lunes, junio 23, 2008

Crónicas Chuchetas LXXV: No me gustan los hombres buenos, tercera parte.

El lugar era bien bonito, las cabañitas están construidas con vista al mar, y había un lugar como en un acantilado donde se iban a “meditar”. Una vez fui, pero no le encontré sentido. Es que sabe, tenía que ir, porque había un programa con un horario súper estricto, que todos seguían con la cara llena de risa. Y lo peor es que las cabañas estaban separadas por sexo, y si le suma que Juan Antonio andaba como monje, peor todavía. Nos levantábamos temprano, tomábamos desayuno, escuche bien, al AMANECER, dando gracias a no se quien chucha, perdón por el exabrupto pero le juro que no le encuentro ni pies ni cabeza a esa tontera china o budista. Después hacíamos ejercicios de meditación o talleres de yoga y cosas así (Y el día hermoso, con un sol resplandeciente, como para ir a echarse en la playa). Al tercer día mentí, dije que se me habían quedado unos remedios importantes en mi casa, y partí para Reñaca. No le avisé a Juan Antonio, si al tonto lo veía rezando nomás (¿se le dirá rezo a eso que ellos hacen?) y me escapé. Comí rico, vitrinié -hasta me compré unas pilchas-, fui al cine, y tipo 5 de la tarde me aparecí. Saludé con cara de santa, dije que tenía un dolor de cabeza insoportable y me fui a dormir. Es que me había tomado varias copas de champaña, que me encanta para acompañar las ostras.

No se imagina quien me despertó, acostándose a mi lado. Porque Juan Antonio se creerá monje o se había puesto así con la china fea esa (quien no), pero seguía igual de caliente como siempre. Ni hablamos, sólo hicimos el amor. Usted sabe que no me gusta mucho hablar de sexo, lo encuentro de pésimo gusto, así es que no me ponga cara que quiere detalles porque en eso mis principios católicos sí que son firmes. Lo divertido es que no podíamos hacer ruido, porque era un grupo de cabañitas para puras mujeres y se suponía que era un retiro espiritual, pero eso de andar escondidos como adolescentes le puso más sabor.

Estuvimos conversando toda la noche. Así como antes. Juan Antonio era el mismo de siempre, por suerte. Nos teníamos que aguantar la risa cuando yo imitaba los sonidos que hacían los viejos feos en la famosa “meditación”. ¿Y sabe lo que hicimos? Nos escapamos. A las 4 de la mañana, Juan Antonio fue a buscar sus cosas a su cabañita, yo hice mis maletas (una para la ropa y la chiquita para el secador y las cremas, no hay caso que pueda usar solo una) y partimos a Horcón. Idea de Juan Antonio por supuesto, yo jamás me metería a un lugar lleno de hippies, pero era obvio que no me encontraría con nadie conocido y podríamos hacer lo que quisiéramos durante varios días.

En Horcón arrendamos una cabaña en un lugar bien tranquilo, alejado de la caleta y la gente. No tenía ninguna maravilla la cabaña famosa, pero parece que iba gente como actores y escritores y uno en el fondo pagaba la exclusividad. Porque harto carita que salió.



(Ya viene la última parte y final)

domingo, junio 22, 2008

Crónicas Chuchetas LXXIV: No me gustan los hombres buenos, segunda entrega.

Por supuesto no falté más a clases. Y durante dos semanas estuve pendiente de encontrarme con él a cada rato. Y andaba más caliente, si hasta el bueno de mi marido estaba sorprendido. ¿Es malo acostarse con alguien si una está pensando en otro? Yo creo que no, mientras el otro no lo sepa.

También me puse a dieta y me compré ropa como las viejas que iban al curso de bonsái: poleras y pantalones de algodón o de lino, anchas, onda etérea, porque si algo tiene Juan Antonio es que se fija harto en esos detalles.

A la tercera semana me invitó a almorzar a su departamento. Yo ya lo conocía, pero llegó tan cambiado de su viaje a China o Japón, que había que entrar sin zapatos y era como bien minimalista el ambiente. Me dijo que ahora era budista y tenía en algunos lugares de su departamento unos cilindros bien raros que cada vez que uno pasa hay que darlos vuelta en el sentido del reloj y así a una le va bien o algo parecido. Yo lo hice igual y ponía hasta cara de seria.

