miércoles, octubre 28, 2009

Crónicas Chuchetas CXLII: Toy terrible de guatona.

Mi gran problema fue que quedé embarazada con sobrepeso. Y lo pior, que la nutrióloga me dijo que era una embarazada obesa. Lo pueden recordar aquí.

La cosa es que me cuidé su resto y no me veía taaaan chanchona embarazada. Pero igual engordé como 18 kilos. Perdí 9 con el parto (te encargo la retención de líquido) pero ahora debo tener como 10 kilos de más. Para recuperar el peso con el que me embaracé serían como 4 kilos nomás, pero quiero verme bien, por eso son 10, según mis cálculos.

Es recontramega frustrante verse al espejo así de guatona. Lo que pasa es que guardé toda la ropa de preñez y saqué alguna que otra de no preñá, y me veo asquerosa. Como me crecieron las pechugas las poleras me quedan apretás arriba y en la guata. Se me ven los medios tutos y la media raja. Súmenle que cuando me deprimo me da ansiedad y como chocolate, pancito y puras gueas con grasa.

Puta que es difícil tratar de hacer dieta. Gueno, dieta como tal no puedo hacer por la leche para la chanchita rica. Pero si puedo comer sano, de hecho me cocino puras verduras, carnita, salmón y pan integral con jamón de pavo y quesillo, tomo cuarquier agüita, camino con la chancha, pero cuando me da por comer con ansiedad, no tengo límites. Las mujeres ansiosas demás cachan la volá.

Con estos días de calor horrible es cuando peor lo paso, porque me veo horrenda con la ropa que dejé para la casa: patas de lycra con algodón y poleras. Es ropa cómoda para hacer las chorromil gueas que tengo que hacer. Los jeans de antes me caben pero si me los cierro se me sale la guata pa' los laos (súper elegante me veo) y con las poleras apretás se me hacen chorromil rollos.

Es que ahora tengo una guata rara, que jamás había tenido, por muy guatona que estuviera. Se supone que comiendo sano y haciendo ejercicio me bajará. Espero.

La idea es estar a los 6 meses de haber parido a mi cerda exquisita (tiene como tres rollos en cada pierna, dan puras ganas de mascarla!) con mi peso normal. Y como quedé embarazada con sobrepeso, mayor será mi pega.

Por chancha me pasa.

Ya les iré contando como me va con mi cerderismo.

Yao los vemos.

martes, octubre 27, 2009

Crónicas Chuchetas CXLI: Si quieres ser escritor, escribe.

Esa frase, que cuando era chica la escuché, suena reobvia y fácil. Yo le sumaría: "y lee".

Ambas dos custiones para mí son casi imposibles por ahora.

Ocurre que el jefe del Gato es entero paleta, y cada vez que viene a Chilito me trae los libros que yo le pido. (Lo que pasa es que el Gato trabaja en una empresa gringa y su jefe vive en Buenos Aires, Argentina, donde el valor de los libros es un sueño hecho realidad). Y ahora con mi pulento personal compiuter puedo escribir donde se me ocurra y a cada rato. En teoría.

Porque ahora soy mamá 100%. Y la chancha cada día duerme más horas y me deja hacer más custiones, pero las custiones que puedo hacer son propias de la dueña de casa, como quien dijera: ordenar ropa, cocinar, barrer su poco, alimentar a Jacinto y Pulgoso, y después me puedo sentar a escribir. Tengo una señora que viene una vez por semana a planchar (que me carga) y el aseo general y la onda, pero a mi me gusta cocinar. Entonces me quita tiempo.

Además que no es llegar y sentarse a escribir. No poh. Yo necesito concentrarme, navegar en internet si es necesario verificar algún dato, volver a releerme, buscar algún sinónimo... lo único que me sale de una es el blog, porque obvio, acá escribo como quiero.

Lotro que me sale más o menos fácil es mipcrosado. Porque ya le cacho la mano a la protagonista y sé pa' onde va la cosa, además que con los comentarios que me dejan me dan ideas.

