que la tengo rara. Me quedó así después del parto, una guata que desconozco. Pero como mi cerdita tiene 4 meses nomás, me consuelo. Porque si tuviera un año y yo tuviera esta guata, me deprimiría.

¿Y cómo lo ha hecho? Se preguntarán ustedes. Les cuento: en la comida trato de no cerdear. Si voy al supermercado, compramos lo necesario nomás. Nada de chocolates, ni helados ni nada. Cuando voy a comprar pan a la panadería que hacen puros pasteles ricos, compro puro pan. Harta ensalada, pero también le hago al arroz, fideos, papas. Como de todo la verdad, porque como estoy dando pecho, no puedo hacer dieta estricta. Y el único ejercicio que hago es caminar, más o menos como una hora con la chancha. A ella le encanta, salió entera patiperra, y yo pienso y miro y me venteo también.

Por eso he pensado que cuando tenga mi otro hijo o hija, adelgazaré primero antes de quedar preñá. Porque puta que es frustrante ponerte un pantalón y que se te salgan todos los rollos o que no te suba por las piernas. Es repenca. Me acuerdo que como por septiembre me compré unas poleras talla M y me quedaban a presión, la pulenta que parecía prieta, pero me dije a mi misma que me debían quedar buenas. Y ahora me quedan la raja.

Así con la cosa. Por eso les digo a las lolas que aún no se preñan pero que quieren, adelgancen antes. No engorden como cerdas en el embarazo. Porque si le sumai la cagá hormonal después del parto más parecer ballena, te doy firmao que te deprimí. No sean como yo que soy cerda. Si después cuesta caleta adelgazar. La pulenta que sí.

Yao los vemos.

viernes, diciembre 11, 2009

Crónicas Chuchetas CXLVII: La vida ha sido buena conmigo.

Los que me leen de hace tiempo -cuatro años ya- cachan que me han pasado gueas pencas. Re pencas. Obvio que no soy la única, lo que pasa es que yo la mayoría las he escrito. Por eso cachan.


De hecho, alguna vez pensé que la vida que me había tocado era asquerosa y que nada valía la pena. También alguna vez pensé que era la peor mujer del mundo, que merecía puras gueas malas y que nadie me quisiera, onda como si tuviera un estigma. Si jamás nunca me vi como mamá, hasta ahora que es realidad.


Creo que fui relativamente feliz hasta los 25. Relativamente porque como no quise seguir estudiando derecho y no sabía qué guea estudiar ni cachaba pa' onde iba la micro, lo que me mantuvo angustiada harto tiempo. Pero en mi casa todo andaba bien, mi familia siempre tuvo un buen pasar económico y jamás escuché en mi casa que había que esperar a fin de mes para algo. Eso sí aprendí a ser sencilla y austera, na de levantaos de raja.


Y así jue como cerré mi cuenta corriente y pagué las deudas y me mandé a cambiar a Europa. Los planes eran vivir allá unos años, en ese espíritu patiperro que tengo. Total, no tenía nada que perder. Jui con un ex, ya que su padre vivía allá desde que se había autoexiliado. A este ex le guardo mucho cariño y enveces parlamos su resto. Obviamente, partimos de mochileo: Lyon, Paris, Luxemburgo, Bruselas, Copenhague y otras chorreras de ciudades que no recuerdo. Estando en Malmo llamo para mi casa (siempre llamaba para contar que me había subido a la Torre Eifel, por ejemplo) me contesta mi madre con una voz terrible y me cuenta que mi padre se había muerto. Cuento corto (como si se pudiera): nos vinimos rajaos para Chilito. Mi papá murió un martes 8 de septiembre de 1998, y yo llegué el domingo 13. Algún día les contaré con lujos de detalles, ya que me servirá de terapia también.


Desde ese momento mi vida se partió en dos. Y para mi familia también. Sufrí muchísimo, lo indecible. El dolor no se puede poner en palabras. Se vive nomás. Pero gracias a Dios mi hermana tuvo un domingo 7 (que nació un domingo 7 de verdad) y nos iluminó la vida. Mi hermosa sobrina mostra que la amo más que la chachu, y que en este febrero cumple ya 12 años.


Y seguí haciendo puras gueas. Porque me sentía mal: me desmayaba, me pasó una guea rara que no quería salir de la casa, me daban ataques de angustia, me puse a fumar, me metí con pasteles (mi culpa pero igual son sacos de gueas), y así. Entonces obvio que sentía que mi vida era asquerosa, hasta que una señora me dijo que no pensara que tenía mala suerte en el amor, sino que lo tomara como experiencias. Harta razón le encontré.


Me costó salir de esa depre, porque la persona que me debía ayudar y dar soporte era entera torpe y estoy casi 100% segura que es narciso. Pero gracias a Dios ya no es mi problema.


Fue en ese tiempo que me las di de valiente he hice gueas que ahora pienso que puta que jui aperrá, pero todo me salió la raja: me fui a vivir sola, encontré una pega rápido, carretié hasta que me dio puntá, canté a todo chancho, caminé sola, hasta que conocí al Gato.

Pueden pensar que todo lo que cuento no tiene nada que ver con el título de esta entrada. ¿Cómo si me han pasado hartas gueas malas puedo dar gracias? Por eso mesmo: gracias a lo que he vivido, soy la que soy. De las cosas malas trato de sacar una lección, y aplicarla en mi vida, en mi día a día.

Siento que mi vida ha ido de menos a más. Y con el nacimiento de mi hija, cuando le veo sus ojitos, su nariz igual a la mía, sus ojos iguales a los de su padre, la forma en que me sonríe, que trata de hablar en su lengua guaguistica, sé que la vida ha sido buena conmigo. Muy buena.

Yao los vemos.

miércoles, diciembre 02, 2009

Crónicas Chuchetas CXLVI: Ensimismada.

No he estado tan buena para escribir en mi blog como acostumbro porque mis días son tranquilos y casi iguales, con la excepción de los días que voy a la doctora a terapia. Y los findes.


Podrán creer que me aburro, pero no. Me gusta mucho mi vida ahora. Me gusta esta calma diaria, el estar todo el día con mi hija cantándole, lavándole el poto, paseándola cuando se pone mañosa, salir a caminar en el coche, ver como toma sus juguetes y que cada día aprende algo nuevo. Y crece guatona y hermosa.

Lo bueno es que anímicamente me he sentido mucho mejor, ya no tengo algunos síntomas asquerosos (como la angustia de la mañana) y que el sol salga todos los días me ayuda mucho.

También miro la vida con otros ojos: ahora sí tengo esperanza. Desde que nació mi hermosa hija y la vida ha vuelto a tomar un ritmo, me pregunto cómo lo hacía antes para levantarme en las mañanas que amanecía deprimida o que me daba angustia ir a la pega porque me cargaba. Claro que soy una luchadora 100% y le tuerzo la mano a la vida, aunque tenga los genes cagaos igual lucho. Pero ahora todo es diferente, todo tan diferente.

El amor que se siente por los hijos no se puede explicar, porque sólo se siente. Mi corazón está llenísimo de amor por esta niña hermosa que me mira con sus ojos hermosos y me regala un millón de sonrisas al día, y con sólo eso yo me doy por pagada en esta vida, con sólo esos pequeños gestos soy inmensamente feliz.

Supongo que la maternidad me tiene totalmente ensimismada, que no necesito nada más todavía. Leo cuando puedo (casi nunca), escribo a la rápida y después de haberlo pensado en los paseos con la chancha, me encremo a la rápida en las mañanas, me peino una pura vez al día, ya no me pinto las uñas y las uso cortas.

Sin embargo, tengo amor y esperanza por montones. Mi hija me hace completamente feliz, de una manera nueva y que jamás imaginé.

Ya vendrá el tiempo para ser mujer. Ahora sólo quiero ser mamá.

Yao los vemos.

sábado, noviembre 21, 2009

Crónicas Chuchetas CXLV: Nuestro Hogar.

Ahora que mi hija guatonita está más grande cada día y expresiva, he estado pensando en como me gustaría que sea nuestro hogar.



No es que antes los dos solos no formáramos un hogar, pero con hijos cambia la cosa. Y harto. Obvio.

Lo que trato de hacer ahora es entregarle harto amor, harto harto. Porque quiero que crezca como una niña segura, que se sabe amada, que en este despelote de libros, guitarras, quenas, música, está su Hogar. Así con mayúscula.

Es que tengo una teoría personal media siquiatrica al peo, si quieren: la niñez nos marca a fuego, y las cosas y trancas y dolores y alegrías que pasamos en esa etapa, nos hacen ser adultos buenos, malos, envidiosos, trancaos, cagaos, tristes, alegres, guena onda, entre otras miles de custiones más que ustedes pueden agregar. Entonces, dentro de las cagaitas que me mandaré con mi hija sin querer queriendo, trataré que ella se sienta amada y protegida en esta casa que le tocó vivir.

Y lo hago desde ahora. En forma consciente y de adrede.

Abrazo a mi chancha cuando se despierta, le doy miles y miles de besos, si estamos con más gente y se despierta le hablo y la miro para que se sienta segura (es regaloncita y lotra vez en el súper una tipa amorosa le encantó, no me creía los tres meses porque la encontró gigante, y le habló y mi cerdita se puso a llorar porque desconoció), le hablo, le canto, le cuento lo que estoy haciendo, le digo al Gato que haga lo mesmo.

Es que quiero que ella crezca como una niña segura y amada. Que sabe que llegando a esta casa (o cualquiera que vivamos) encontrará amor, comida calientita, su ropa limpiecita, un abrazo, un beso, palabras de amor. Ella y su hermana o hermano, porque la pulenta que quiero otro hijo. O sea con el Gato querimos otro. Por supoto que recién paría le dije al Gato que ni cagando tendría otro y que mi chancha sería hija única, pero con el paso de estos meses me he dado cuenta que me siento muy realizada como mujer siendo mamá, que amo a mi hija con toda mi alma y mi ser y de una manera tan especial, que a pesar que no tengo vida propia, que tengo las manos pa la cagá, que estoy guatona, que no puedo leer ni escribir como me gustaría, soy muy muy mega feliz como madre.

Claro que no quiero quedar preñá arturo, ni tan agilá. Porque quiero volver a ser toc model (sueña!) y que la chanchi esté un resto más grande.

Me acuerdo que cuando estaba embarazada me imaginaba a la chanchita en medio de nosotros, mirando sus manitos y su carita. Ahora es realidad. Y me imagino con mis dos hijas (se me imagina que será mujer mi próxima hija, pero si es hombre estaré feliz igual), cocinándoles, peinándolas, abrazándolas (tantas esdrújulas, la cagué), mimándolas, para que crezcan seguras, llenas de amor, para que el día de mañana sean buenas personas, respetuosas, felices, y que me hagan aguelita y tener una familia hermosa.

Así quiero que sea nuestro Hogar.

Con puro amor se logra. Terrible de papa.

Yao los vemos.

viernes, noviembre 13, 2009

Crónicas Chuchetas CXLIV: Ser mamá es la raja.

Como casi siempre escribo de la realidad de la maternidad y del embarazo, según yo eso sí, ahora quisiera contarles lo bacán que es ser mamá. O lo bueno que ha sido para mí este proceso con mi hija hermosa.

Lo bueno del embarazo es que una anda en otra y es como la preparación para lo que se viene, que es el nacimiento, obvio. O quizás estoy hablando en forma demasiado personal, porque no cacho cómo será ser más pendeja y tener hijos y tener ganas de carretear y andar gueviando con toda libertad. Porque yo todo eso ya lo hice, y harto. Anegüei, a mi el embarazo me sirvió para cambiar de onda, como quien dijera. Me pasé el invierno encerrada con tanto resfrío y porcina y limpiando el refri con cloro como loca, por la listeriosis. Pero vi cuarquier película, terminé 2666, seguí escribiendo en mipcrosado, cociné harto, le escribí a mi chancha. Pero no extraño mi cagando estar preñá. Sobretodo porque sigo guatona.