El almuerzo fue un plato vegetariano bien sabroso, y tomamos jugo de piña. Nada de ron o pisco sour como antes. Tampoco música estridente. Todo era como chino. Tuve que fingir que estaba muy interesada en su onda, poner cara de sí que bueno cuando me contaba sus historias con la china, hasta me mostró fotos, y harto feita que era. Incluso, cuando vi la foto y entre risa le dije qué como se había fijado en alguien tan fea (él que es tan preocupado por la parte estética), se puso serio y me dijo que ahora le importaba lo de adentro, que ya no estaba para perder tiempo como antes.

Seguí yendo a clases de bonsái, una fomedad, y haciéndome la profunda y mística cuando nos veíamos. Tampoco lo busqué tanto. Mire, los hombres son más fáciles que la tabla del uno: basta que una no quiera para que ellos se calienten.

Y el destino de nuevo, fíjese. Mi marido me anuncia que tiene que irse por dos semanas a Estados Unidos a un training, y Juan Antonio me invita a un resort medio místico en Algarrobo. Claro que me costó convencer a Francisco que no quería ir a Estados Unidos, porque sabe que viajar me encanta, pero con la mentira que allá está todo nevado y que acá hay solcito, se quedó tranquilo. Por suerte se le olvidó que me encanta esquiar, si no, me hubiese resultado más difícil aun.

Partimos en mi jeep, porque Juan Antonio le da con usar moto. Ni loca me subo. Y además era un pretexto para andar siempre juntos.

Yao los vemos.

martes, junio 17, 2008

Crónicas Chuchetas LXXIII: No me gustan los hombres buenos.

Creo que mi problema, mi gran problema, es que los hombres buenos me aburren. Y los buenos trabajólicos, peor. ¿Se acuerda de mi primer marido? Qué hombre más latero, trabajando todo el día, estudiando el famoso MBA. Claro que gracias a él tengo el auto y el departamento. Y aunque yo ya andaba con Juan Antonio, igual me dolió saber que él tenía otra. Es decir, yo no lo quería ni tampoco me tocaba hace como dos meses, ¿Se acuerda cuando venía toda enredada si dejarlo o no? Pero jamás pensé que iba a andar con esa fea del trabajo, aunque igual lo entiendo porque son tal para cual. Claro que la tontona tenía la pura cara de pava, porque era súper caliente, ¿Se acuerda que los pillé gracias a un dato de la María Ester, mi amiga que era secretaria de mi ex? Igual ya no la veo tanto, pero por ese dato siempre le hago buenos regalos.

Igual con Francisco, mi segundo marido por si se le olvidó, me casé enamorada. O como yo entiendo al amor, supongo. Además que Juan Antonio se había ido en esos viajes eternos y se anduvo medio enamorando de una china fea (qué mujeres más horrorosas, ¿no encuentra?) y supuse que se quedaría por esas tierras. Y usted sabe, la soledad nunca ha sido una buena compañera. Nunca nunca, fíjese. Desde que comencé a pololear, jamás estuve sola. Siempre tenía a alguien a mi lado, y el que yo quería. Igual que ahora, supongo.

La cosa es que Francisco es más bueno que el pelotudo de mi primer marido. Si hasta se le nota que me ama. Debe ser que llevamos apenas y año y medio de casados, y además quiere tener hijos. Yo le dije que sí, por supuesto, pero me tomo las pastillas escondidas. ¿Cómo se le ocurre que voy a tener hijos? No quiero. No tendría la libertad que tengo hoy en día, ya no podría salir donde yo quisiera, me pondría gorda, con las pechugas gigantes… no gracias. Todavía no.

En fin, ¿Dónde iba? Ah, Francisco. Bueno como el pan. Me cambió el auto por ese jeep espectacular que le conté hace tiempo, ¿Se acuerda? Hasta escogí el color (un plateado espectacular). La lata es que tuve que esperar un mes a que llegara, y en ese tiempo anduve en su auto. Tenía que ir a dejar a Francisco temprano en la mañana al trabajo, pero aproveché para inscribirme en clases de yoga a primera hora. Y como me aburro en el departamento el resto del día, no me voy a poner a chatear como adolescente, ¿no cree?, en el mismo lugar donde hacen yoga vi un anuncio de clases de bonsái. Un poco caro e inútil, pero me puse cariñosa con Francisco y me inscribí.