En fin. ¿No quería tener guaguita la perla? Sipoh, otra cosa es con guitarra. Lo loco es que, aunque no tengo tiempo para escribir, me dan más ganas y cuando la chanchi duerme yo corro a hacerlo.

Así con la vida de mamá/escritora.

Yao los vemos.

domingo, octubre 25, 2009

Crónicas Chuchetas CXL: No te metas con mi cucu.

Con esta canción me acuerdo de mi papito. Y si no la cacha, escúchela aquí.

Resulta que ayer juimos donde mi suegro, y entre tanto dvd musical que tenía (de tal padre tal hijo, lo digo por el Gato) de pronto comenzó a sonar esta canción. Y me dió pena con nostalgia. Porque me gustaría tanto que mi papá estuviera vivo, y yo lo pudiera ver bailando esta canción, mientras él está haciendo un asado, y la canta mientras tiene los cuchillos pa' ver como la va la carne, y también comiendo pebre que hizo más temprano con mi mamá, y también nos saca a bailar.

Así lo quiero recordar, alegre, cantando, bailando. Sé que cuida a mi hija, que siempre está conmigo. Es raro, y quizás ya lo he escrito antes, pero todos los días lo recuerdo. TODOS. De alguna u otra manera está conmigo. Y a pesar que cuando fue su cumpleaños y el día que se murió (ya van once años) no me dio ni pena, porque he entendido la lección de la vida con su muerte, y así lo vivo, ayer si me dio nostalgia por su presencia.

En fin, cuestiones que me pasan a veces.

Yao los vemos.

viernes, octubre 23, 2009

Crónicas Chuchetas CXXXIX: Mi hija es el sentido de mi vida.

Como conozco al ginecólogo hace cuarquier año, siempre nos poníamos a conversar de la vida, de los hijos, si la edad era buena o no para quedar embarazada, entre otras miles de custiones. Entonces un día nos dijo - lo que me acuerdo más o menos - es que los hijos nos dan la fuerza para sobrellevar la vida, que es tan dura. Suena lógico, a frase común, obvio para algunos.

Para mí no, les digo arturo. Porque tenía a la chancha en la guata aún y hasta hace poco velaba por mí y puro pensaba gueas y me angustiaba por el sentido de la vida y a quién le pregunto que vine a hacer a este mundo (es de Neruda por siaca) y puro cabeceaba mojones.

Hasta que nació mi gorda exquisita y caché que ella le da sentido a mi vida. Que antes era creo farso nomás. Porque ahora sí se viene lo gueno.

Para los que están sin hijos, les cuento que ahora toda mi vida la veo a través de mi hija. Pienso en maneras (otras maneras) de ganar plata haciendo lo que amo, para ser una mujer feliz y, por ende, una madre feliz. En las vacaciones con ella, en andar en auto con su sillita, en ordenarle su ropita, en el colegio que me gustaría que estudiara, en cómo la apoyaré sea lo que sea que haga. De hecho, cada vez que salgo (son repocas) puro vitrineo ropa para ella, y me vengo rajá a la casa para darle un besito. (Esto último no es tan bueno se supone, debería salir más tranquila).

Mi hija es el sentido de toda mi existencia ahora. Y no, no es obvio. Es así nomás, y yo jamás lo había vivido ni sentido de esta manera, que me llena la vida, me la hace distinta como nunca jamás renunca pensé.

A pesar que, quizás nomás, pueda estar su resto deprimía (tomo sulpilán que rato, gracias por la preocupá), mi vida es otra desde que nació esta chancha hermosa. Otra otra otra. Tan otra, que hasta yo soy otra. Mamá y mujer. O mujer y mamá. Con un amor infinito.

Ya me puse latera. Pero los padres y madres cachan la volá.

Yao los vemos.

miércoles, octubre 21, 2009

Crónicas Chuchetas CXXXVIII: Mañana es otro día.

Desde anoche que estoy que escribo este post, y no. Porque no es muy rico escribir que me siento angustiada por algo que no cacho que es. Porque la chanchi está reguatona (¿comenté ya que tiene talla de tres meses y tiene dos? Si es así, es la chochera), gracias a Dios no tenemos problemas económicos, la gente está sana, como enumerar esas cosas que hacen que una ande mal. Y no es mi caso.