Las dos primeras semanas todo raro y la cagá con las hormonas y cachando a mi chancha, durmiendo poco, su resto adolorida por la cesárea, organizando la nueva vida que una tiene. Pero a medida que pasa el tiempo, y la hija o hijo de una crece, una se va organizando y disfrutando. En serio.

Por ejemplo mi hija cerdita. (En su último control la pediatra dijo que si no fuera porque es gordita por pecho sería obesa, si pesa casi 7 kilos, por eso el trato de "cerdita"). Ahora que tiene tres meses, interactúa caleta conmigo. Se despierta feliz, sonriendo, hablando en su idioma guaguno, dije agú, le canto y se ríe, la lleno de besos, es lo más exquisito que hay.

Lotra vez tomé un taxi y conversando, de pronto dije: tengo una hija. Primera vez que lo decía de esa manera, y me sentí tan importante, tan bacán.

A pesar de todo lo pesado que es, de las preocupaciones que trae aparejado, que la vida de una queda en segundo plano, es lo mejor que me ha pasado, tener a mi cerdita, que ya está gritando a mi lado.

Yao los vemos.

miércoles, noviembre 04, 2009

Crónicas Chuchetas CXLIII: Es peor ser mala madre que puta.

Como ahora soy trastorná de la mente en forma oficial, cada vez que visito a la doctora conversamos de custiones, que me hacen salir de la consulta con la cabeza mucho más clara y pensando harto.

La última vez hablábamos de la obligación de ser madre en esta sociedad, en cómo debe ser el rol, y cómo una no puede no tener hijos. Yo le conté que desde que estuve embarazada me di cuenta que nadie habla de las cosas "malas" o de las molestias, porque un hijo es sinónimo de alegría absoluta y no está permitido lo contrario. Cosa que yo encuentro absurda, por supuesto. Por eso escribí las custiones tal cual fueron para mí. De hecho, cuando veo una lola embarazada, no extraño para nada el estarlo, porque justo vino la gripe porcina, luego la listeriosis, me sentía rara al principio, en ninguna parte o foro en internet encontré un apoyo real o que alguien también dijera que se sentía como el poto, y para que hablar de los primeros quince días de nacida mi chancha, todo tan raro y tan nuevo.

En resumen: un hijo es igual al gozo mayor en una. Y repito: no es así.

Por eso es tan complicado ser madre y mujer y trabajar en esta sociedad. Porque una está a cada rato con chorrocientos mil cargos de conciencia por dejar a los hijos porque hay que trabajar para darle una buena educación a ellos (por ejemplo) o porque dejamos al marido (o su equivalente) medio botado porque estamos trabajando u ocupadas con los hijos. Además tenemos que tener la casa bonita, nosotras ser flacas y regias, y andar felices.

No cacho si seré bicho raro o que, pero me carga sentirme con cargo de conciencia porque la sociedad me pinta la maternidad de cierta manera, y yo de chica tengo un concepto que hasta me esclaviza a mi misma.

Porque no es obligación tener hijos. Creo que es mucho mejor ser sincera y decir que te cargan los cabros juliaos, que no estai ni ahi con engordar y hacerte cargo de otra persona, que ser una madre como las gueas, porque así criai puros hijos con cuarquier tranca.

En fin, me vivo cuestionando esto de ser madre en Chilito, donde tener sentimientos encontrados no es bueno y todos se hacen los giles. Porque yo amo a mi hija de una manera que jamás esperé amar a nadie, pero por otro lado también me dan ganas de mandarme a cambiar, sentarme en una terraza a tomar una cerveza, reirme de puras gueas. Pero luego la miro, me llora o me sonríe (depende de su ánimo, si igual es persona) y me acuerdo de cuanto la amo. Y sigo pa' delante nomás.

Yao los vemos.

miércoles, octubre 28, 2009

Crónicas Chuchetas CXLII: Toy terrible de guatona.

Mi gran problema fue que quedé embarazada con sobrepeso. Y lo pior, que la nutrióloga me dijo que era una embarazada obesa. Lo pueden recordar aquí.

La cosa es que me cuidé su resto y no me veía taaaan chanchona embarazada. Pero igual engordé como 18 kilos. Perdí 9 con el parto (te encargo la retención de líquido) pero ahora debo tener como 10 kilos de más. Para recuperar el peso con el que me embaracé serían como 4 kilos nomás, pero quiero verme bien, por eso son 10, según mis cálculos.

Es recontramega frustrante verse al espejo así de guatona. Lo que pasa es que guardé toda la ropa de preñez y saqué alguna que otra de no preñá, y me veo asquerosa. Como me crecieron las pechugas las poleras me quedan apretás arriba y en la guata. Se me ven los medios tutos y la media raja. Súmenle que cuando me deprimo me da ansiedad y como chocolate, pancito y puras gueas con grasa.

Puta que es difícil tratar de hacer dieta. Gueno, dieta como tal no puedo hacer por la leche para la chanchita rica. Pero si puedo comer sano, de hecho me cocino puras verduras, carnita, salmón y pan integral con jamón de pavo y quesillo, tomo cuarquier agüita, camino con la chancha, pero cuando me da por comer con ansiedad, no tengo límites. Las mujeres ansiosas demás cachan la volá.

Con estos días de calor horrible es cuando peor lo paso, porque me veo horrenda con la ropa que dejé para la casa: patas de lycra con algodón y poleras. Es ropa cómoda para hacer las chorromil gueas que tengo que hacer. Los jeans de antes me caben pero si me los cierro se me sale la guata pa' los laos (súper elegante me veo) y con las poleras apretás se me hacen chorromil rollos.

Es que ahora tengo una guata rara, que jamás había tenido, por muy guatona que estuviera. Se supone que comiendo sano y haciendo ejercicio me bajará. Espero.

La idea es estar a los 6 meses de haber parido a mi cerda exquisita (tiene como tres rollos en cada pierna, dan puras ganas de mascarla!) con mi peso normal. Y como quedé embarazada con sobrepeso, mayor será mi pega.

Por chancha me pasa.

Ya les iré contando como me va con mi cerderismo.

Yao los vemos.

martes, octubre 27, 2009

Crónicas Chuchetas CXLI: Si quieres ser escritor, escribe.

Esa frase, que cuando era chica la escuché, suena reobvia y fácil. Yo le sumaría: "y lee".

Ambas dos custiones para mí son casi imposibles por ahora.

Ocurre que el jefe del Gato es entero paleta, y cada vez que viene a Chilito me trae los libros que yo le pido. (Lo que pasa es que el Gato trabaja en una empresa gringa y su jefe vive en Buenos Aires, Argentina, donde el valor de los libros es un sueño hecho realidad). Y ahora con mi pulento personal compiuter puedo escribir donde se me ocurra y a cada rato. En teoría.

Porque ahora soy mamá 100%. Y la chancha cada día duerme más horas y me deja hacer más custiones, pero las custiones que puedo hacer son propias de la dueña de casa, como quien dijera: ordenar ropa, cocinar, barrer su poco, alimentar a Jacinto y Pulgoso, y después me puedo sentar a escribir. Tengo una señora que viene una vez por semana a planchar (que me carga) y el aseo general y la onda, pero a mi me gusta cocinar. Entonces me quita tiempo.

Además que no es llegar y sentarse a escribir. No poh. Yo necesito concentrarme, navegar en internet si es necesario verificar algún dato, volver a releerme, buscar algún sinónimo... lo único que me sale de una es el blog, porque obvio, acá escribo como quiero.

Lotro que me sale más o menos fácil es mipcrosado. Porque ya le cacho la mano a la protagonista y sé pa' onde va la cosa, además que con los comentarios que me dejan me dan ideas.

En fin. ¿No quería tener guaguita la perla? Sipoh, otra cosa es con guitarra. Lo loco es que, aunque no tengo tiempo para escribir, me dan más ganas y cuando la chanchi duerme yo corro a hacerlo.

Así con la vida de mamá/escritora.

Yao los vemos.

domingo, octubre 25, 2009

Crónicas Chuchetas CXL: No te metas con mi cucu.

Con esta canción me acuerdo de mi papito. Y si no la cacha, escúchela aquí.

Resulta que ayer juimos donde mi suegro, y entre tanto dvd musical que tenía (de tal padre tal hijo, lo digo por el Gato) de pronto comenzó a sonar esta canción. Y me dió pena con nostalgia. Porque me gustaría tanto que mi papá estuviera vivo, y yo lo pudiera ver bailando esta canción, mientras él está haciendo un asado, y la canta mientras tiene los cuchillos pa' ver como la va la carne, y también comiendo pebre que hizo más temprano con mi mamá, y también nos saca a bailar.

Así lo quiero recordar, alegre, cantando, bailando. Sé que cuida a mi hija, que siempre está conmigo. Es raro, y quizás ya lo he escrito antes, pero todos los días lo recuerdo. TODOS. De alguna u otra manera está conmigo. Y a pesar que cuando fue su cumpleaños y el día que se murió (ya van once años) no me dio ni pena, porque he entendido la lección de la vida con su muerte, y así lo vivo, ayer si me dio nostalgia por su presencia.

En fin, cuestiones que me pasan a veces.

Yao los vemos.

viernes, octubre 23, 2009

Crónicas Chuchetas CXXXIX: Mi hija es el sentido de mi vida.

Como conozco al ginecólogo hace cuarquier año, siempre nos poníamos a conversar de la vida, de los hijos, si la edad era buena o no para quedar embarazada, entre otras miles de custiones. Entonces un día nos dijo - lo que me acuerdo más o menos - es que los hijos nos dan la fuerza para sobrellevar la vida, que es tan dura. Suena lógico, a frase común, obvio para algunos.

Para mí no, les digo arturo. Porque tenía a la chancha en la guata aún y hasta hace poco velaba por mí y puro pensaba gueas y me angustiaba por el sentido de la vida y a quién le pregunto que vine a hacer a este mundo (es de Neruda por siaca) y puro cabeceaba mojones.

Hasta que nació mi gorda exquisita y caché que ella le da sentido a mi vida. Que antes era creo farso nomás. Porque ahora sí se viene lo gueno.

Para los que están sin hijos, les cuento que ahora toda mi vida la veo a través de mi hija. Pienso en maneras (otras maneras) de ganar plata haciendo lo que amo, para ser una mujer feliz y, por ende, una madre feliz. En las vacaciones con ella, en andar en auto con su sillita, en ordenarle su ropita, en el colegio que me gustaría que estudiara, en cómo la apoyaré sea lo que sea que haga. De hecho, cada vez que salgo (son repocas) puro vitrineo ropa para ella, y me vengo rajá a la casa para darle un besito. (Esto último no es tan bueno se supone, debería salir más tranquila).

Mi hija es el sentido de toda mi existencia ahora. Y no, no es obvio. Es así nomás, y yo jamás lo había vivido ni sentido de esta manera, que me llena la vida, me la hace distinta como nunca jamás renunca pensé.

A pesar que, quizás nomás, pueda estar su resto deprimía (tomo sulpilán que rato, gracias por la preocupá), mi vida es otra desde que nació esta chancha hermosa. Otra otra otra. Tan otra, que hasta yo soy otra. Mamá y mujer. O mujer y mamá. Con un amor infinito.

Ya me puse latera. Pero los padres y madres cachan la volá.

Yao los vemos.

miércoles, octubre 21, 2009

Crónicas Chuchetas CXXXVIII: Mañana es otro día.