Mire, si las estrellas cuando quieren que las cosas sean de una manera, no hay como torcer el destino. Estoy segura de eso. Porque no sabe con quien me encontré en ese instituto chino o japonés, da lo mismo: Juan Antonio Soriano Camino. Y haciendo clases el perla, de un tipo de kárate milenario, o algo por el estilo.

El reencuentro fue igual que en las películas: me estaba comprando un té de jazmín en la cafetería, cuando siento una mano en mi cintura. Y no me va a creer, pero supe de inmediato que era él. Claro que está mucho más buenmozo, si se parece más que nunca al vocalista de INXS, el que se murió. Mire: es alto, delgado pero musculoso, la diferencia es que el pelo lo tiene liso en vez de con rulos, y rubio eso sí, pero esa cosa sexy que tenía ese vocalista, que me encantaba cuando yo estaba en el colegio, es casi igual. Como que toda su persona exuda sensualidad.

Nos pusimos a conversar y me contó que estuvo viviendo con la china fea, aprendiendo el “arte milenario” de no sé que cosa. Hacía tres meses que había llegado, y cuando le pregunté que porqué no me buscó, me contestó que había visto la foto de mi matrimonio en las sociales, por internet. Y de nuevo no me va a creer, pero cuando salió publicada la foto, le juro que yo pensé que Juan Antonio, estuviera donde estuviera, la iba a ver.


(Entrega por etapas)

Yao los vemos.

lunes, junio 16, 2008

Crónicas Chuchetas LXXII: Mi gato.

Hoy día 16 de junio mi gato está de cumple.

Y, aunque nada es para siempre, tengo la certeza que vamos a tener hijos juntos, una casa con un par de perros recogidos y harto amor. Harto harto.

Sabes que te amo y que soy y somos, infinitamente felices.

(Esta foto es de su cumple pasado, con su abuelo, que ya no está físicamente con nosotros pero que gracias a él, mi gato es quien es).

viernes, junio 13, 2008

Crónicas Chuchetas LXXI: La vieja de inglés.


Cuando recién encontré esta pega, en octubre pasado luego de renunciar donde los gringos que me tenían chata, estaba terrible de contenta: guenas moneas, hartos bonos, ambiente de trabajo entero piola, entre otras cosas.

Sin embargo, con el paso del tiempo debo reconocer que, otra vez, estoy aburrida. Bastante la verdad. Tengo repoca pega (muchos me dirán que suerte), puedo leer, navegar en internerd… pero no me gusta. Igual me aburro.

En todo caso sé cuál es mi problema: no me gusta lo que hago. Lo que pasa es que una va entendiendo cómo funciona la vida y se supone que madura, lo que en mi caso sería resignación y frialdad. Claro, porque si trabajo acá puedo hacer un montón de otras cosas por las moneas (como ir a un taller literario donde lo paso la raja), o poder ir a comer ajuera o llenar el estanque el auto sin graaaaaaaaaaandes dolores de guata o comprarle su comidita rica a Jacinto y Pulgoso, que están harto guatones y sanitos como pueden observar en la foto.

Y como tengo que tomar una decisión, porque no me quiero jubilar haciendo esto mesmo nicagando, tendré que volver al estudeo. Si de mí dependiera, comenzaría el segundo semestre. Incluso pensé comenzar a estudiar en marzo, pero como terminé tan chata con traducción, me dije: ya, voy a hacer la gueá que yo quiera. Y eso he estado haciendo: he ido a comer sopaipillas donde mi hermana, nos hemos juntado a puro copuchar con la Viciosa, reuniones editoriales pa’ The Yeguas, harta elíptica, incluso estoy cocinando pai de limón y me queda harto bacán.

Una vez mi mamita me dijo que yo iba a ser la eterna estudiante. Hasta el momento tiene razón.

Yao los vemos.

lunes, junio 09, 2008

Crónicas Chuchetas LXX: Mi pena.

Me levanté temprano y un poco triste. Mi mamá me había dejado el desayuno hecho en la mesa pero preferí irme derecho a la ducha; a veces el agua caliente me sienta bien.