El fomingo comencé con pesadillas y eso hace que amanezca mal. Y como dice la dostora (que me ha ayudado mucho), si una duerme mal, tiene un pésimo día. Aparte que no me puedo dar el lujo (como dicen las viejas julias) de sentirme mal, porque tengo que dar pecho, mudar, cambiar de ropa, ordenar, hacer almuerzo, cantarle a la chanchi. No me puedo acostar porque el día nublado me bajonea. Tampoco lo hago porque agarro a la chancha y salimos a patiperrear, lo que me sirve de harto.

Asi es que pa' los que me leen hace poco, les cuento soy media cagá de la cabeza. Y que tuve una depre más larga que peo de culebra hace unos años atrás. Y que tengo antecedentes familiares gueviaos, por eso es más fácil que me deprima y todas esas gueas. Lo que no significa que yo me deprima realmente; al contrario, tiro pa arriba y lucho y me doy energías y ánimo. Pero a veces no me puedo hacer la gila con lo que me pasa.

Ahora voy a mudar a la chanchi, darle un poco de pecho, y salir a dar una vuelta.

Total, mañana es otro día.

Yao los vemos.

martes, octubre 20, 2009

Crónicas Chuchetas CXXXVII: ¿Alguien sabe?

La pulenta que me creo la muerte: estoy escribiendo desde mi cama. Quizás muchos de ustedes lo hacen hace tiempo y piensan que es la media gueá, pero para mí es la raja. Mi chanchita duerme al lado mío, el Gato está estudiando en el comedor, yo pongo música y me dejo llevar por el teclado nomás.

Como no quedé top model después del embarazo, salimos todos los días a caminar con la chancha, rápido eso sí, la idea es que sea ejercicio. Gueno, yo camino y ella mira/duerme en el coche pulento que le compramos. Camino un poco más de una hora, y me sirve para pensar en personajes e ideas para escribir. Porque más que nunca en mi vida estoy decidida a darle como caja a la escritura.

Y me he preguntado una cosa, se la pregunté al Gato también, a mi mamá, pero no doy con la respuesta. ¿Cómo cresta piensa la gente mala, o envidiosa? Porque para que un personaje sea creíble, debo entenderlo. Y como me sale más fácil escribir en primera persona, tengo que empaparme del personaje, o que éste esté en mi cabeza y yo lo cache bien, el porqué hace o no algo. Es raro ponerlo por escrito, pero a la protagonista de mipcrosado la cacho perfecto. Sé sus razones, para donde va. Pero, la pulenta pulenta, me cuesta pensar cómo la gente mala, o esas minas enfermas de envidiosas, o esas viejas amargás y malas vibras... la dura que no las cacho.

Y eso que conozco gente así, caleta de gente. Hombres, mujeres. Pero me niego a pensar que andan todo el día con la mierda hirviendo o rabiando o pensando gueas pencas. ¿O es así? ¿De verdad andan todo el día deseándole el mal a la gente, o que la flaca regia engorde y que la deje el medio mino que tiene porque así la vida tendría más sentido?

Gueno, gueas que pienso ahora que me creo escritora.

Yao los vemos.

domingo, octubre 18, 2009

Crónicas Chuchetas CXXXVI: Pero todo ha sido súper difícil.

Esta frase (que tomé prestada para ponerle nombre a este post), es de una mujer que, igual que yo, jue mamá hace poco. Y me hizo recordar los primeros días como madre.

Y también fue recontra difícil para mí.

Me acuerdo de la primera noche: pura angustia. Porque no sabía cómo era. Suena lógico y obvio -imposible saber cómo es la primera cualquier cosa-, pero para las que aún no son madre, y para las que ya lo son y qué rato, compartirán conmigo este sentimiento.