Desde anoche que estoy que escribo este post, y no. Porque no es muy rico escribir que me siento angustiada por algo que no cacho que es. Porque la chanchi está reguatona (¿comenté ya que tiene talla de tres meses y tiene dos? Si es así, es la chochera), gracias a Dios no tenemos problemas económicos, la gente está sana, como enumerar esas cosas que hacen que una ande mal. Y no es mi caso.

El fomingo comencé con pesadillas y eso hace que amanezca mal. Y como dice la dostora (que me ha ayudado mucho), si una duerme mal, tiene un pésimo día. Aparte que no me puedo dar el lujo (como dicen las viejas julias) de sentirme mal, porque tengo que dar pecho, mudar, cambiar de ropa, ordenar, hacer almuerzo, cantarle a la chanchi. No me puedo acostar porque el día nublado me bajonea. Tampoco lo hago porque agarro a la chancha y salimos a patiperrear, lo que me sirve de harto.

Asi es que pa' los que me leen hace poco, les cuento soy media cagá de la cabeza. Y que tuve una depre más larga que peo de culebra hace unos años atrás. Y que tengo antecedentes familiares gueviaos, por eso es más fácil que me deprima y todas esas gueas. Lo que no significa que yo me deprima realmente; al contrario, tiro pa arriba y lucho y me doy energías y ánimo. Pero a veces no me puedo hacer la gila con lo que me pasa.

Ahora voy a mudar a la chanchi, darle un poco de pecho, y salir a dar una vuelta.

Total, mañana es otro día.

Yao los vemos.

martes, octubre 20, 2009

Crónicas Chuchetas CXXXVII: ¿Alguien sabe?

La pulenta que me creo la muerte: estoy escribiendo desde mi cama. Quizás muchos de ustedes lo hacen hace tiempo y piensan que es la media gueá, pero para mí es la raja. Mi chanchita duerme al lado mío, el Gato está estudiando en el comedor, yo pongo música y me dejo llevar por el teclado nomás.

Como no quedé top model después del embarazo, salimos todos los días a caminar con la chancha, rápido eso sí, la idea es que sea ejercicio. Gueno, yo camino y ella mira/duerme en el coche pulento que le compramos. Camino un poco más de una hora, y me sirve para pensar en personajes e ideas para escribir. Porque más que nunca en mi vida estoy decidida a darle como caja a la escritura.

Y me he preguntado una cosa, se la pregunté al Gato también, a mi mamá, pero no doy con la respuesta. ¿Cómo cresta piensa la gente mala, o envidiosa? Porque para que un personaje sea creíble, debo entenderlo. Y como me sale más fácil escribir en primera persona, tengo que empaparme del personaje, o que éste esté en mi cabeza y yo lo cache bien, el porqué hace o no algo. Es raro ponerlo por escrito, pero a la protagonista de mipcrosado la cacho perfecto. Sé sus razones, para donde va. Pero, la pulenta pulenta, me cuesta pensar cómo la gente mala, o esas minas enfermas de envidiosas, o esas viejas amargás y malas vibras... la dura que no las cacho.

Y eso que conozco gente así, caleta de gente. Hombres, mujeres. Pero me niego a pensar que andan todo el día con la mierda hirviendo o rabiando o pensando gueas pencas. ¿O es así? ¿De verdad andan todo el día deseándole el mal a la gente, o que la flaca regia engorde y que la deje el medio mino que tiene porque así la vida tendría más sentido?

Gueno, gueas que pienso ahora que me creo escritora.

Yao los vemos.

domingo, octubre 18, 2009

Crónicas Chuchetas CXXXVI: Pero todo ha sido súper difícil.

Esta frase (que tomé prestada para ponerle nombre a este post), es de una mujer que, igual que yo, jue mamá hace poco. Y me hizo recordar los primeros días como madre.

Y también fue recontra difícil para mí.

Me acuerdo de la primera noche: pura angustia. Porque no sabía cómo era. Suena lógico y obvio -imposible saber cómo es la primera cualquier cosa-, pero para las que aún no son madre, y para las que ya lo son y qué rato, compartirán conmigo este sentimiento.

Si lo pior de todo es que el hombre que una tiene al lado no cacha una, porque su vida siguió igual y no engordó, no le quedó la cagá con las hormonas, y tampoco le llega la juana, entonces por más que una le diga que se siente rara y la tía guena onda o la aguelita o su misma mamá le diga que te entienda, obvio que no lo hacen. Si una apenas cacha que de pronto tenía una guagua en la guata y de repente la tení en los brazos, y todos felices. Y una pa' la cagá: con la guata suelta, cara de cansá, con una hermosa retención de líquidos, sangrando, llorando por todo... Eso que ni siquiera nombré a las mamás que el muy %"·$·"$%$% se corrió (no tengo las suficientes chuchás para los "papito corazón").

En fin. Después llegai a la jato (casa pa' los no vivos) y más raro aún, más difícil todavía. ¿Y si no sabi mudar? ¿Y si tu hija o hijo llora más que la cresta y no cachai el porqué? ¿Y si te hicieron cesárea y andai recontra adoloria pa' más recacha? Y pobre que estí triste, porque en esta sociedad doble estándar tener hijos es igual a la felicidad más rotunda. Les digo arturo que no. No poh.

Mi chancha hermosa (que ahora está en el coche que yo muevo con un pie para poder escribir tranquila, así de pulenta estoy) fue planificada y yo la recontramega amé desde el día cero. Pero me llené de dudas al principio, porque una agilá como yo, de 36 años, media perdía en la vida, pará en la hilacha, dependiendo sólo de mí... ¿y si me quiero mandar a cambiar, que hago con mi guagua? Esa onda pensaba. Gueno, mi hija me da más fuerzas que la chuchesumare para hacer lo que sea, ahora soy megasuperpoderosa. Me siento más capaz que antes, pero me jui de onda.

Para mí fue duro al principio, y eso que mi gran madre me ayudó lo indecible, jamás podré agradecerle todo lo que hizo por mí, jamás jamás. Lo gueno es que mi chancha me salió seca pa la teta, guena pa la pestaña y ni llora ni tanto. Eso sí que me acuerdo que llegó un momento en que no quise más visitas, me tenía chata la gente, quería estar tranquila en mi casa, porque los primeros momentos son estresantes, y hay gente gueona que no respeta eso, aunque lo sepa.

¿Son normales todos esos sentimientos, esos dolores y penurias al principio? No, no lo son. Lo que pasa es que a la mayor parte de las mujeres les ocurre (ojalá alguien contara lo contrario, así pa cachar) y por eso se habla de normal. Yo usaría la palabra habitual, común, pero no normal. ¿O acaso es normal sentirse más rara que gato verde? Yo estoy enamorada de mi hija, lo que no quita lo cabrón que fue todo al principio y tampoco me hace mala madre.

En fin, este post va dedicado a Olivia, y lo único que le puedo decir es que tiene que armarse de paciencia, que ya vendrá el tiempo gueno de guagua, que ya le vai a cachar el llanto, que ya vai a dormir poco y vai a andar flor con cinco horas de sueño. Y que cuando mires a tu hija hermosa, te vai a sentir lo máximo, a pesar que todo ha sido súper difícil.

Yao los vemos.

viernes, octubre 16, 2009

Crónicas Chuchetas CXXXV: Tiempo para la creación.

Lotro día estaba viendo una entrevista a Alicia Scherson (cineasta chilena, por siaca) en la que explicaba su día: en la mañana hacía clases y la tarde la dejaba para la creación. Tal cual.

Obvio que le envidié su vida.

En estos dos meses como mamá, y ahora sobre todo que la chancha duerme más horas y con mi computador nuevo escribo cuando quiero, me he preguntado si mi vida sería más mejol si me pagaran por escribir, o si ganara dinero escribiendo. Me lo he preguntado haaaarto. De hecho, para todos sus lectores, el lunes vuelve mi pcrosado. Y también estoy retomando antiguos escritos, y pensando en escribir otras cosas.

Es que cuando se tiene tan poco tiempo hay que aprovecharlo al máximo. Así es que cuando salgo a caminar con la chancha (me sirve como ejercicio para el body también) voy pensando en cómo va la vida de la protagonista de mipcrosado. O en algunas ideas que tengo dando vueltas.

Porque a pesar de tener un buen trabajo, al que debo volver algún día, éste me entusiasma tanto como un partido de criquet, o una baldosa o una manguera: cero. Creo que soy buena trabajadora y la onda, y como tenía harto tiempo libre, escribía. Escribir y leer, lo que más me gusta, junto con mi hija hermosa.

De hecho siempre leo las biografías de los escritores para cachar cuándo comenzaron a escribir, para ver si alguno se hizo conocido más viejo o más joven que yo, como consuelo. Y tal como leí alguna vez por ahí: "si quieres ser escritor, escribe". Y eso es lo que he estado haciendo.

Pero no quiero que sea un sueño, quiero que sea realidad. Poder vivir de esto, de teclear y pensar, de crear. Ya que el hecho de tener visitas y que me posteen me alegra mucho la vida, así cacho cómo va la mano.

Mientras cambio pañales, doy pecho, lavo ropa, cuelgo, le doy instrucciones a la señora que viene una vez por semana, cocino, converso con el Gato, recibo visitas, doblo ropa de la chancha, escribo, y trato de crear.

Y sueño que algún día viviré de esto.

Yao los vemos.

jueves, octubre 15, 2009

Crónicas Chuchetas CXXXIV: Me la lloré toa.

Hoy día llevamos a la chancha a ponerle su vacuna de los dos meses, más otras dos que son contra el rotavirus y otra guea más que no me acuerdo.



La cuestión es que dormí mal, preocupada. Así cambia la vida, pa' que cachen. Aunque supongo que deben haber mamás mil veces más relajadas y que no le ponen el color que yo sí ante esta situación y otras, lo que es mucho mejor. Porque angustiarse por una vacuna es como mucho, pero no lo pude evitar.



Lo que pasa es que no quiero que mi hija sufra nada. NADA. Prefiero que todo me pase a mí que a ella, y en esto lo que son padres me cachan nomás. Yo antes decía que mis sobrinos y bla bla, pero otra cosa son los hijos. La cosa es que dormí preocupada por la vacuna famosa, que por mí no se la hubiera puesto, pero mi hermana, con su habitual forma de hablar, me dijo si acaso prefería que se enfermara después, que no fuera gueona.

Llegamos al vacunatorio y yo iba entera preocupá. La enfermera que nos atendió bien simpática, explicándome todo, "mamita aquí, mamita acá" y la onda. Empeloté a mi exquisita (que dormía raja) y le pusieron las vacunas y lloró a todo chancho, y yo con ella. Me dolió hasta el alma. La otra vacuna es en gotas, que se las tragó piola.

Acá en la casa me pude desahogar. Una vez que se fue el Gato a la pega, lloré toda la angustia pa' que no me quedara nada adentro. He regaloneado harto a la chancha, tratando de no tocarle su piernita ni brazito (donde le pusieron las vacunas). Y me duele el alma saber que algo le duele.

Cuando estábamos esperando que nos llamaran para las vacunas pasó una pareja con una guagua chiquitita con un tubo de oxígeno. Y pensé que puta que soy desagradecida, preocupá por una cagá de vacuna y ellos con su hija enfermita. Y di las gracias por mi hija guatona y sana. Pero igual lloré.

Ahora que la tarde ha pasado estoy más tranquila, porque no le ha dado fiebre y con el paracetamol que le di ha dormido harto, pero cuando se despierta está igual que siempre.