Puse “Star” de Simply Red bien fuerte porque con esa canción me acuerdo del Álvaro y los buenos momentos que pasamos juntos, aunque lo más probable es que me retara y me dijera que él se acuerda de mí con “For your babies”, discusión que tuvimos más de veinte veces y que jamás llega a ningún lado. Me puse a mirar la foto que nos sacamos en aquel horrible verano en Puerto Montt, donde él me engañaba con su ex y me acuerdo que fue tanta mi pena que bajé harto de peso y casi no me titulo. Lloraba todo el día y en la universidad mis compañeros y profesores me preguntaban a cada instante como andaba, mis hermanos solidarizaron con mi pena y dejaron de tratar bien al Álvaro cada vez que intentaba llamarme o “toparse” conmigo. Después, si al final Santiago no es tan grande tampoco, nos vimos en algún cumpleaños y aunque él andaba con alguna novia de turno, yo intuía claramente que ellas me tenían celos y que al Álvaro toda esta situación lo alegraba, porque está claro que siempre le encantó ser el centro de toda la atención y cada vez que yo me sentía triste (como hoy) jamás nunca se preocupó de mí, de mis necesidades, de mi alma o por último comprarme un chocolate en la micro para tratar de alegrarme el día.

Tomé mi cuaderno de pensamientos y escribí:

Pero… ¿Realmente la vida es así? ¿O nosotros la hacemos así?

Busco un corazón estable;
que me dé la seguridad que necesito
para enfrentar mi destino
y saber que todo tiene su lugar
y su tiempo;
que nada ocurre por casualidad...

Que triste se siente mi alma
con estas inseguridades
el amor es tan bello, es todo
quisiera que mi corazón comprendiera ...

Disqué el número de la Xime para preguntarle si tenía algunas ventanas y era capaz de cubrirme con mi clase de la mañana. Cada vez me sentía más triste.

- Voy manejando, dime rapidito.
- No soy capaz de levantarme, Xime.
- ¿Qué te pasó ahora?
- Nada, puras tonteras mías.
- ¿Cómo que nada, si estás casi llorando?
- Es que me acordé del Álvaro y me puse a escuchar algunas canciones que sé que no debo escuchar.
- ¿Del Álvaro?
- Sí, puse la radio mientras esperaba que el agua se calentara entonces…
- ¿Y por él estás triste?
- Igual me levanté un poco melancólica.
- ¡Pero si estuvieron juntos hace tres años! ¿O me estás hablando de otro Álvaro?
- Sabes perfectamente que fuimos casi marido y mujer. No es tan fácil de superar.
- ¿Me estás diciendo que no eres capaz de levantarte porque te acordaste del pelmazo del Álvaro?
- Básicamente, sí. ¿Tienes algún problema con cubrirme esta mañana? Mi primera clase es a las 9 y media.
- Claro que tengo problemas, y hartos. ¿Te fijaste que es la tercera vez en este mes que me pides que te cubra?
- Estoy súper conciente, Xime, y te lo agradezco en el alma, pero es que esta pena me tiene muy mal.
- Lo siento mucho por tu pena, pero ahora voy camino a dejar a los niños al colegio y me es imposible cubrirte.
- Te juro que es la última vez.
- Date una ducha rápida y pídete un radiotaxi.
- Pucha Xime, en serio que no puedo salir de mi casa esta mañana.
- Te tengo que cortar, voy llegando al colegio. Nos vemos.

Siempre me pasa lo mismo con quienes creo que son mis amigos incondicionales: jamás me comprenden de verdad. Quizás puse demasiadas esperanzas en esta asociación con la Xime, pensé que ella sí me entendería, que sí sería capaz de sostenerme cuando a veces necesito ayuda, que no me juzgaría.

Culpa mía nuevamente. Me pasó cuando me enamoré tan locamente del Álvaro y no me correspondió, cuando mi hermano se ganó la beca y mi cumpleaños pasó desapercibido, y así constantemente en mi vida. Me metí a la cama y escribí: “¿De verdad soy yo o es que nadie estuvo ni estará?”.


Yao los vemos. (Aer si de nuevo les gusta. Y aunque lo escribí yo, no tiene nada que ver conmigo).

viernes, junio 06, 2008

Crónicas Chuchetas LXIX: Recordándome.

Algunas veces, casi nunca la verdad, hago el ejercicio de egocentrismo de leerme a mi misma cuando era otra, porque la verdad es que encuentro que he cambiado harto. Me refiero a mi antiguo blog.

Y puta que me he entretenido leyéndome a mi misma y leyendo los comentarios. Y les copiaré aquí un post entero trastornao que escribí el 7 de noviembre del 2005. Pueden leerlo en este link si lo desean, también. (Es terrible de largo, por siaca):

"Explicación de la pregunta que interroga por el sentido del ser. (Martín Heidegger).