Si lo pior de todo es que el hombre que una tiene al lado no cacha una, porque su vida siguió igual y no engordó, no le quedó la cagá con las hormonas, y tampoco le llega la juana, entonces por más que una le diga que se siente rara y la tía guena onda o la aguelita o su misma mamá le diga que te entienda, obvio que no lo hacen. Si una apenas cacha que de pronto tenía una guagua en la guata y de repente la tení en los brazos, y todos felices. Y una pa' la cagá: con la guata suelta, cara de cansá, con una hermosa retención de líquidos, sangrando, llorando por todo... Eso que ni siquiera nombré a las mamás que el muy %"·$·"$%$% se corrió (no tengo las suficientes chuchás para los "papito corazón").

En fin. Después llegai a la jato (casa pa' los no vivos) y más raro aún, más difícil todavía. ¿Y si no sabi mudar? ¿Y si tu hija o hijo llora más que la cresta y no cachai el porqué? ¿Y si te hicieron cesárea y andai recontra adoloria pa' más recacha? Y pobre que estí triste, porque en esta sociedad doble estándar tener hijos es igual a la felicidad más rotunda. Les digo arturo que no. No poh.

Mi chancha hermosa (que ahora está en el coche que yo muevo con un pie para poder escribir tranquila, así de pulenta estoy) fue planificada y yo la recontramega amé desde el día cero. Pero me llené de dudas al principio, porque una agilá como yo, de 36 años, media perdía en la vida, pará en la hilacha, dependiendo sólo de mí... ¿y si me quiero mandar a cambiar, que hago con mi guagua? Esa onda pensaba. Gueno, mi hija me da más fuerzas que la chuchesumare para hacer lo que sea, ahora soy megasuperpoderosa. Me siento más capaz que antes, pero me jui de onda.

Para mí fue duro al principio, y eso que mi gran madre me ayudó lo indecible, jamás podré agradecerle todo lo que hizo por mí, jamás jamás. Lo gueno es que mi chancha me salió seca pa la teta, guena pa la pestaña y ni llora ni tanto. Eso sí que me acuerdo que llegó un momento en que no quise más visitas, me tenía chata la gente, quería estar tranquila en mi casa, porque los primeros momentos son estresantes, y hay gente gueona que no respeta eso, aunque lo sepa.

¿Son normales todos esos sentimientos, esos dolores y penurias al principio? No, no lo son. Lo que pasa es que a la mayor parte de las mujeres les ocurre (ojalá alguien contara lo contrario, así pa cachar) y por eso se habla de normal. Yo usaría la palabra habitual, común, pero no normal. ¿O acaso es normal sentirse más rara que gato verde? Yo estoy enamorada de mi hija, lo que no quita lo cabrón que fue todo al principio y tampoco me hace mala madre.

En fin, este post va dedicado a Olivia, y lo único que le puedo decir es que tiene que armarse de paciencia, que ya vendrá el tiempo gueno de guagua, que ya le vai a cachar el llanto, que ya vai a dormir poco y vai a andar flor con cinco horas de sueño. Y que cuando mires a tu hija hermosa, te vai a sentir lo máximo, a pesar que todo ha sido súper difícil.

Yao los vemos.

viernes, octubre 16, 2009

Crónicas Chuchetas CXXXV: Tiempo para la creación.

Lotro día estaba viendo una entrevista a Alicia Scherson (cineasta chilena, por siaca) en la que explicaba su día: en la mañana hacía clases y la tarde la dejaba para la creación. Tal cual.

Obvio que le envidié su vida.

En estos dos meses como mamá, y ahora sobre todo que la chancha duerme más horas y con mi computador nuevo escribo cuando quiero, me he preguntado si mi vida sería más mejol si me pagaran por escribir, o si ganara dinero escribiendo. Me lo he preguntado haaaarto. De hecho, para todos sus lectores, el lunes vuelve mi pcrosado. Y también estoy retomando antiguos escritos, y pensando en escribir otras cosas.

Es que cuando se tiene tan poco tiempo hay que aprovecharlo al máximo. Así es que cuando salgo a caminar con la chancha (me sirve como ejercicio para el body también) voy pensando en cómo va la vida de la protagonista de mipcrosado. O en algunas ideas que tengo dando vueltas.