Espero que con el paso del tiempo aprenda a no sentir esta angustia agilá, porque la única forma que tenemos para aprender un montón de cagas es sufriendo. El dolor igual enseña harto, y debo aceptar que mi hija sufrirá y yo nada podré hacer.

Pero ahora es mi guagua exquisita.

Yao los vemos.

miércoles, octubre 14, 2009

Crónicas Chuchetas CXXXIII: Yo nomás.

He tratado de escribir este post varias veces, porque ¿cómo escribir acerca de la maternidad sin ponerme latera como he visto en otros blogs? Les rejuro que podría estar todo el día contándoles lo exquisita que es mi hija, como dice "agú", que la ropa de tres meses le queda justa a pesar de tener dos nomás, entre una chorrera de custiones.



La maternidad es cabrona, porque una queda en un quinto plano de una. Al principio no tenía ni tiempo para echarme crema en las manos, y se me partieron más que la cresta. Esa onda. Pero a mi no me importa, porque -como ya lo escribí - he tenido harto de mi misma, con el Gato hemos hecho caleta de gueas, carreteado, dormido hasta las tantas, almorzar a las 6 de la tarde, esas cosas que una hace cuando no tiene más que preocuparse de una nomás.

¿Cómo será quedar embarazada joven, sin planearlo? Porque si para mí ha sido una experiencia hermosa y agotadora a la vez, y replanificada, puta que debe ser triste tener un hijo cuando todas tus amigas van al colegio y puro carretean. Omitiendo a los "papitos corazón", que se dan a cualquier edad, los muy barsas.

Se me va la onda del post porque he parado como 4 veces a ver que necesita la chancha: la he mudado dos veces y le he dado pecho una. Lo gueno es que ya me acostumbré a dormir poco y ando de lo más bien con las horas de sueño que tengo.

La maternidá, eso. Leo y escucho gente (de seguro alguna vez también lo hice, de puro agilá) que dice "cuando tenga hijos haré esto y esto otro, le enseñaré esto y lo otro. Les digo arturo que otra cosa es con guitarra, que una al principio anda entera perdía, que no cacha una, que te encargo las ojeras, aparte que el cuerpo queda pal gato, que lo único que una desea es darse una ducha larga sin pensar en nada, hasta que se agarra el training y listo, cachai la mudá, dar pecho (que me encanta), y todas las custiones del llanto distinto del hijo o hija de una. Y lo más pulento de lo pulento es que se es mamá las 24 horas del día, sin parar. Yo hasta sueño que tengo que mudar a la chancha, y me despierto a las 3 de la mañana a hacerlo (para que no le pase nada en su potito) y me preocupa ponerle la vacuna de los dos meses porque no quiero que sufra nada de nada.

Lo mejor de mi vida es ser mamá y también es lo más cabrón, porque tengo mil miedos que antes no tenía, por ejemplo, y porque esto que jamás seré yo nomás es lo más raro y maravilloso que me ha pasado.

Yao los vemos.

Crónicas Chuchetas CXXXII: Me creo la muerte.

Finalmente tengo mi pulento y propio notebook. Ya no tengo que rabiar con el computador "en común" que teníamos con el Gato, lento y lleno de gueas que jamás entendí, porque el Gato lo único que hace es bajar música como enfermo (que ni tiene tiempo para escuchar, pa pior) y yo lo único que quiero es escribir.

Claro que con mi computador entero personal no significa que me puedo sentar a escribir feliz de la vida. No poh. Primero tengo que preocuparme de mi chancha hermosa, de su ropita, que haya tomado lechita, que esté feliz y, una vez que se duerme o está contenta con sus juguetes en su coche (como ahora) recién puedo sentarme a escribir algo. Ahora está reclamando, asi es que cagué con la escritura.

Después sigo.

Yao los vemos.

viernes, octubre 09, 2009

Crónicas Chuchetas CXXXI: Venciendo el pudor.

Créanme o no, la pulenta que me da verguenza que gente que me cacha en la vida real, lea mi blog. No cacho el porqué.

De hecho tengo cuarquier amigo en facebook, muchos de ellos antiguos compañeros de colegio, y no tienen idea que hace cuatro años que escribo virtualmente. Y algo me pasa, pero me daría ene custión que me leyeran.

Quizás soy muy pesá conmigo misma y a veces pienso que a quién podría entretener con esto, que ni se acerca a la literatura (mi gran pasión), y otras veces me releo y me digo que igual salvo caleta.

Si me quiero tirar de una vez por todas a la piscina literaria, como quien dijera, tengo que puro sacarme este pudor de mostrar mi alma a todo el mundo. Porque así siento mi blog, como mostrando mi alma.

Las gueas raras de la vida.

Yao los vemos.

jueves, septiembre 24, 2009

Crónicas Chuchetas CXXX: Le poní cualquier color.

Ahora lo puedo contar porque la pediatra me dijo que no fui alaraca, pero igual me da su resto de verguenza.

Ocurre que el viernes pasado le miro las uñas a mi chancha y ya le habían crecido desde que mi mamá se las cortó por primera vez. Entonces le digo al Gato que la sostenga (estaba en la casa porque tenía prueba y se pidió el día, day off que le dicen en su pega siútica) y yo le corto las uñitas. Ahora viene la parte de mala madre: no caché bien, y le corté el dedito. Se despertó mi chanchita, pero no de dolor, o por lo menos no caché que le doliera tanto, y comenzó a sangrar caleta, y yo comencé a llorar como loca, sintiéndome la peor madre del universo. Ahora me da risa, pero puta que me angustié.

Llamamos a la pediatra que estaba en una reunión, y nos dijo que nos fuéramos a emergencias mejor. Partimos, yo llorando, viendo como le sangraba el dedito a mi chanchi, y ella, raja durmiendo. La miraba a cada rato, porque me pasaba el rollo que más o menos estaba desangranda y que se estaba desmayando por la sangre perdida, esa onda.

Entramos por el lugar de las ambulancias, el Gato me dejó mientras estacionaba el auto, y cuando entro me agarra un auxiliar de enfermería y me pregunta qué pasa, porque obvio que con mi cara de angustia quizás que rollo se pasó. Cuando cachó la mamá colorienta y primeriza que soy, me calmó y con otro auxiliar me llevaron para ajuera, o sea donde se ingresa y se espera, y le limpiaron el dedito a mi niña hermosa. La gente me quedó mirando porque quizás que cara de angustia tenía, obvio. Y yo seguía llorando, me decían palabras bonitas y yo más lloraba. Puta que estaba angustiada. Llegó el Gato de estacionar, mudé a la chancha, ella se puso a hablar en su idioma de guagua exquisita, y varias señoras me decían que no me preocupara, que ellas le pasaban cortando el dedo, gueas así.

Finalmente entramos a que nos atendiera una pediatra, que nos mandó pa' la casa de una, porque fue un pequeño corte en una parte que sangra harto.

Esta es mi primera anécdota de madre primerizaenteraalaraca.

Lotro: a pura pechuga, mi chanchi ya pesa 5 kilos 600 y mide 56 centímetros. Tiene el desarrollo sicomotor de una guagua de tres meses, nos dijo la pediatra.

Y lotro: como paso a cada rato con mi hija hermosa y la pechuga ajuera (tema de un post) y no tengo tiempo para venir a sentarme a escribir y a leerlos, me compraré un laptop o notebook o como quieran llamarlo. Así podré escribir en la cama, y navegar también. Porque puta que extraño escribir, tengo mil ideas.

Asi es que cuando tenga mi pulento pc en mi farda, los visitaré a menudo. Por ahora los leo nomás. Y le quito tiempo al sueño para escribir.

Yao los vemos.

lunes, septiembre 14, 2009

Crónicas Chuchetas CXXIX: Enamorada de mi hija.

Mientras mi chanchita duerme y su papá toma once al lado de ella y ve Futurama (entero fanático que ve hasta los capítulos repetidos) vuelvo a escribir con la idea de publicar, obvio. Porque el 1 de septiembre estaba de lo más entrete escribiendo y tuve que ir a dar papa (o sea mis pechugas) y cagué con publicar.



Han pasado caleta de custiones, obvio también.



Pa' cerrar el tema con la cesárea, me saqué los puntos como a los 15 días del parto. No me dolió nada, pero igual me dio susto. Bajé 9 kilos con el parto. Es que una, después de parir, queda con cuarquier retención de líquido. Pero CUARQUIER CALETA DE CANTIDAD. La cagó. Se me hincharon los tobillos, como los monos de nieve tenía las patas. Tuve que usar pantuflas 1 semana, onda Hugh Hefner, pero con retención. Y es normal, obviamente. Yo cacho que bajé tanto porque mi chanchita jue grande, más el líquido que retuve. Ahora me veo más normal, y como me siento mejor, estoy chata de usar la ropa de preñá. Porque toda mi otra ropa la guardé y dejé la ropa que me servía embarazada. Y obviamente no he tenido tiempo para sacarla. Uso faja eso si, porque la guata queda entera rara, y el doctor me dijo que comenzara a hacer ejercicio a los dos meses de la asquerosa cesárea. Y como me siento mejor, extraño mi cuerpo de antes. No es que haya sido la media top model, pero mi cuerpo es otro ahora. Y como me siento mejor ahora y mi chancha me toma todas mis defensas, me dio un virus parece y me dio fiebre, o sea estado febril, la gueá es que tuve 37.5 del jueves en la noche hasta el viernes. Llamamos al doc al fono 24 horas emergencia y se asustó por la asquerosa cesárea (puta que la odio, supongo que se nota) pero como yo no he sentido ningún olor raro ni dolores, yo cachaba que no era eso, pero igual juimos a su consulta para que me revisara y me hiciera la asquerosa ecografía tranvaginal (tiene todo el equipo en su mesma consulta porque el doc es entero pulento) y me mandó a hacer mil exámenes para descartar. La cosa es que el sábado amanecí entera pulenta y listo, juera el virus. Igual como del martes me sentí media rara, se me estaba incubando de antes.


Puta que tengo que escribir. La pulenta que se me hace poco el tiempo. De hecho ahora estoy quitando mi horas de sueño para escribir (dénse con una roca en los dientes), porque la rutina en la tarde es: bañar a mi exquisita alrededor de las 7 de la tarde, y luego al sobre. Porque le doy pecho para que se relaje más, yo me acuesto tipo 8 (o antes si estoy muy raja) y a las 10 estoy zzzzzzzzzzz, para despertarme tipo 11:30 o 12 de la noche a mudarla y a alimentarla. Pero gracias a que el clima está mejor (más calido) eso me da ánimos. Ya ni veo ni tele ni mis programas favoritos en la noche, puro duermo. Aunque en la mañana sí veo más tele y en la tarde me hago rechupete las teleseries brasileñas.

Ahora, para las mamás primerizas: las primeras semanas. Son harto duras, la verdad sea dicha. Porque no cachai una y los días son iguales unos a otros, es raro la verdad. Mi chanchita se porta relativamente bien, no se despierta a cada rato ni nada, claro que ahora lo digo porque toy entera perita, pero las primeras dos semanas son duras, sobre todo con el clima de mierda, lloviendo y nublado. En todo caso yo no quise que nadie me visitara ni nada, ni tampoco llamadas telefónicas, porque no le iba a sumar más estrés al que ya tenía. Es que la hormonas mariconas hacen estragos con una, más con una guagua que no se cacha nada (lo que no tiene nada que ver con el amor que una le tenga, pa' que no me digan na), por eso a las dos semanas yo me comencé a sentir con la sensación de depresión (que ya he tenido, por eso cacho) porque entera agilá no dormía siesta y daba todo el día pecho. Era asqueroso. La cosa es que salí con el Gato al supermercado (a uno grande pa vitrinear y comprar custiones pa la chanchi) y me sentí entera bacán, con esa pura salida que para muchos es asquerosa y hasta rutinaria. También cambiamos de pediatra y me gustó más la segunda (que ve a mi sobrina mostra hasta el día de hoy) y me explicó lo del relleno, porque le otro guea me dijo: dar de mamar 20 minutos por pecho y el relleno. ¿Cuándo rechucha las guaguas toman 20 minutos por lado y listo? Entonces la otra pediatra me dijo que era pecho y si es que quedaba con hambre, relleno, cosa que era más lógica para mi. Y de pura agilá le daba relleno, porque mi leche es entera pulenta y está terrible de guatona ahora, y sana. Y mal genio. Salió mal genio la cabra.