Cuando una vive sola puede hacer lo que quiera. Hoy no tengo muchas ganas de estudiar inglés, entonces me puse a buscar libros en mi pequeña biblioteca, para releer o encontrar algo interesante. Esta biblioteca (no tengo idea cuántos libros tengo, pero son hartos, aunque ya quisiera más) tiene historia. Los libros que habían en mi casa, a medida que fui creciendo, los traía para mi dormitorio y cuando alguien de mi familia quería buscar algo en algún diccionario, tenía que ir a mi pieza. Luego empecé a comprarme libros, a veces me regalaban (¡nadie sabe qué libro regalarme!) y cuando me casé me traje todos los libros conmigo. Aparte de literatura universal, tengo libros de filosofía (de fines de los 60, ya que mi padre estudió esa carrera), algunos de administración de personal, tres enciclopedias, la historia de Chile por Encina y Castedo (son dos señores, no un apellido compuesto),entre otros. Así fue como encontré “El ser y el tiempo”, de Martín Heidegger. Me puse a hojearlo y busqué su biografía en mi enciclopedia y supe que este filósofo alemán es uno de los principales exponentes del existencialismo.

El libro no es fácil de entender. Tuve que leer algunas páginas en completo silencio, y releer algunas frases.” Ser es el más universal y vacío de los conceptos. En cuanto tal, resiste todo intento de definición. Éste, de los conceptos el más universal, y, por ende, indefinible, tampoco ha menester de definición. (dogma desarrollado en la antigua Grecia)” (sic). Yo cachaba que Jean Paul Sartre es existencialista, y eso nomás sabía. Y me puse a reflexionar que siempre he pensado que esta cosa de andar preguntándose a cada rato por el sentido de la vida es un poco agotador y, por lo tanto, debo informarme. No puedo ser “existencialista” porque me lo dice mi siquiatra, sino que debo saber más sobre el tema. Jamás he estudiado filosofía (aparte del colegio), pero he hecho un esfuerzo para entender.

Volví a mis enciclopedias (de los años 70, pero igual me sirven) y encontré lo siguiente: “Existencialismo filosófico, que pone de relieve la responsabilidad que incumbe al individuo de haber llegado a ser lo que es. Sus principales exponentes son Kierkegaard (1813-1885), Martín Heidegger, Karl Jasper y Jean –Paul Sartre. Esta teoría representa una protesta contra la indiferencia hacia la individualidad contingente y libre que sustenta tanto el intelectualismo como el empirismo determinista. En ella se analizan y describen: el libre albedrío, la muerte, el sufrimiento, la culpabilidad, la memoria, el tiempo, etc.” (sic).

Yo creo que me gusta José Saramago porque sus libros son un poco filosofía, en el sentido del cuestionamiento. Son críticas terribles y descarnadas al mundo de hoy, pero encubiertas en grandes novelas. Así me gustaría escribir algún día. Pero vuelvo a lo mío. El existencialismo. Todavía no llego a ninguna conclusión, ni mi vida cambió con las pocas páginas que leí, pero aquí tengo a uno de sus grandes representantes, esperándome, y haciéndome sentir acompañada en el duro camino de la “pregunta que interroga por el sentido del ser”.

He notado que muchos de los que me leen les gustan mis post más alegres y optimistas, pero les aviso que, aunque ya tengo los cimientos de esta nueva vida que estoy empezando, siempre me estoy preguntando cosas, y muchas veces yo escribo con mucha tristeza y todos lo entienden como un post alegre; lo contrario no me ha pasado. Es raro esto del blog. Como ya conozco a algunos blogeros, los siento como amigos de toda la vida. Y con algunos blogeros que no conozco ni jamás he visto, me pasa lo mismo. Extraño a Jaime que estuvo en Honk Kong y ahora que está en Chilito tiene botado su blog. Y es extraño que nos conozcamos por el computador, leyéndonos, y que nos nombremos por nuestros blogs. Yo a propenso lo llamo así, no por su nombre de pila, igual a garganta (y eso que me sé sus nombres y apellidos).