Porque a pesar de tener un buen trabajo, al que debo volver algún día, éste me entusiasma tanto como un partido de criquet, o una baldosa o una manguera: cero. Creo que soy buena trabajadora y la onda, y como tenía harto tiempo libre, escribía. Escribir y leer, lo que más me gusta, junto con mi hija hermosa.

De hecho siempre leo las biografías de los escritores para cachar cuándo comenzaron a escribir, para ver si alguno se hizo conocido más viejo o más joven que yo, como consuelo. Y tal como leí alguna vez por ahí: "si quieres ser escritor, escribe". Y eso es lo que he estado haciendo.

Pero no quiero que sea un sueño, quiero que sea realidad. Poder vivir de esto, de teclear y pensar, de crear. Ya que el hecho de tener visitas y que me posteen me alegra mucho la vida, así cacho cómo va la mano.

Mientras cambio pañales, doy pecho, lavo ropa, cuelgo, le doy instrucciones a la señora que viene una vez por semana, cocino, converso con el Gato, recibo visitas, doblo ropa de la chancha, escribo, y trato de crear.

Y sueño que algún día viviré de esto.

Yao los vemos.

jueves, octubre 15, 2009

Crónicas Chuchetas CXXXIV: Me la lloré toa.

Hoy día llevamos a la chancha a ponerle su vacuna de los dos meses, más otras dos que son contra el rotavirus y otra guea más que no me acuerdo.



La cuestión es que dormí mal, preocupada. Así cambia la vida, pa' que cachen. Aunque supongo que deben haber mamás mil veces más relajadas y que no le ponen el color que yo sí ante esta situación y otras, lo que es mucho mejor. Porque angustiarse por una vacuna es como mucho, pero no lo pude evitar.



Lo que pasa es que no quiero que mi hija sufra nada. NADA. Prefiero que todo me pase a mí que a ella, y en esto lo que son padres me cachan nomás. Yo antes decía que mis sobrinos y bla bla, pero otra cosa son los hijos. La cosa es que dormí preocupada por la vacuna famosa, que por mí no se la hubiera puesto, pero mi hermana, con su habitual forma de hablar, me dijo si acaso prefería que se enfermara después, que no fuera gueona.

Llegamos al vacunatorio y yo iba entera preocupá. La enfermera que nos atendió bien simpática, explicándome todo, "mamita aquí, mamita acá" y la onda. Empeloté a mi exquisita (que dormía raja) y le pusieron las vacunas y lloró a todo chancho, y yo con ella. Me dolió hasta el alma. La otra vacuna es en gotas, que se las tragó piola.

Acá en la casa me pude desahogar. Una vez que se fue el Gato a la pega, lloré toda la angustia pa' que no me quedara nada adentro. He regaloneado harto a la chancha, tratando de no tocarle su piernita ni brazito (donde le pusieron las vacunas). Y me duele el alma saber que algo le duele.

Cuando estábamos esperando que nos llamaran para las vacunas pasó una pareja con una guagua chiquitita con un tubo de oxígeno. Y pensé que puta que soy desagradecida, preocupá por una cagá de vacuna y ellos con su hija enfermita. Y di las gracias por mi hija guatona y sana. Pero igual lloré.

Ahora que la tarde ha pasado estoy más tranquila, porque no le ha dado fiebre y con el paracetamol que le di ha dormido harto, pero cuando se despierta está igual que siempre.

Espero que con el paso del tiempo aprenda a no sentir esta angustia agilá, porque la única forma que tenemos para aprender un montón de cagas es sufriendo. El dolor igual enseña harto, y debo aceptar que mi hija sufrirá y yo nada podré hacer.

Pero ahora es mi guagua exquisita.

Yao los vemos.

miércoles, octubre 14, 2009

Crónicas Chuchetas CXXXIII: Yo nomás.

He tratado de escribir este post varias veces, porque ¿cómo escribir acerca de la maternidad sin ponerme latera como he visto en otros blogs? Les rejuro que podría estar todo el día contándoles lo exquisita que es mi hija, como dice "agú", que la ropa de tres meses le queda justa a pesar de tener dos nomás, entre una chorrera de custiones.