Ahora sí me voy al sobre, toy zzzzzz. Les agradezco mucho los comentarios de las fotos en facebook, y en mi blog. La pulenta que algún día los visitaré y los comentaré (los leo en google reader a veces), porque esa onda de tener el medio ego virtual agueonao y no visitar me carga, pero espero que me entiendan.

Guena suerte para las futuras mamás que me leen, y si hay preguntas, dele nomás.

Yao los vemos.

martes, agosto 25, 2009

Crónicas Chuchetas CXXVIII: Sin tiempo.

Lectores queridos, la maternidad y yo somos una. Recién ayer vi mis correos, les agradezco a todos su guena onda, de verdad, pero el tiempo libre que tengo (con comillas eso de tiempo libre) lo uso para dormir, porque la verdad que ser mamá es la media pega. LA MEDIA PEGA.

Algún día, sin sueño y con mi hija sin libre demanda de pecho, les contaré la pulenta de los primeros días de ser mamá.

Nos leemos cuando tenga tiempo. Les cuento eso sí que mi gorda está hermosa y sana. Y que mi vida jamás será la misma, que suena a cliché pero es verdad.

Yao los vemos.

martes, agosto 18, 2009

Crónicas Chuchetas CXXVII: Continuación.

Mientras mi mamá me ve a mi chancha, les sigo contando.

Bajé de la sala de recuperación a la habitación y al ratito llegó el Gato con el familión. Como tenía prohibición de hablar hacía puros gestos, que otra gente le traducía al Gato porque entero pajarón ni me entendía. Pero la pulenta, para otra guagua y como consejo, no reciban visitas el primer día. Mucha gente es tan gueona que hasta me hacían preguntas, sabiendo que yo no podía hablar. Una queda entera rara después de parir, como que querí estar tranquila y volver a tu centro, algo así. Mi chancha estuvo todo el rato con nosotros, y todos la miraban (sin fotos porque lo prohibimos, más que nada por el flash y porque no es un juguete ni animal de zoo) y el Gato repartiendo jabón gel a todo el mundo. Fue un día raro y largo, lleno de emociones, y yo toda adolorida y dándome cuenta de mi cobardía frente a la operación. Lo peor fue que tipo 8 de la noche llegaron unas tías del Gato. Cáchense la horita. Y me preguntaban gueas a mí, pero yo las miraba en silencio.

Lo que nos dimos cuenta con el Gato que la gente te va a ver pensando en su comodidad, no en la de la recién parida o en tu hijita recién nacida. Y esa guea está mal. Por suerte siempre hice visitas de doctor a las paridas que conozco, y onda tipo 4 de la tarde. Tan mal no anduve. Asi es que al otro día pusimos afuera de la habitación un letrero que decía "visitas restringidas" que varios se pasaron por la raja. Ya verán.

En la noche mi chanchita se iba a neonatología y nosotros dormíamos algo, claro que yo menos que el Gato porque a cada rato van a tomarte la presión, la temperatura y la onda.

El sábado temprano llegó la matrona quien me retó porque no me había puesto de pie, me vio la herida, me puso un parche (quizás fue el doctor, no me acuerdo) y la chancha llegó temprano y llorando, me decían que la traían de las primeras porque era terrible de hambrienta, cosa que es así hasta hoy.

Como el sábado me sentí un resto mejor nomás, las visitas fueron un resto más agradables. Es que con la gente de confianza no hay problemas, porque uno les puede decir que se vayan, por ejemplo. La cosa es que tipo 7 y media de la tarde, estando yo con la matrona de turno (que te revisa las pechugas, la guata, la herida) veo que abren la puerta y cacho un gil que no tengo idea quién es. El Gato sale hecho un peo y de pronto me acuerdo que es un primo hermano del Gato que hemos visto una vez al año con cuea, con su señora y sus dos hijos, y si me permiten más pelambre, con un regalo harto penca. No me refiero si es caro o barato, sino que fueron al supermercado, compraron gueas penquitas pa guaguas, la metieron en una bolsa y listo, el regalo. Don't get me wrong, no es el valor el que importa, sino uno que sea especial digo yo.

La matrona me dijo que podíamos poner un letrero en la puerta, que en caso de visitas, que tienen que pasar primero por la estación de enfermería. Lo hicimos pero el domingo nadie fue a vernos, cosa excelente porque pudimos descansar, tirarnos peos, reirnos, gozar a nuestra hija en la intimidá. Por eso agradezco de corazón la gente que no fue a la clínica, porque quedé chata.

Después les cuento cómo me fue en el primer día en la casa. Ahora tengo que ir a dar pecho.

Ahora, la contestá:


Olivia, sí duele dar pecho al principio. No se imaginan como chupan las guaguas. Igual tuve suerte porque la chancha supo de inmediato cómo mamar, pero apenas lo hacía yo le apretaba la mano al Gato de puro dolor. Me compré una crema para los pezones, que me la llevaron a la clínica. Pero me ha ido bien con darle pecho, me costó que me bajara la leche eso sí, pero ahora a pura pechuga. En todo caso el dolor es al principio, a los pocos días se pasa.

Belén: la pelamos y le pusimos aritos el domingo en la noche. Tuvo que autorizarlo el pediatra. Y se ve taaaan bonita.

Veroca: Con la cesárea caché que tengo cero tolerancia al dolor. De hecho la herida gueona ni me la miro. Ahora te digo que sí duele y harto, pero quizás otra mujer con mejor tolerancia te dirá que no es para tanto. Duele porque no puedes hacer movimientos abdominales, como quien dijera. Caminai agachá. Pero conozco mujeres que poco menos andan saltando a las horas de la cesárea. De hecho el viernes yo no me paré y la matrona al otro día me retó. El sábado me puse de pie pero puta que me dolió y me estresó, pero de todas maneras pregúntale a alguien menos cobarde que yo. La herida no duele nada al cabo de pocos días, arde un resto nomás. Y parece que es grande, yo ni la miro, la odio. Y apenas volví de recuperación (como a las tres horas después) me llevaron a mi chancha a la habitación, y la tuve todo el día conmigo, porque si tu quieres se la llevan.

Selma: no, no es depilación completa, sólo la parte de arriba, porque va el parche de la cesárea.

domingo, agosto 16, 2009

Crónicas Chuchetas CXXVI: El parto.

No sé por donde empezar. Tengo chorromil gueas por contarles. Comienzo de lo más importante, obvio: mi hija hermosa.

Mi chanchita nació guatona y hermosa dándome una alegría inexplicable. Nació a las 8:50 de la mañana, pesó 3.330 y midió 49 centímetros. (El doctor dijo 3.600 y 50 centímetros, no se equivocó tanto).

Como no pondré fotos les cuento que mi chancha me salió entera blancuchenta (albísima) con la nariz enana y respingada, sin nada de cejas y pestañas. Puede que sea media castaña clara, porque tiene bellitos rubios en su cara, aunque salió entera pelucona de la guata.

Estoy escribiendo rápido y sin leer mucho, aprovechando que duerme porque pasa pegá a la pechuga. Asi es que si subo este post a medio terminar, la razón será que tuve que correr a dar pecho. Que es lo único que hago por ahora, la verdad.

Les cuento del principio, pa' que cachen la onda: el jueves 6 de agosto me sentí entera rara todo el día. Por eso el post raro que escribí. Llegó el Gato de la pega y recién hicimos la maleta como a las 10 de la noche. Y eso que podía llegar a esa hora a la clínica, pa' que no te cobren otro día y la onda. Pero no, como que alargué al máximo el momento y recién a las 12 de la noche partimos a la clínica. Llegamos y pasé a la habitación donde me acosté a dormir, le hicieron la cama al Gato y listo. Me desperté a las 6 y media de la mañana y esperé que vinieran a prepararme. Las lolas enteras guena onda, me miraban la guata porque no tenía estrías, me pasaron esa camisa pa la operación (abierta a los lados), me duché y me depilaron un resto más porque me explicaron que el parche de la cesárea es más grande que mi depilá de peluquería. Estaba cagá de hambre pero no podía comer nada. Se bañó el Gato y esperamos a que vinieran a buscarme, supuestamente a las 8 de la mañana. Como no venía nadie y eran cerca de las 8:15, llamé a la enfermera con ese botón rojo pa ese efecto, y me dijo que apenas llegara el equipo médico irían a buscarme. A los 5 minutos llega un viejito con una camilla, me acuesto en ella (vieran las fotos de esa hora, con la media cara de poto asustá que salgo) y el Gato detrás mío, rumbo a pabellón. Que era en el mismo piso, por suerte.

Me despido del Gato que entrará después y en el pabellón veo a la matrona, lo que me tranquiliza un poco. Me saluda el anestesista y me explica cómo tengo que ponerme para aplicarme la cagá de anestesia, cosa que encuentro casi imposible: de lado, tengo que tocarme las rodillas con las manos y agachar la pera, onda que la columna me quede redonda. Obvio que sin guata y sin pechugas gigantes es fácil, y sin nervios. Porque les tengo que reconocer que estaba MEGA asustada. No podía ponerme en esa posición gueona. Me ayudó la matrona (me sostuvo a la fuerza) y la anestesia no me dolió nada de nada, cero. Sentí un poco de calor y listo. Y se me durmió todo arturo.

Es rara la pega de cada uno, porque mientras yo estaba en esa camilla con las pechugas al aire, la media guata, nerviosa, todo el resto conversaba de cosas triviales, como cuando una conversa de esas mismas gueas en su pega, con el tazón de café en la mano.

Veía chorromil personas encima mío, poniéndome en posición de cruz los brazos y la cagá pa la presión en un brazo, en el otro esa cuestión pa los latidos, en el pecho me pusieron otras custiones, y el Gato no entraba renunca. Y lleno de gente, además que acostá no tenía mucha visión de nada. De hecho, cuando entró el Gato, no lo reconocí porque venía entero tapado. Hasta que me dio un beso en la frente caché que era él.

Llegó mi súper doctor, me saludó, entra el Gato (se sentó atrás mío), ponen un paño verde encima de una para no ver nada (ni cagando miraría) y no sentí NADA. Ni corte, ni calor, NADA. Si lo que pasó es que yo soy una asustona de primera, onda yo me juraba la más bacán del mundo y nada, me cagué de susto.

El Gato me daba besos en la frente y me hacía cariños y de pronto el doctor dice: "ya papá, estamos listos". Entonces el Gato, con cuarquier sangre fría, se pone de pie a sacar fotos a la chancha. Yo la siento llorar y le pregunto al Gato entre llantos que cómo es, que la quiero ver, y la matrona me reta que no hable (por la cosa de la hinchazón) y yo puro quiero verla. El Gato se para y ve todo el resto de cómo la pesan y la onda, y yo preguntando dónde está mi chancha que quiero verla. Cuando me la traen (me emociono de sólo escribirlo) le digo: hola mi chanchita y les rejuro que me mira en silencio. La vi media morá y con el pelo (caleta de pelo) medio rizado y oscuro. Una pediatra entera guena onda nos saca fotos, les saca fotos al doctor, y se va con su padre. Mi mamá con mi hermana y mi sobrina mostra se pusieron justo cuando salen las guaguas recién nacidas, asi es que la vieron con apenas 20 minutos de vida, y mi hermana lloraba, según me contó mi sobrina mostra.