No sé si algún día entenderé esto del “ser”. Eso es lo malo de no creer en lo que nos enseñaron a los católicos. No me resigno con “es una prueba del Señor”. No me basta con eso y envidio a la gente que con eso y su inmensa fe camina tranquila. No creo en los santos, pero admiro al Padre Hurtado por lo que hizo, porque fue un reformador social. La santa Teresita sólo se encerró a rezar y con eso no me pasa nada. Yo me he encerrado a llorar o hacer el amor por varios días y sigo igual preguntándome cosas. Me pregunto, por ejemplo, porqué el pueblo tiene tan mala memoria y los políticos son tan cara de raja. Lavín habla a destajo de la delincuencia, pero se hace el gil con los altos índices que dejó en la comuna de Stgo cuando fue alcalde. Eso es manejo político, y el pueblo le cree. Yo me pregunto: cuando llega a su casa, se acuesta en su cama, se dirá: puta que soy mentiroso, o ¿habré obrado bien hoy, Señor? (ya que él es Opus Dei). O Tomás Hirsh, que con su discurso setentero ha subido puntos, pero yo estoy 100% segura que él sabe que no puede cumplir con lo que promete. ¿Se acuerdan que alguna vez botó la Constitución a la basura, porque representaba a la dictadura? El pueblo lo encontró “valiente”, pero él sabe que la Constitución, con todas las reformas que ha tenido, ya no es ni la sombra de la ideada por Jaime Guzmán. Se preguntará don Tomás en la noche, o en el baño: puta que soy bueno pa’ esto, o ¿si salgo elegido Presidente cómo cresta hago realidad lo de “alternativa al modelo neoliberal”? Bachelet y Piñera, por su parte, no se salvan mucho, pero a lo que voy es porqué al pueblo se le olvidan cosas tan importantes y los políticos son tan ambiciosos y si alguna vez se harán un examen de conciencia. De lo contrario, deben tener “El Príncipe” de Maquiavelo subrayado tal como Napoleón y tantos otros lo hicieron según cuenta la historia.

Vuelvo a mi vida: ¿busco pega como lo que más me carga hacer, termino mis estudios de traducción o vendo todo y me voy a vivir al lado del mar y escribo y leo? No quiero ser millonaria, no quiero comprarme un auto (me da terror conducir), sólo quiero hacer lo que mi “yo interno” me dicta. No quiero ser parte del torbellino de esta sociedad actual, y para esto se pueden remitir a la película “Se Arrienda” de Fuguet. No quiero estar en la lucha de tener cosas por tenerlas, ni trabajar de sol a sol porque quiero ser la Presidenta de la Junta de Directorio más joven de toda la humanidad conocida. Sólo quiero vivir al lado del mar, con los perritos que recoja y los gatos que lleguen a mi casa, buena música, leer, escribir y eso. Es mi sueño. ¿Sigo en esta vida o hago lo que siempre he querido hacer? La única que tiene la respuesta soy yo. Y este mes y tantos días separada me han servido para alimentar mi humildad y mi pensamientos acerca de mi misma.

Cuenta una antigua fábula india que había un ratón que estaba siempre angustiado, porque tenía miedo del gato. Un mago se compadeció de él y lo convirtió... en un gato.

Pero entonces empezó a sentir miedo del perro. De modo que el mago lo convirtió en perro. Luego empezó a sentir miedo de la pantera, y el mago lo convirtió en pantera. Con lo cual comenzó a temer al cazador.

Llegado a este punto, el mago se dio por vencido y volvió a convertirlo en ratón, diciéndole: “Nada de lo que haga por ti va a servirte de ayuda, porque siempre tendrás el corazón de un ratón.

Yao nos vemos.