La maternidad es cabrona, porque una queda en un quinto plano de una. Al principio no tenía ni tiempo para echarme crema en las manos, y se me partieron más que la cresta. Esa onda. Pero a mi no me importa, porque -como ya lo escribí - he tenido harto de mi misma, con el Gato hemos hecho caleta de gueas, carreteado, dormido hasta las tantas, almorzar a las 6 de la tarde, esas cosas que una hace cuando no tiene más que preocuparse de una nomás.

¿Cómo será quedar embarazada joven, sin planearlo? Porque si para mí ha sido una experiencia hermosa y agotadora a la vez, y replanificada, puta que debe ser triste tener un hijo cuando todas tus amigas van al colegio y puro carretean. Omitiendo a los "papitos corazón", que se dan a cualquier edad, los muy barsas.

Se me va la onda del post porque he parado como 4 veces a ver que necesita la chancha: la he mudado dos veces y le he dado pecho una. Lo gueno es que ya me acostumbré a dormir poco y ando de lo más bien con las horas de sueño que tengo.

La maternidá, eso. Leo y escucho gente (de seguro alguna vez también lo hice, de puro agilá) que dice "cuando tenga hijos haré esto y esto otro, le enseñaré esto y lo otro. Les digo arturo que otra cosa es con guitarra, que una al principio anda entera perdía, que no cacha una, que te encargo las ojeras, aparte que el cuerpo queda pal gato, que lo único que una desea es darse una ducha larga sin pensar en nada, hasta que se agarra el training y listo, cachai la mudá, dar pecho (que me encanta), y todas las custiones del llanto distinto del hijo o hija de una. Y lo más pulento de lo pulento es que se es mamá las 24 horas del día, sin parar. Yo hasta sueño que tengo que mudar a la chancha, y me despierto a las 3 de la mañana a hacerlo (para que no le pase nada en su potito) y me preocupa ponerle la vacuna de los dos meses porque no quiero que sufra nada de nada.

Lo mejor de mi vida es ser mamá y también es lo más cabrón, porque tengo mil miedos que antes no tenía, por ejemplo, y porque esto que jamás seré yo nomás es lo más raro y maravilloso que me ha pasado.

Yao los vemos.

Crónicas Chuchetas CXXXII: Me creo la muerte.

Finalmente tengo mi pulento y propio notebook. Ya no tengo que rabiar con el computador "en común" que teníamos con el Gato, lento y lleno de gueas que jamás entendí, porque el Gato lo único que hace es bajar música como enfermo (que ni tiene tiempo para escuchar, pa pior) y yo lo único que quiero es escribir.

Claro que con mi computador entero personal no significa que me puedo sentar a escribir feliz de la vida. No poh. Primero tengo que preocuparme de mi chancha hermosa, de su ropita, que haya tomado lechita, que esté feliz y, una vez que se duerme o está contenta con sus juguetes en su coche (como ahora) recién puedo sentarme a escribir algo. Ahora está reclamando, asi es que cagué con la escritura.

Después sigo.

Yao los vemos.

viernes, octubre 09, 2009

Crónicas Chuchetas CXXXI: Venciendo el pudor.

Créanme o no, la pulenta que me da verguenza que gente que me cacha en la vida real, lea mi blog. No cacho el porqué.

De hecho tengo cuarquier amigo en facebook, muchos de ellos antiguos compañeros de colegio, y no tienen idea que hace cuatro años que escribo virtualmente. Y algo me pasa, pero me daría ene custión que me leyeran.

Quizás soy muy pesá conmigo misma y a veces pienso que a quién podría entretener con esto, que ni se acerca a la literatura (mi gran pasión), y otras veces me releo y me digo que igual salvo caleta.

Si me quiero tirar de una vez por todas a la piscina literaria, como quien dijera, tengo que puro sacarme este pudor de mostrar mi alma a todo el mundo. Porque así siento mi blog, como mostrando mi alma.

Las gueas raras de la vida.

Yao los vemos.