Entonces comenzó mi calvario, porque me quedé sola y asustá. El doctor me había dicho que él se demoraba en la cesárea, como una hora, porque es perfeccionista. Y allí estuve, con los brazos abiertos, lo único que me tiritaban eran los hombros porque el resto estaba dormido. Se me hizo eterno, la cagó. Le acabo de preguntar al Gato cuánto rato pasó desde que él salió con la chanchita hasta que salí yo a recuperación y me dice que fácilmente una hora. Cáchense, sola y cagá de susto mientras me cerraban la media guata.

Salí de pabellón y me llevaron a recuperación, donde estaba media agilá por el cansancio yo cacho (el estrés que yo solita me hice) y al lado mío había un tatita con alzheimer, bronquitis y la cadera quebrá. El Gato, de puro hinchador, entró a verme. Pero yo me sentía bien dentro de todo, un poco traumá de la operación. Quería ver a mi familia, a mi hija, sentirme cobijada.

Después sigo con el resto, las visitas desubicás, la poca tolerancia al dolor que descubrí que tengo, y muchas cosas más.

Si alguna primeriza que me lee quiere hacerme una pregunta, por agilá que crea que sea, dele con confianza. Claro que todavía no tengo tiempo para visitar ni ná, pero de verdad me emocioné mucho cuando me metí (recién el viernes) a leer mi correo y vi tanto comentario guena onda. Se pasaron.

Yao los vemos.

jueves, agosto 06, 2009

Crónicas Chuchetas CXXV: Horas antes de ser mamá.

Pensaba escribir un post como pensativo de estos últimos meses, o algo así, pero la verdad es que no me sale nada.

No sé cómo poner en palabras lo que siento ahora, para que me entiendan. Nerviosa no estoy, porque confio ciegamente en el doctor y en la matrona, que veo hace unos meses atrás y me aguanta todas las consultas. Pero sí tengo ese cosquilleo que ocurre ante lo desconocido.

Mi chanchita está muy grande, pesa 3.600 grs y mide 50 centímetros. No tengo idea si existe un margen de error muy grande al respecto, pero el doctor me dice que eso iría contra su amor propio, entre en broma y en serio, pero me dijo que sí es grandota y que se notaba que yo me había alimentado en forma correcta.

De todas maneras ya parezco globo, ando de mal humor (más que nada irritable) y mega incómoda. Hay noches que he dormido apenas 4 horas, sentada, con dolor de espalda terrible. Se los cuento no para asustar a las que ya tendrán su hijito o hijita, sino para que cachen la verdad del último tiempo del embarazo: pura incomodidad, 100% garantizado.

La maleta la haré en un ratito más, junto con mis cosas y del Gato. Pero ya tenemos todo listo, todo lavado, todo ordenado, sus aritos, la cámara fotográfica, el ingreso a la clínica, las instrucciones para que no me gueveen ni saquen fotos como locos (ni menos las suban al facebook sin mi autorización) y, como me dijo una señora muy amorosa que me depiló, me tengo que poner pesada nomás, cara de palo. Que nadie la ande tomando a cada rato ni dando besos porque la tengo que cuidar mucho. Lo malo es que después de la cesárea no podré hablar, asi es que el Gato tendrá que ponerse pesaito, cosa que no le cuesta mucho, la verdad, además que estará mi mamá para ayudarme.

A los seguidores de mi pcrosado les tengo malas noticias. Apenas puedo concentrarme para escribir estos días, entonces tendrán que esperarme un tiempo, si es que quieren, obvio. Tengo algo escrito, pero no lo he trabajado como me gustaría.

También a la gente que me lee y que no he visitado, mil disculpas, no me gusta hacerlo. Pero tengo la cabeza en mil lugares y me cuesta muchísimo concentrarme en estos días.

Eso sería como último post antes de ser madre. Antes de entender lo que realmente es tener a tu hija en tus brazos, después de 38 semanas. No puedo imaginar cuánto cambiará nuestra vida de ahora en adelante, cómo será todo distinto, cómo mi chanchita hará que mi vida, finalmente, tenga una razón de ser y de levantarse cada día.

Muchísimas gracias a todos por sus guenos deseos y vibras.

Volveré a escribir cuando tenga algún tiempo y la neura de ser madre por primera vez la tenga controlada.

¡Desde mañana seré madre!

viernes, julio 31, 2009

Crónicas Chuchetas CXXIV: Tamos listas pa la foto.

Lectoras y lectores míos, sapos culiaos: ya tengo fecha para la cesárea.

Aunque les parezca agilao porque he hecho publico todo mi embarazo, siento que de alguna manera no es bueno hacer público todo lo referente al nacimiento de mi chancha hermosa. La gente mala de maldad pura y siniestra existe, por eso debe ser. Y los conozco de cerquita y me leen, que es pior.

Pero gueno, ya que todos (la gran mayoría y siempre lo agradeceré) han sido tan guena onda conmigo y me mandan puras guenas vibras, les cuento que el próximo viernes 7 de agosto, a las 8 de la mañana, entraré a pabellón. Es decir, en siete días más, a esta misma hora, estaré con mi hija hermosa y deseada en brazos. Como que lo escribo y lo encuentro raro aún.

Juimos a control de las 37 semanas y mientras el doc medía a la Debbie nos dice que el próximo viernes estaría bien. Se puso a llamar a su equipo médico para tenerlos a todos confirmados, y eso sería.

Salimos de la consulta y comenzamos a llamar a toda la gente para contarle la noticia, después nos juimos a almorzar y de pronto el Gato se pone a llorar. Yo lo miré extrañada y me dijo que estaba emocionado hace rato, que no se pudo aguantar más. Entonces entendí la diferencia entre la maternidad y la paternidad, porque yo la siento todo el día moverse, patearme, me duele la espalda, no puedo dormir bien, pero el Gato la siente cuando me pone la mano en la guata y porque me escucha quejarme o cuando me arregla los cojines. De hecho yo no me emocioné para nada, porque el nacimiento es el siguiente y lógico paso. Lo que sí pensé es buscar información acerca de cesáreas, ver videos y preguntarle a las que conozco cómo jue su experiencia. Susto no tengo para nada; confío 100% en el doctor y su profesionalismo.

Mi chancha hermosa ya pesa 3 kilos 300 gramos y mide 48.5 centímetros. El doctor me dice siempre que mi pega es preocuparme que se mueva, porque la persona que está enferma no lo hace. Pero mi Debbie todo el día me patea y también cacho los momentos que se queda quieta, porque no todas las guaguas son iguales y hay algunas más inquietas que otras, asi es que no hay que comparar movimientos con otra embarazada, por siaca. De hecho una vez le dije al doctor que encontraba que la Debbie se movía poco, y me dijo que nosotros, sus padres, no somos pinganillas, que por lo tanto nuestra hija tiene esa carga genética. Es decir, cada niño se mueve según su ritmo y cómo sean sus padres, al parecer.

Creo que ya lo he escrito pero el doctor nos dice que le da rabia cuando engrupen a los padres que los niños escuchan en el vientre materno y la guea. Yo lo entiendo porque él es médico y así explica las cosas de la naturaleza, lo que no está comprobado científicamente no es nomás. Lo que yo sí creo es que de alguna manera nos conectamos con nuestros hijos en la panza, por ejemplo si está muy quieta yo comienzo a acariciarla y al poco rato me da cuarquier patá. El Gato siempre le da besos y también la acaricia, y ya veremos cómo será cuando esté afuera con nosotros. Lo del efecto Mozart y la guea no estoy ni ahí y mi chancha escucha lo que sus padres, y a todo chancho pa pior.

No he visitado a nadien pero ya me pondré al día (aunque los leo a todos gracias al google reader), se los prometo.

Yao los vemos.

martes, julio 28, 2009

Crónicas Chuchetas CXXIII: La Dulce Espera.

Le comenté al Gato lo que me había escrito el que no entiende ni una hueá, eso que los escritores jamás dejan de escribir, y me dijo que era cierto. De hecho estoy todo el día pensando en qué escribir en el blog o cómo va mi pcrosado. El problema es que cada vez que me siento frente al pc me comienza a doler la espalda y me pongo a hacer otras cosas.

Así es que lo más probable que cuando nazca mi chancha les cuente con lujos de detalles cómo jue todo. Si es que no estoy muy histérica, porque el hecho de que mi vida cambie en 180 grados de un rato para otro (lo que dura la cesárea) igual es extraño, y el doctor me dijo que el cambio hormonal que viene con el parto es muy parecido a los primeros meses de embarazo. Es decir, una anda toda rara.

Por eso cuando les cuento que tengo las manos hinchadas, que estoy durmiendo como el forro (me despierto a cada rato incomodísima), que me canso mucho, que me demoro muchísimo en vestirme, que me siento cero mujer y puro mamá, no es para que las primerizas se espanten ni nada, es una forma de dejar por escrito lo que es nomás. Muchos le llaman "dulce espera" porque o son siúticos o porque no tienen idea lo que es estar embarazada y pertenecer inmediatamente al grupo de riesgo de la población, ya sea por la listeria, la influencia y mil gueas más que no puedes comer o que no puedes hacer. Soy una convencida que si tratamos el embarazo con sinceridad no nos encontraremos con sorpresas desagradables. Por ejemplo: no se bajan los mil kilos que subiste por comer como cerda con el parto. Esa guea es pura mentira. Tampoco dando pecho. Otra mentira. (Me lo dijo la nutrióloga porsica). Una deja de ser mujer para ser mamá y no hay ropa con la que te vas a ver sepsy o delgada, por la media guata. Esto último no me complica en lo más mínimo porque es un período de tiempo nomás que tendrá lo mejor: recibir a mi chancha en brazos. Pero hay mujeres que realmente las bajonea y está bien por ellas. O que a las 4 de la mañana me despierto más incómoda que la cresta y el Gato se levanta y me ayuda con los cojines para que pueda dormir otro rato más. Son cosas propias de esta última etapa, pero son importantes saberlas y no pensar sólo en la "dulce espera". Ahora estoy de mamá, pero sigo siendo garabatera y añiñá y no tengo cara de querubín por acto de magia del embarazo.

Ahora una cuestión naqueer: quiero agradecerles a todos por los consejos o historias que me han contado. Parto por el Dostor Sangrita, quien siempre contestó mis preguntas de primeriza de buena gana, puta que se valora la buena voluntad. Después la sita Sabi, quien me aconsejó cuando pasé un momento repenca en la pega y que siempre está preocupada. Bellota_b, muchas gracias por recordar tus embarazos y contarme, me nutre harto y además me rio (dele nomás); Leslie, me gusta muchísimo la forma en que escribes y te encuentro entera entrete; escorpiona, Selma, Sandra: gracias por estar pendiente de mi embarazo y comentarme. A las que no tienen blog pero igual comentan y me tiran pura guena vibra (siempre que leo sus comentarios me sonrío): celeste, Olivia (compré el Omo bebé, viene en paquete rosado porsiaca), polluelo y otras más que de seguro se me deben quedar en el tintero.

Me demoré en caleta en nombrar algunos, asi que no se sientan los que no nombré, de pura volá nomás.

Eso sería por ahora. Tengo que ordenar la chorrera de papeles que tengo (entre bonos y exámenes) y hacer la maleta. Entre hoy y mañana la dejo lista, nunca se sabe.

Yao los vemos.

domingo, julio 26, 2009

Crónicas Chuchetas CXXII: Las contracciones y demases.