miércoles, junio 04, 2008

Crónicas Chuchetas LXVIII: Adivina


I

- Adivina.
- ¿Qué cosa?
- Del Esteban poh.
- ¿Te pidió matrimonio?
- Peor.
- Chuta, me pillaste.
- Le encontré otro mensaje de texto medio raro
- ¿Medio raro? ¿Ahora te tinca que es gay?
- Qué chistosa. Déjame leerte el mensaje exacto y…
- ¿Andas con su celular?
- Es más tonto, jura que se le perdió.
- ¿Y después se lo haces aparecer como por arte de magia?
- Este yo creo que sí, porque el anterior lo rompí y lo boté. ¿Te acuerdas todas las fotos de mujeres que tenía?
- No mucho.
- Tenía seis distintas. Claro que ningún mensaje de texto, pero estoy segura que los borró.
- ¿Y ahora qué tiene?
- Sólo este mensaje. Escucha: “Me encantó verte el otro día. Besos”.
- ¿Y quien firma?
- Una tal Rosa. ¿No encuentras que el nombre es de lo más rasca?
- Es sólo un nombre, no seas alaraca. Quizás es una amiga del barrio de Esteban, antiguos vecinos o algo así.
- Esta picante, Rosa Ramírez Donoso, trabaja como cajera en el Jumbo, en la Gran Avenida.
- ¿Y de dónde la conoce?
- La yegua anda con un amigo del trabajo del Esteban.
- Problema solucionado: se conocen de antes y tú no lo sabías. Pero ahora sí lo sabes.
- Es que te juro que no entiendo cómo le puede gustar una simple cajera. Te lo juro que no.
- ¿Y quién dijo que le gustaba?
- ¿No te parece obvio? Está recibiendo mensajes de una mujer que yo no conozco, y, además, le manda besos.
- La verdad es que yo no le encuentro nada de raro al mensaje.
- ¿Estás hablando en serio? ¿Acaso a todos les mandas besos como despedida?
- Es que no es mi caso; yo no mando mensajes. Si quiero hablar con alguien lo llamo nomás.
- ¿Viste? Tú tocaste un excelente punto: no lo llama, si no que le manda un mensaje para calentarle la sopa. O peor, lo llamó y a los pocos minutos le manda un mensaje.- Me mira confundida. - ¿Qué crees tú?
- Lo que siempre te digo: pregúntale.
- No seas mala amiga. Sabes que jamás me someteré a esa bajeza. Prefiero descubrirlo yo solita.

II

- ¿Aló?
- ¿Hablo con Rosa Ramírez Donoso?
- Con ella. ¿Con quien hablo yo?
- Tú no me conoces, pero sí a mi novio.
- Conozco a harta gente, ¿cómo se llama él?
- Esteban Cifuentes Alegría. ¿Te suena ahora?
- Para nada.
- ¿En serio?
- Sabes, ¿cuál es tu nombre?
- Eso da lo mismo.
- Es que estoy a punto de entrar al turno, te tengo que colgar. Aparte que no entiendo para qué me llamas.
- ¿Así es que no entiendes? Pobre niña. Pero sí sabes como andar molestando novios ajenos.
- ¿De qué me estás hablando?
- Mira, no te hagas la tonta, que no te queda. ¿A qué hora termina tu turno?
- ¿Para qué quieres saber?
- Para ver si eres capaz de negarme todo en mi cara.
- ¿Negarte qué cosa, si no tengo idea de qué me hablas?
- Es que te pasaste para ser cínica. ¿No te suena el siguiente mensaje, que le mandaste a mi novio, este lunes: “Me encantó verte el otro día. Besos”?
- ¿Tu novio es el “Palitroque”?
- ¿Quién?
- El Palitroque, lo conozco hace años de la parroquia del barrio. No me acordaba de su nombre.


III

- ¿Por qué nunca me contaste que te decían “Palitroque”?
- ¿Cómo?
- ¿Puedes apagar la tele y escucharme?
- Pero es un capítulo que no he visto.
- Te compro la temporada completa en dvd, pero contéstame
- ¿Cuál era tu pregunta?
- Que porqué no me contaste que te decían “Palitroque”.
- Es que es una tontera poh Jenny. ¿Cómo supiste?
- Por casualidad conocí a Rosa Ramírez, y ella me dijo.
- ¿Conociste a la Rosita? ¿Dónde?
- En el supermercado donde ella trabaja. De casualidad, cuando iba a pagar, se me cayó tu foto de mi billetera y así fue.
- ¿Y qué foto andas trayendo mía? No me vayas a dejar en vergüenza con mis amigos que no veo hace tiempo.
- Una de tu currículum.
- ¿Esa que salgo con corbata y el pelo corto como milico?
- Sí, esa.
- Pero Jenny, te he dicho que botes esas fotos y pongas en tu celular esa que me sacaste para el matrimonio de la tía Perla.
- En vez de botarla la voy a guardar en mi velador.
- ¿Y qué hacías en la Gran Avenida?
- Es que quería comprar una cartera que estaba en ese Jumbo.
- ¿La encontraste?
- No, estaba agotada.
- Yo no pienso pasar este fin de semana buscándola por todos lados. Acuérdate que tengo un partido súper importante de la liga, y si ganamos, Club de Toby.
- Igual es bien bonita la Rosa.
- ¿Bonita? ¿Esa chancha?

Yao los vemos (Aer si les gusta)