miércoles, diciembre 02, 2009

Crónicas Chuchetas CXLVI: Ensimismada.

No he estado tan buena para escribir en mi blog como acostumbro porque mis días son tranquilos y casi iguales, con la excepción de los días que voy a la doctora a terapia. Y los findes.


Podrán creer que me aburro, pero no. Me gusta mucho mi vida ahora. Me gusta esta calma diaria, el estar todo el día con mi hija cantándole, lavándole el poto, paseándola cuando se pone mañosa, salir a caminar en el coche, ver como toma sus juguetes y que cada día aprende algo nuevo. Y crece guatona y hermosa.

Lo bueno es que anímicamente me he sentido mucho mejor, ya no tengo algunos síntomas asquerosos (como la angustia de la mañana) y que el sol salga todos los días me ayuda mucho.

También miro la vida con otros ojos: ahora sí tengo esperanza. Desde que nació mi hermosa hija y la vida ha vuelto a tomar un ritmo, me pregunto cómo lo hacía antes para levantarme en las mañanas que amanecía deprimida o que me daba angustia ir a la pega porque me cargaba. Claro que soy una luchadora 100% y le tuerzo la mano a la vida, aunque tenga los genes cagaos igual lucho. Pero ahora todo es diferente, todo tan diferente.

El amor que se siente por los hijos no se puede explicar, porque sólo se siente. Mi corazón está llenísimo de amor por esta niña hermosa que me mira con sus ojos hermosos y me regala un millón de sonrisas al día, y con sólo eso yo me doy por pagada en esta vida, con sólo esos pequeños gestos soy inmensamente feliz.

Supongo que la maternidad me tiene totalmente ensimismada, que no necesito nada más todavía. Leo cuando puedo (casi nunca), escribo a la rápida y después de haberlo pensado en los paseos con la chancha, me encremo a la rápida en las mañanas, me peino una pura vez al día, ya no me pinto las uñas y las uso cortas.

Sin embargo, tengo amor y esperanza por montones. Mi hija me hace completamente feliz, de una manera nueva y que jamás imaginé.

Ya vendrá el tiempo para ser mujer. Ahora sólo quiero ser mamá.

Yao los vemos.

7 comentarios :

Insisto... dijo...

La idea es no perderse niuna etapa de este maravillosa infancia,por que crecen muy rápido y sus etapas deben ser imperdibles.
Yo estoy en la etapa permisiva y luego no,quiero que me dejen libre un rato y luego los llamo para que me adulen y suban el ánimo jajaj.Me siento mas niña con ellos,que me protejan...pero eso es otro cuento,ando media desfasada parece.
Sé como te llena tu hija y el placer de mudarla,vestirla y salir a pasear.Todas las tuve!como dices tu,ya vendra tiempo de ser mujer,ellos deben considerar que estás gozando, en este tu mejor rol.


cariñussss!

Mary Rogers dijo...

qué lindo estado y la forma en que lo sientes, eso es re genial.
besos a la guatona:=)
(también abrazos para tí y el gato)

Anónimo dijo...

Me dejaste pa' entro... tan sinceramente tierna tu pará.
Abrazos pa ti y la chanchi

Unknown dijo...

A lo xuxeta: te lo dije, machucá!!!jajaja...

Si es muuuuy la raja y todo vale la pena.

Besotes gigantes por miles.

celeste dijo...

Que rico, tu relato me recordo mis primeros años de maternidad, es como vida de provincia, nada te apura, nada te atormenta, nada te toca, estas como en una burbuja de placer, de alegria y amor.

Claro, sin olvidar que esta etapa se logra despues de adaptarse al ritmo de ser mama.
Saludos

Carla dijo...

A mi me costo tomar el ritmo de la rutina de mi gordita, ahora ya estoy adaptada y sin angustia por lo que puedo disfrutarla.
Es cierto eso de que todos los días son mas menos iguales y a medida que crece mas ricas se ponen (tal como me lo dijiste en los momentos en que estaba angustiada).
Cariños y sigue gozando ese ensimismamiento.

Mary Rogers dijo...

y seguimos ensimismadas ahhhh???
besos