Lotro día juimos donde la matrona y me hizo un seguimiento a la Debbie: me puso unas cuestiones en la panza donde se monitorea su corazón y sus movimientos. Y jue en ese momento que me enteré que tengo contracciones.

Obvio que no las reconozco, porque soy entera primeriza. Una que otra vez había sentido la guata dura, pero nada más. Lo gueno es que no son dolorosas, todavía.

La matrona me explicó en que consisten las contracciones y su porqué. También nos dijo cuando irnos volando a urgencias y cuando no. Es decir, sin desesperarse.

Pero ahora que tengo casi 37 semanas (y está lleno de guaguas que nacen con esa cantidad de semanas) estoy mega incómoda. Sin querer queriendo no he engordado tanto y ha sido la Debbie quien crece y se pone guatona y hermosa, pero con la media guata que tengo me cuesta mucho levantarme de donde sea, o si camino mucho quedo raja. Si camino poco también. La espalda como que la doblo para adelante, por el peso. La retención de líquidos en las manos es cada vez peor y me duelen ene las muñecas, y no puedo usar las manos al 100%, porque los dedos los tengo un resto inmóviles. La cara no se me ha hinchado mucho y tampoco se me ha manchado, como les ocurre a muchas embarazadas. La gente me comenta que tengo buen semblante. Y si leyéndome piensan "qué incómodo" como que da un resto lo mismo, porque todo ha sido paulatino y ni me he dado cuenta. Suménle que uso amapolas porque así crece el pezón (y ha crecido harto), que apenas me puedo poner los zapatos o calcetines (me falta el aire y me demoro 10 minutos por pie) y que ando mal genio y "tolerencia cero" como me dice el Gato, por las incomodades.

Lo mal genio (que no es propio de mi persona) tiene que ver con la desesperación de sentirme inútil cuando tengo ganas de hacer cosas, o tener que depender de todo el mundo para hacer algo. Y las incomodidades. Puta que reclamona, pero son partes importantes del embarazo que no tienen nada que ver con mi chanchita.

Tengo la cabeza llena de preocupaciones en estos días, por eso no visito mucho (pero sí los leo) ni escribo tanto. Como que me cuesta concentrarme. Es que cuando nazca mi chancha, también naceré yo como mamá. Y eso sí que es raro y nuevo.

Gracias por la guena onda. Falta tan repoco!

Yao los vemos.

jueves, julio 23, 2009

Crónicas Chuchetas CXXI: 3 kilos y 48 centímetros.

Cómo no iba a estar incómoda, si la Debbie está gigante!!!!

Hoy tuve control de 36 semanas y desde ahora serán controles semanales. Y si todo sale como hasta ahora, tendré cesárea programada en 15 días más, a principios de agosto. Esto es, a las 38 semanas.

En el momento en que estaba en la camilla para hacerme la ecografía, el doctor se puso a recordar a mi papá y dijo que lo veía sentado. Me emocioné muchísimo, porque se me imagino verlo sentado a mi lado, cuidándanos. Eso es lo bueno del doc, que nos conoce hace tantos años y la relación es más bien familiar.

Y como falta tan repoco, ya le estoy lavando su ropita a mi niña (tiene más que la chachu) y este finde haremos la preadmisión a la clínica y me faltaría puro comprarme unas pantuflas para la clínica. Puta que me costó comprarme pijamas, puras gueas rosadas con angelitos y flores horrendas. Con mi hermana dejamos las patas en la calle, pero al fin encontré unas camisas de dormir más piolas.

En eso me he llevado estos días: probando las sábanas de la cuna, ordenando sus cajoncitos, y sintiéndola moverse mucho mucho. Desde anoche comencé a dormir semi sentada, porque me ahogo mucho y si me acuesto siento que me reclama. Lo bueno es que el kilo que subí estas dos semanas son de mi hija, porque subió exactamente medio kilo por semana. Y el doctor me dijo que me preparara, porque será una guagua grande: alrededor de 3 kilos y medio.

Trataré de avisar por blog cuando esté a punto de parir, y después no se cuando volveré a escribir. Eso sí que cuando lo haga, les contaré con lujo de detalles la cesárea, los dolores y las incomodidades, para que las primerizas que vienen cachen la mano y para yo recordarlo también. Fotos de mi chancha no pondré en el blog y no lo sé si en facebook. Conozco gente muy mala que sé me lee y que no dudaría en hacerme daño de alguna manera utilizando fotos. Pueden pensar que le pongo color o que me paso rollos, pero es así, la pulenta.

Eso sería por ahora. Pa' que les digo que estoy refeliz, que en la noche me imagino que tengo a mi guatona acostada al ladito mío, entre nosotros, y que le puedo tocar sus manitos, su nariz, mientras ella respira con la guata llena de leche y feliz. Para mí será la felicidad absoluta.

Gracias de nuevo por la guena onda, y si alguna que ya es madre me quiere contar alguna experiencia o algún consejo gueno para primeriza, bienvenida será.

Yao los vemos.

miércoles, julio 22, 2009

Crónicas Chuchetas CXX: Mi premio a la honestidá.

La Sabi me dio este premio. Lo he visto también en algunos blogs.
Primero que nada, agradezco la guena onda por encontrarme honesta. Y ahora sigo con las reglas:
- Agradecer el premio al blog que me lo envió: gracias sita Sabi.
- Insertar el logo del premio en mi blog: listeilor.
- Enumerar 10 cosas honestas sobre mí: estoy pensando.
- Seleccionar al menos 8 blogs y notificarles la entrega del premio: no lo haré.
Ahora mis 10 custiones honestas:
1. Me meto literalmente la opinión del resto por la raja. En serio. Me da lo mismo si creen que soy ignorante, que no tengo plata, que soy ordinaria, que valgo callampa, que debería hacer las cosas de otra manera... me da lo mismo. No pesco y soy feliz. Me sale solo eso sí, no es premeditado.
2. La mayor parte del tiempo estoy de buen humor. El mal genio no forma parte de mi persona, aunque con el embarazo he tenido períodos gruñona, pero es por los malestares propios.
3. Soy megareclamona. Si algo me molesta reclamo y puedo reclamar todo el día. Hasta camino reclamando, esa onda.
4. Tengo repocos amigos. No cacho si seré antisocial, pero no soy de esas personas que tienen una chorrera de amigos.
5. Soy megadesconfiada. Y tiene que ver con el punto anterior, de seguro. No es que crea que me van a robar o gueas así, pero soy desconfiada en general.
6. Le hago caso a mi instinto 100%. Como que miro, huelo las situaciones, y saco mis conclusiones. Y le achunto a la mayoría, que es mejor.
7. Soy mala para parar los carros y mucha gente se aprovecha, pero he ido aprendiendo a decir "no" o ser cara de raja.
8. Me molesta de sobremanera (es una gueá, pero igual) la gente que no sabe comportarse en forma educada en la mesa. (Dije que era una gueá). No lo hago notar, pero levantar la copa para que le sirvan vino, o que no cachen cuál es su plato de pan (¿el de la izquierda o el de la derecha?), no saber usar la servilleta de género... me carga.
9. Me gusta devolver las visitas del blog por más latero que me parezca un blogero que me lea. Lo considero un gesto mínimo y me carga la gente que no lo hace, como si fueran tan bacanes.
10. Me molesta de sobremanera la gente levantá de raja (arribista) y los que tienen el medio ego, cosas que se dan bastante en este mundo virtual. No los pesco, no los leo. Los encuentro entero patéticos.
Eso sería. Mañana escribo más sobre estas 36 semanas. ¡Puta que falta poco! Me he sentido bien eso sí, sólo como ballena y con dolor de esparda.
Yao los vemos.

viernes, julio 17, 2009

Crónicas Chuchetas CXIX: 4 años blogeando.

Se me pasó de pajarona nomás, pero el 12 de julio del año 2005 escribí mi primer post. Lo pueden leer aquí. Para los que me leen hace poco, les cuento que antes tenía otro blog.


Comencé el "Furiosa Canifrú" como una vía de escape. Todavía no comenzaba la moda de los blogs, pero un amigo (que vivió un tiempo en Brasil) lo ocupaba reharto y me dio el primer empujón, como quien dijera.


El nombre del blog y mi nick nacieron porque fue una época de harta rabia y furia, conmigo misma nomás, por las malas decisiones que había tomado y que me llevaron a tener una vida bastante asquerosa e infeliz, la verdad. (Canifrú es mi apellido materno, pal' que no aún no cacha). Lo peor de todo es que no puedo culpar a nadie, porque nadie me obligó a nada. Por eso la furia: como tan agilá.


Ese blog es un diario de vida, que me sirvió de harto porque mucha de la gente que me leía me daba su apoyo y eso siempre lo agradeceré.


Después no escribí más, porque no tenía ganas. Me ha pasado varias veces, como a varios. En ese intertanto mi vida comenzó a cambiar, me volví a hacer amiga de mi misma y me di cuenta que ya no podía seguir escribiendo en ese blog, porque pertenecía a mi pasado asqueroso. Entonces leí en un libro de Saramago la frase "escribo derecho con renglones torcidos" y caché que esa era yo: le torcí la mano al destino, de alguna manera. Cambié el rumbo de mi vida, rompí con lo que me hacía profundamente infeliz y le di pa' delante nomás. De esa época es la foto del post: cuando cumplí 33 años y lo pasamos la raja. Onda como en la edad de Cristo mi vida empezó de nuevo y a mi gusto.


Las "Crónicas Chuchetas" comenzaron gracias a un comentario de este gran poeta, que me dijo que siempre se reía con mis, obvio, crónicas chuchetas. Encontré entero entrete el adjetivo, lo hice mío y asi jue.


Igual es cuático poder mirar hace cuatro años atrás a través del blog, acordarme y releerme. Y que muchos ustedes que me leen puedan hacer lo mesmo.


También estuve pensando sobre la gente que me lee. Agradezco harto los que lo hacen porque, de alguna manera y sin conocerme, sienten simpatía hacia mi persona y se ríen con las gueas que escribo y están de verdad preocupados e interesados en mi embarazo. Y a las que serán madres por primera vez, como yo, espero que les recontra sirva, porque a mi me hubiera gustado tener un blog donde leer lo que pasa pero sin adornos ñoños ni con la famosa "dulce espera", como si sentirse mal o tener susto fuera sinónimo de mala madre.

A los sapos culiaos que me leen: get a life!

Yao los vemos.

martes, julio 14, 2009

Crónicas Chuchetas CXVIII: Lo que me ve mi hija hacer en la jato.


La Debbie cada día se mueve más y más, sin importarle si me duele o me molesta. Saca un brazo (o una pierna, no cacho todavía) por un lado de mi guata y por el otro lado me pega patás. O a veces pone su cabeza justo debajo de mis costillas, y así ando con ella un buen rato, sintiéndola muy cerca.


En las noches a veces no me deja dormir porque le da hipo (la guata salta) y después se pone a patear como loca. O pareciera que se estira. Debe estar la raja de cómoda dentro mío. Pensar que las abuelas puro quieren que nazca. En realidad, están desesperadas.


En general soy más bien intuitiva y así lo he hecho con mi embarazo, una vez que todos los sustos agilaos se me fueron pasando (los que me leen de antes cachan) sólo escucho mi "yo interior" y al doc, obvio. Por eso no me he comprado ningún libro de embarazo y he visto partos en el cable nomás. Y tampoco pescamos ningún consejo de nadie, el Gato se encarga de decirle a la gente que sólo le hacemos caso al doc o a la matrona, que si otra embarazada toma leche con noseque cosa para noseque, bien por ella. Y lo mismo haremos con nuestra hija. La última y primera palabra la tendrá el pediatra y mi intuición materna.
Por eso mismo la Debbie puro escucha la música que nosotros escuchamos. Na de Mozart ni otro tipo de música para hacer guaguas inteligentes. Tengo un play list con pura música para subir el ánimo, otro de puro Madonna, más el rock que escucha su padre que varía, pero si le gusta Faith No More no será nada de raro. Noticias no veo (para ver puros políticos hablando las mismas gueas de siempre o puro asaltos y desgracias, paso) y leo repoco. Tengo a 2666 a la mitad, y otros más esperándome, quizás hasta cuando. Lo que si he hecho es cocinar harto (por obligación y placer) y escribir. Ahora si la Debbie sale guena pa' leer o escribir o cocinar, bacán por ella. Yo solo quiero que sea feliz con su vida, a su manera.
Por mientras que ella lo pasa la raja en mi guata yo aprovecho de flojear en la casa. Además que mucha energía para hacer mil gueas como antes no tengo. Por ejemplo, ya me duele la espalda y he ido al baño como 5 veces. Las muñecas me duelen menos pero las manos siguen hinchadas. Cosas de la parte final del embarazo.
Sobre mi pcrosado y las preguntas de cierto joven que no entiende ninguna hueá, la mina es puramente inventada pero ni tanto, porque es una mezcla de varias mujeres que he conocido o que conozco. No tiene nada mío, al igual que mis otros cuentos. Porque no cacho la razón, pero siempre mis cuentos son acerca de minas loser, unas más que otras. Como me dijo un gran escritor, "Sex and the city" bizarro es lo que escribo. Me gustó esa definición. Y sólo se actualiza los lunes.
Este último párrafo es para los que siguen mi otro blog. A los demás (los guena onda, no los sapos culiaos) les agradezco su preocupación y buenas vibras. En serio.
Yao los vemos.

domingo, julio 12, 2009

Crónicas Chuchetas CXVII: Puras incomodidades.

Ahora que tengo casi 35 semanas me mega creció la guata y comenzaron las incomodidades del último mes, según me habían dicho.

Para empezar tengo retención de líquido en las muñecas y yo, que siempre he sido de manos pequeñas y delgadas (tengo 10 pa' los anillos, pa que cachen) ando todo el día con unas manos de ogro horrorosas: hinchadas y gruesas. Lo pior es que me despierto con dolor en las muñecas y apenas puedo doblar los dedos, cosa que se me va pasando a medida que pasa el día. También me canso muchísimo, es que la cagó.

Ahora sí que me siento como ballena.

No paso mucho en el computador porque me duele la espalda, aunque esté con mi cojín pulento. En la cama también me duele la espalda, de pie, sentada en una silla, en el auto. Me demoro como 5 minutos en levantarme de la cama, otros 5 en acostarme y estar por fin medianamente cómoda, pa' que les digo lo que me cuesta agacharme si algo se me cae y ponerme calcetines es una odisea de como 10 minutos por pata.

Ayer nos fuimos al cerro San Cristóbal, porque el día estaba bonito y al Gato le encanta. De hecho antes íbamos siempre, nos sacábamos fotos, nos tomábamos una pirsen en bellavista, peluseábamos. Ahora directo en auto hasta la cumbre, obvio que no llegué hasta la virgen porque la cagá está lleno de escalones y puta que me cansé en subirlos. Había un viejito que sacaba fotos y yo no quería y el Gato dale con que nos saquemos una foto de recuerdo de los 8 meses y al final le dije que gueno. Salgo asquerosa, parezco un globo con abrigo, la cara hinchada, lo peor. También ojerosa, con cara de poto.

Aparte de las quejas, fuimos a la clínica que nos sale más barata y le contamos que en la clínica top nos hicieron un súper descuento, entonces nos ofrecieron otro descuento más, que mañana nos envían. Fue sin querer queriendo, más que nada preguntamos la diferencia entre una y otra y la lola nos ofrece menos plata en el plan. Porque nosotros puro cotizamos por cesárea, que es más cara y por siaca. Le pregunté al doc el otro día y dijo que falta harto aún (para él porque encuentro que no falta nada) y que lo viéramos con calma, lo que pasa es que por mi edad mi parto es de más riesgo, fue lo que me contestó. Y yo que me creo la raja de joven con mis 36 años.

Y eso que todavía no les cuento las preocupaciones que tengo. Ando un resto enrollada con lo que se viene, las responsabilidades, mi nueva persona que nacerá junto con mi hija... pero por ahora está gueno de reclamar.

Gracias por sus guenas vibras.

Yao los vemos.

miércoles, julio 08, 2009

Crónicas Chuchetas CXVI: Posando preñá.

Cuando estaba en cuarto medio tenía un amigo de los scouts que estudiaba fotografía. Un día me llamó y me dijo que necesitaba una mina rubia y blanca para una tarea. Como no tenía nada que hacer, le dije que yes. La cosa es que me sacó como 96 fotos en distintas poses y terminé más cansá que la chucha y arrepentida. Y el martes terminé igual de cansada, pero obvio que es distinto porque es un recuerdo hermoso de cuando la Debbie está en mi guata. Mi gran amiga Yegua Viciosa jue la de la idea, y trajo sus pulentos focos y ropa para que me pusiera (tengo toda mi ropa "normal" guardada) y le dimos con las fotos.

Asi es que aquí estoy, pa' que me cachen con 34 semanas. (Las guaguas nacen de máximo 40, pa' que saquen sus propios cálculos). Se me ve la MEDIA guata, como les había contado. Las pechugas que me crecieron apenas se notan, por la guata.

También estamos casi casi listos con la clínica. Nos ofrecieron un súper descuento en una de las cuicas, pero tenemos que sacarle punta al lápiz y ver la diferencia en las pequeñas cosas que ofrece una y otra. Mañana tengo control con mi megasuperdoc y veremos si me da fecha para la cesárea.

Aunque estoy preocupada, porque encuentro que nos faltan hartas cosas. Como la cuna es más grande de lo habitual (multifuncional), las sábanas que eran de mi sobrina mostra no me sirven. Y puede sonarles harto agilao este pensamiento, pero me da ene lata que no le hagan regalos a mi hija. No hablo de los amigos, sino de los familiares directos. Tampoco estoy hablando de mi familia, que es más bien pequeña pero se han rajao bastante. Las guaguas no viven de puro amor, puro preguntan cómo está pero nada más. Me da lata esa actitud, enteros cagaos. En fin.

También me preocupa cómo serán nuestros primeros días en casa y taaaantas cosas más, que me preocuparé de a poco. Primero le compraremos sus sabanitas, almuhadita, su ropita linda para la clínica, y el resto veremos. Y los pañales, obvio.

Yo cacho que todas las madres primerizas se preocupan de lo mismo. O capaz que la sociedad me esté castigando porque no haremos el ridículo baby shower. "Recibes un montón de regalos útiles", me dijeron una vez. Ni ahí con fiestas gringas.

Yao los vemos.

lunes, julio 06, 2009

Crónicas Chuchetas CXV: No es la H1N1, por suerte.


Ayer me dormí raja, mega raja. Tranquila porque el Gato no tuvo fiebre en todo el día y tenía mejor cara. Dormí a pata suelta la verdad, con toda la cama para mí. Me desperté a las 10, cosa que hago habitualmente, y preparé desayuno para los dos. El almuerzo lo tenía listo (es que soy tan pulenta) así es que estaba tranquila por ese lado. Y para poder ventilar la casa y que el Gato juera al doc, puse la estufa en la pieza donde tenemos el computador y se encerró mientras yo ventilaba la casa y ordenaba. Es que con tanta gente enferma, el broncopolmunar que atiende de niño al Gato recién tenía "algo" desocupado a las 5 de la tarde.


La cosa es que tiene una infección en las vías respiratorias, o algo así, porque me lo dijo por celular. La consulta estaba llena y para todo tuvo que sacar número, hasta para la licencia de tres días que le dieron. No tiene que hacer cama 100%, pero no pasar frío y esas cuestiones típicas. También le dijo el doc que era bueno que no durmiera al lado mío y que si pasaba una semana y yo no tenía síntomas, todo bien. Habrá que esperar.
La foto que subí me la sacó hoy el Gato, no es muy clara que digamos, pero igual vale. Estoy con el pulento coche que le compramos a la Debbie, claro que compramos y compramos custiones y siempre falta algo. Y como no pienso hacer baby shower, toy cachando que muchos regalos no le llegarán a mi hija. ¿Cómo antes la gente no necesitaba hacer una fiesta entera gringa para regalar y ahora sí?
También jui a la matrona, y entre los varios consejos que me dió (todos prácticos) me dijo que si yo fuera su hija, ella me recomendaba a ojos cerrados cesárea. Las razones que me dio jueron: primeriza a los 36 años, pueden venir complicaciones serias en el parto. Le preguntaré esta semana al ginecólogo que opina y creo que me dirá que sí, lo que es bueno por la parte que podemos planificar con el Gato sus días de vacas y yo estaré contando como los presos cuanto falta para que nazca, y de todas maneras, tenía una pequeña intuición que parto normal no sería.
Y si pienso en la cantidad de niños que nacen de 37 semanas y yo estoy entre la 33 y 34, más ansiosa me pongo. Pensar que mi vida cambiará para siempre, gracias al amor.
Yao los vemos.

domingo, julio 05, 2009

Crónicas Chuchetas CXIV: El Gato está enfermo.

Con tanto gil enfermo en su oficina, era que no. La cosa es que ayer partimos a comprarle el colchón para la cuna de la Debbie. El viernes en la tarde le compramos su cochecito más el huevito que se usa hasta los 10 kilos (para llevarla en el auto), y el Gato parecía cansado nomás. Pero ayer tenía los ojos hundidos y las manos heladas. Yo cacho que todo el rato tuvo fiebre, lo peor que hasta fuimos al supermercado.

El problema del Gato es que siempre se guarda los síntomas y si se siente mal le baja el perfil. En ese sentido no es como la mayoría de los hombres que cuando están enfermos hacen la media alaraca. Y como esto es más bien malo que bueno, cuando llegamos ayer a la casa tenía 38.5 de fiebre. Lo mandé a la cama de una, con paracetamol y paños húmedos, porque mi socio es regueno pa la fiebre.

Y puta que es penca ser enfermera estando embarazada. Porque estoy puro acostumbrada a que me atiendan, no a atender. Dormí inquieta pensando en que no le subiera la fiebre (cosa que no ha ocurrido) y anoche me levanté cada una hora para que se tomara la temperatura (el Gato se jue a dormir a la otra habitación pa' no pegarme lo que sea que tenga) y después a las 6 de la mañana me levanté de nuevo y tenía 38.5. Otro paracetamol y le dejé un paño mojado. Y hoy día tuve que ventilar un parte mientras la otra se mantenía caliente y cambié al Gato de pieza, haciendo la cama, después jui a la feria (mi hermana con mi cuñado me acompañaron, por suerte que viven cerca), luego le tuve que llevar el almuerzo a la cama, té con limón y miel, que se tome la temperatura, y todas esas cosas que ya, a esta hora, me tienen cansada y con puras ganas de acostarme.

El problema es que el Gato tiene rinitis y problemas bronquiales desde broca, entonces es lo primero que lo agarra.

Pero como hoy día no a tenido fiebre y se siente mejor y come harto como acostumbra, le pedí hora para el broncopulmonar que lo ve de pendejo, pa' cachar que onda.

No me importa enfermarme, me importa mi hija, que no le ocurra nada por mi culpa.

Lo gueno es que cada día falta menos para que nazca.

Estar embarazada de 8 meses y ser enfermera es como el hoyo.

Yao los vemos.